Parte 2: Touch by Touch

1188 Words
—Yo… —¿Yo? ¿qué? —Yo no he hecho nada… —un pequeño jadeo sale de su boca al sentir como es acercado bruscamente a su rostro. La cercanía era insoportable. —Déjame, le diré a mi padrino que estás acosándome… —Imposible, solo vengo al mercado como cualquier persona… —dice con suavidad mientras la impaciencia colma sus instintos y desea besar con fiereza aquellos dulces labios. —Niño, deja de hacer eso. —No estoy haciendo nada, déjame. —Claro que sí, estás mordiendo tu labio. —Soy asexual no me interesa besar a nadie. —dice con nerviosismo y firmeza. —Parece que conmigo es distinto. —S-solo es una reacción natural por la incomodidad, déjame ya. —trata de empujarlo, pero empeora más la situación al encontrarse a pocos centímetros de su rostro. —Mentiroso… — "Nunca dejarás de arrugar la nariz cuando mientes", piensa y traga entero al ver los párpados del chico, debilitarse. La respiración de ambos se acelera cada vez más al encontrar sus ojos. —¡Daniel, ¿dónde estás?! —Lo siento. —suelta rápidamente al chico y lo pone de frente a la entrada de donde provenía la voz de su padrino. —Daniel, aja, ¿qué haces? Ese muchacho al final no me ayudó. —No, él está… —se voltea ligeramente atontado y se encuentra con que no hay nadie tras él. —Él estaba aquí hace un momento. —Oigan a este, se desapareció en un dos por tres, deja la bobada y vamos, ya compré un botín de pan. Le dije a ese bobo que te trajera, no que se pusiera a hablar contigo… Camina junto a su padrino, mirando de tanto en tanto hacia atrás, tratando de encontrarse con aquellos ojos pícaros y sonrisa afable. Al llegar a casa las cosas no fueron diferentes, aún se sentía la extraña, pero cómoda sensación de haber sido observado al salir del mercado. “Se fue nada más”, piensa sintiendo aquella sensación muy familiar, “El señor H, no ha dicho nada más, se habrá cansado de esperar”, piensa sintiéndose ansioso. —Mi niño, ¿quieres más pan con chocolate? Queda mucho pan del que te gusta. —¿Con mucho queso? —Sí, mi amor, con mucho queso… —toma una pausa. —¿Ya estás mejor? —¿Mmm?, sí, solo estaba algo distraído. —Tu padrino me contó de la pesadilla. —suspira al ver las ojeras del niño marcarse bajo sus ojos. —¿Hace cuanto tiene pesadillas? —Hace varios días… pero se me quitarán en algún momento… solo me he sentido algo estresado porque, no le he escrito ninguna carta, quizás sea por eso… —Ay, mijo, todo un mes te pusiste así de berrinchudo. —sonríe con suavidad y suspira. —Quizás no esté pasando un buen momento, Martha me contó que estaba enfermo. —¡Lo sé, me lo dijo en una carta! Pero… —¿Pero ¿qué? —Él dijo que vio a una persona que no veía hace mucho tiempo… —Por Dios, ahora supones que tiene un enamorado y anda de broma contigo, pero vos eres muy ocurrente y precipitado, ¿y si fue un familiar? No puedes estar quejándote sin razón. —¡Lo siento, no sé qué me pasa! —dice frustrado tapando su rostro mientras mastica pan. —De verdad que eres un mocoso. Ve a dormir y mañana escríbele algo… —De hecho, yo… escribí algo, ¿puedes entregárselo mañana? —pregunta suplicando con la mirada. —No quiero salir mañana porque no he dormido bien y quiero dormir hasta tarde, ¿puedes? —Está bien. —asiente para luego pegarle en la cabeza. —Y deja la bobada que ya vas suponiendo cosas sin saber. —le arrebata la carta y le hace señas de amenaza con las manos. —A dormir. Medellín, miércoles, 30-06-2022 Nueve de la mañana. Para un tipo de mucha H, insolente: ¡Ya basta! Deja de hacer eso, la señora Martha ha estado burlándose de mí ¿le podrías decir que no lea mis cartas… bueno tus cartas? ¡como sea! Esto es lo que dice la carta de hace unos días atrás… Además, he tenido muchas pesadillas y eso me ha puesto de muy mal humor últimamente, lo siento si esto te está afectando, solo… no sé qué está pasando. “Hermoso querubín. Tus ojos brillan tanto cuando ves el sol sonriendo dulcemente, disfrutando de la belleza de ese pequeño jardín en la biblioteca. Yo, atónito, te miro y me da una vergüenza tremenda verte sin que lo sepas, ¿es malo ver sonreír a un ángel? A veces cuestiono mis acciones, oh, no sabes cuánto. Merezco que Lucifer me mire a los ojos y me diga lo malo que es admirar en secreto una hermosa obra de arte.” No me ilusiones de esta manera es vergonzoso y siento que no debo sentirme así por alguien que no quiere verme. Me siento tan extraño, nunca me había pasado algo así, para, ahora o me enojaré contigo, me estas atacando desprevenidamente, no es justo. No he tenido tiempo de pensar sino en todas esas cosas que escribiste para mí… Me abruma tanto que duermo con dificultad, eso sumado a pesadillas que han surgido últimamente… y según mis padrinos seguramente conocí a alguien y por eso soy tan distraído últimamente… en fin un montón de cosas que han sucedido por tu culpa… Quería que me contestaras pronto porque estaba teniendo pesadillas horribles y quería hablarlo contigo, pero no dijiste nada y luego sales con esto… ¡Todo es tu culpa! ¡No me hables! No pediré disculpas, te lo juro. Lo dice Daniel con D, idiota. Durante la mañana del día siguiente, las cosas se volvieron agotadoras para Avellana y José. Harvey y Harriet ni se miraban a los ojos y esto ya estaba causando estrés en Avellana, tanto que su novio notó sus ojos distraídos mientras hacía el desayuno en su departamento. Decidió quedarse unos días a dormir en casa de su amado, para evitar el ambiente pesado. —Amor… —llama con suavidad a Avellana. —Amor, el desayuno. —se acerca y deja el plato sobre la mesa, mientras observa la mirada absorta de su novia. —Avellana. —¿Ah… qué? —pregunta despertando de sus divagaciones. Observa a su Ángel y sonríe enternecida de manera instintiva, natural y de algo de todos los días al ver al hombre que ama. —Lo siento mi amor. —suspira algo cansina y hace un movimiento con su mano para que este se acerque. —Ven aquí. —palmea sus muslos con suavidad. —Siéntate. —Incluso estando tan absorta, no dejas de ser demandante. —niega con su cabeza y deja los platos sobre la mesa. —Oye, espera. —dice entre pequeñas risas al sentir como esta lo toma de la cintura y lo sienta en sus piernas. —Qué impaciente eres… Definitivamente soy… —¿Sumiso? Por supuesto, ¿apenas te enteraste?
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD