09.- LOS SIETE.

1922 Words
Antes de leerla decidí irme a sentar dejando el libro rojo sobre la mesa, y es como empecé a leer la hoja desgastada, esperando que todo lo escrito en ella siga intacta. —Se sacrificarán siete lobos y serán guardados para el bien. —decía la gran madre bruja, a todos los que reunidos estaban. Volteo hacia el vampiro de ojos esmeraldas. —Ustedes tendrán una gran guerra, pero que al perderse esta llave una guerrera la encontrara, pero si lo encontrara alguien más, sería su fin de ustedes.                                                                                          —¿Por cuánto tiempo se quedarán ahí encerrados? —pregunto el hombre lobo mayor a su madre.                                            —Por la eternidad.                                                                                              En escena apareció un chico musculoso moreno. —¡Madre, yo seré el que dormirá por una eternidad!                                           Había dicho a grito abierto este hombre, y así parecieron los siete hombres, la leyenda solo cuenta esto, es lo único que se sabe, no se saben quiénes son ni como son, pero cuenta la leyenda que fue en un lugar muy profundo donde los encerraron solo se sabe que fue en los bosques y aguas más oscuros, donde todo sucedió, no se ha hallado aquella llave de la que la gran madre bruja hablaba en la que esta tallado la imagen de un lobo y una luna, que solo será mostrado ante la elegida, pero la profecía se ha convertido en solo una leyenda, solo eso. Termine de leer, busque por toda esa hoja de adelante y atrás y ningún título tenia, pero en si sentía era una señal para mí, deje todo en su lugar, solo tome la pequeña hoja, la guarde y salí de la biblioteca, subí a mi habitación, esta era mi oportunidad de averiguar que realmente guardaba esta llave, si quería irme tendría que hacerlo, cuando empezara anochecer no podía ver al señor Logan, tenía que irme, preferí empezar a acomodar mi bolsita en la que llevaba mis tubitos de sangre, ya me quedaba muy poca sangre, estaba tan distraída que al escuchar que tocaban a mi puerta me hizo saltar, al intervenir mi concentración oculte mi bolsa y solo respondí enseguida.  —Pasa. —Esta lista la comida. —dice Penélope. —Está bien. Decidí bajar para que no hubiera sospechas, ellos leían la mente de cualquiera, procuraba no pensar en lo que haría, solo baje al salón, me habían servido un plato de carne asada, con ensalada y un vaso de agua de limón, comí todo, preferí retirarme a la habitación. —¿Quieres ir algún lado? Me había preguntado Penélope, negué con la cabeza. —Estoy cansada quiero ir a dormir, volveré a mi habitación. —Muy bien. Me levante, agradecí la comida y solo me retire, al estar ya en mi cuarto saque mi bolsa para sacar por un momento el libro rojo, que me decidí llevar al ser que había guardado la hoja en su interior y es como decidí continuar buscando ahora en el mismo libro, algún mapa que me ayude a ir a esa parte donde se encuentras, y usar la llave. Comencé a hojear y buscar y cada página, para mi mala suerte no tenía a la mano el libro igual, titulado como este y que era el volumen uno que encontré en la academia y lo tome, se encontraba en Caxza y ese si traía mapas, pero continúe buscando, nada, a lo que mejor preferí guardar el libro de nuevo y salir más tarde para volver a la biblioteca, deseando hallar un libro que me hable como llegar a esa parte del bosque que menciona oscuridad, eso deje a un lado mi bolsa y me acosté en la cama y creo que me quede dormida, porque ya había anochecido, cuando desperté de repente esa era la señal, entonces ya era la hora, en mi habitación había un pequeño balcón, pero antes me cambie de ropa, solo me puse un pantalón de mezclilla rosa y mi blusa verde y mi chamarra negra, decidí salir y dirigirme a la biblioteca, lo hice sigilosamente hasta llegar hasta su puerta grande de madera gruesa, y tallada en forma de líneas que representaban como una planta, deslice la puerta y entre, en ese instante, es como me dirigí directo al pasillos donde se encontraban los libros grandes y anchos, decidí no buscar mucho, solo tomar el primero que me atrajera para no perder tiempo. En eso tomo uno color amarillo canela grande, pesado y ancho, en eso que decido ir y llegar a una mesa que se encuentra en la esquina del pasillo, decido encender la lámpara que no es muy fuerte la luz de su foco, al ser algo tenue, pero no puedo pedir más, al ser que podrían darse cuenta, abro el libro de par en par buscando, en realidad no sé qué tipo de mapa o nombre del lugar busco, solo pienso que el mapa debe existir en libros de bosques, ríos y lugares poco visitados o menos frecuentes, de los que los vampiros cuidan no hablar, ocultándolos en estos grande libros anchos. Continuo buscando noches y mapas, algunos me son conocidos otros extraños, pero no me dan ese sentir de seguridad de que sea el lugar que busco, no quiero enfundarme de no hallar lo que busco, pero cierro el libro cierro mis ojos concentrándome, es el primer libro de muchos que aún no he abierto respiro y exhalo, decido mirar hacia el techo, pero antes abro mis ojos recorro la pared que se encuentra frente a mí, veo un gran cuadro con una pintura grande y que está a una altura y al ver esa pintura que asimila un mapa, decidí subir a esa mesa, hice a un lado el libro y solo me trepe a la mesa para estar más cerca de ese cuadro para leer los nombres del mapa, estar enfrente de el al poner mi mano sobre aquel cristal que protege la pintura comencé a leer cada diferente nombre de ese gran mapa, casi en la mayoría nunca los había leído en algún libro, pero si los había escuchado en boca de algunos vampiros, amigos del señor Watson sobre Faracia, Culm, hogo, Trun, Arcoris, Plean, Carago, Tambra, Kisla y otros más que el mismo mapa tiene por todo esa hermosa pintura, pero mientras seguía las líneas guiadas para llegar a esas diferentes lugares, es donde veo el nombre del bosque que está situado alrededor del casillo de Lord Logan, es como decido que con la mirada observar a que camino llega, si me voy por el mismo bosque que me llevaría a un pequeño pueblito el cual está escrito como Cisoria que si tomara ese camino, me llevaría al bosque Culm, continuo recorriendo con mi dedo y es como me doy cuenta sobre el panteón Trun, el cual debo continuar en el bosque Plean y de ahí Carago, un bosque más estar en Kisla, un nombre que al pronunciarlo me hizo quitar el dedo, al ver más cerca dibujado, pero no muy grande una especie de torre antigua, es como sonreí, no sé cómo, pero sentí una buen corazonada de que mi llave era parte de ese pequeño dibujo, mostrado una pequeña torre, es como decidí volver hasta mi cuarto mientras iba caminando saliendo de la biblioteca, me di cuenta de un pequeño frasco sobre en uno de los estantes de libros, me acerque al frasco y lo tome abriendo el tapón es como quise olerlo, al percibir el aroma de la naranja amarga que de alguno modo fue un golpe que hizo que me sintiera más despierta, es como tome un trago el frasco, no era muy grande y me hizo pensar que no estaría mal llevármelo, el señor Logan no le molestaría que le faltara uno de sus frascos, menos el saber de una de sus bebidas, es como solo volví hasta mi dormitorio donde solo tome mi bolso que se encontraba sobre la cama, la cual me puse y colgó detrás de mi espalda. Mire mi reloj de muñeca, 10:59pm hora de irme, salí al balcón de la habitación y desde ahí salte, corrí adentrándome al bosque sobre el loro grisáceo del cual me hablo Penélope, aun no escuchaba su hablar, estaba segura que no he excedido o llegado al límite, pero estoy decidida que su hablar no me detendrá, solo me decidí a desaparecer y primero a llegar al bosque Culm, para después del pueblito que menciona el mapa Cisoria. Me encontraba dentro de ese inmenso bosque de noche, es como decidí subir en uno de esos árboles, al ir hacia el oeste decidí no ir a pie, sino entre los arboles mientras avanzaba con algo de rapidez mirando a mis alrededores con precaución, siendo que esta vez me encontraba sola en mi propio destino, dejando a un lado los problemas que causa mi abuelo para concentrarme en la llave, la torre y yo, al me dice que debo hacerlo continuo, sosteniéndome de esos árboles que sigo cambiando de lugar, al avanzar más y más sin detenerme, es como de repente escucho raras palabras en otro idioma, quizás o solo diciendo un tipo de trabalenguas, no lo sé de cierta manera me confunde su hablar, al creer que es una amenaza, advertencia o solo causar miedo, el tono de voz si realmente es una voz decido ignorar y continuar recorriendo, mientras me guio del libro rojo al descubrir que menciona el bosque al que me dirijo, que para llegar a hasta el debo darme cuenta, al sentir una brisa de montaña que desciende desde las alturas entre los árboles, hasta el fondo producido al ras de suelo aire frío y denso, en eso leo: NOTA: ALGUNOS VAMPIROS NO SOPORTAN EL FRIO DEL BOSQUE CULM. Es como me doy cuenta, que mi universo siempre me sorprende a cada paso que continúo conociéndolo, en eso vuelvo escuchar al loro con su quizás advertencia, solo termine llamándolo así es como decido decirle hablando algo fuerte: —Hola no sé quién eres, siento molestarte, pero solo quiero llegar a Culm y me encantaría que me ayudaras ¿Puedes ayudarme? En ese instante me sorprendí que casi resbalo del árbol en el que me encuentro, al escuchar el unísono de las diferentes voces que escuchaba a esa altura y en diferentes partes del sitio del bosque donde me encontraba, al principio me pareció una balada más que un trabalenguas, no entendí en un principio nada, era cierto no entendí nada, solo me hacía pensar que se habían emocionado de que pidiera su ayuda, eso creo y volví a decir con voz fuerte. —En serio gracias, pero no entiendo nada, podrían hablar más lento. Era cierto, no entendía nada, era como un rompecabezas de voces y en ese momento cambio las voces al cantar quizás más lento la balada, al ir por solo en una dirección la cual seguí, guiada por su canto, pero enseguida comenzaban a indicar hacia otra dirección que también seguí, confiando en su balada, que después se volvió algo rápida, al cambiar las rutas yendo a diferentes direcciones de los cuales con velocidad tomé sin ningún fallo, hasta que su canto se detuvo y volvieron a su trabalenguas, eso me hizo creer que se despedían de mí, al ver que había tomado algo de impulso al aterrizar al bosque que yo buscaba, voltee y es como mire millones de aves grisáceos que continuaban hablando, y solo extendí mi mano diciendo adiós, al ver sus ojos tan expresivos y dándoles la espalda solo desaparecí.
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