03.- AUGUSTO.

2178 Words
—Después platicamos sí. —le dije sonriendo a Ian, al mirar sus ojos con un penetrante brillo anaranjado. —Claro picara. —responde él con una sonrisa, al soltarse ambos de las manos. Nos fuimos caminando Alexander y yo fuera de la casa blanca. —Tenía que hablar contigo sobre lo que sucede. —dice Alexander. —Está bien, soy toda oídos. —dije. En eso los dos llegamos a la misma roca que estábamos James y yo. —Tu abuelo, el señor Mortifero tiene algo en manos. Lo miro de forma pensativa y confusa, al preguntarle. —¿Cómo no te entiendo?  Augusto mi abuelo, el señor Mortifero, — muevo mis manos negando y después mis dedos índices. —Él no estaba fuera de aquí, en las tierras extrañas Alexander. —Si exacto Coraline se pensaba que estaba ahí, pero el señor Yod supo que regreso y aparte no saben por qué quieren a James, por eso quieren que lo protejamos. —Pero es James el motivo. —dije escéptica al arquear la ceja. —Aún no sabemos ni la causa o el porqué. Muevo la cabeza al escuchar esa respuesta y solo decido preguntar: —¿Lo has entrenado? Alexander niega y responde: —Aun no, es débil, no ha tomado sangre. Eso me hizo molestarme, algo que nota Alexander y ella responde casi gritando al preguntar: —Y entonces ¡¿Quiere pelear como mortal?! —Coraline he hablado con el sobre la sangre, pero se niega, dice que lo poco que tienes de humano no quiere perderlo. —Está bien yo hablare con él.  —respondí comprendiendo que James no sabe quién es mi abuelo. Nos quedamos por unas horas más sentados en la roca, hablando de otras cosas, mientras nos poníamos al corriente de todo. En eso nos dimos cuenta que ya había caído la noche, regresamos cuando de repente había tenido una visión donde el señor Watson, el señor Pitz y el señor Yod estaban hablando con el señor Mortí, Alexander y yo llegamos tomando de las manos, sentí una mirada atrás de mí, voltee era Ian vi cómo le brillaban los ojos, al decirnos a ambos. —Alexander, Coraline, les llama el señor Mortí es urgente. Corrimos al llegar entramos, solamente una nube se mostraba que salía de aquel libro de madera, el cual nunca imagine que esa fuera su función y vemos que ya estaba James. —¿Qué sucede señor Mortí? —Estamos ya aquí con el consejo. —decía el señor Yod. En ese mismo momento que nos vieron los vampiros mayores, decidió hablar el señor Pitz. —Ustedes aún no se muevan, tenemos todo controlado. Note enseguida que ya habían hablado con el señor Mortí, asentimos y termino la trasmisión, al ver que aquella nube que solo mostro parte del perfil de nuestros maestros, se desvaneció. —Retírense. —ordeno el señor Mortí. Asentimos y salimos. —¿Que sucedió? James. —pregunte yo. —Yo solo llegue cuando el señor Mortí hablaba con los tres y lo demás, ya lo vieron. Nos quedamos pensando Alexander y yo que había sucedido, en eso preferimos irnos a dormir, si podíamos dormir y solo nos dirigimos a nuestras tiendas, en cambio. lLlegué a la pequeña cabaña y nadie estaba en la casa de campaña, en ese instante me puse un mameluco diferente que encontré, al ser que la que me había puesto no estaba. —Ya llegaste. Escuche detrás de mí y noto que es Alicia, salía del baño con su pijama, la misma. —Qué bonito collar no te lo había visto. Era una pequeña llave antigua, ya un poco vieja, pero tenía aun el color dorado. —Sí gracias. —¿Dónde la compraste? —Alicia pregunto. —No la compre Alicia, la encontré. —¿Dónde? Coraline. —El señor Watson y yo fuimos invitados a la fiesta de año nuevo en el castillo Hunter, estuvimos algunos días y el bosque que rodea el castillo es impresionante y muy bueno para estar entrenando, y en una de esas mientras corría vi algo brillante y fue esta llave —, la tenía jugando entre mis dedos. —Y me la quede, no sé si te distes cuenta, pero la traían en mi muñeca de pulsera. —No me había dado cuenta. En eso me quité el collar y empecé a ponérmela en la muñeca, Alicia se acostó en su cama. —Está bien buenas noches. —Buenas noches. Y se quedó dormida, igual que yo. Seguía igual, el rio con agua muy clara y trasparentes, entrenaba saltando los árboles, era mi deporte favorito, mientras los demás despertaban Alexander solo corría en el bosque y James aun dormía, me había puesto un pantalón de mezclilla azul con una blusa de manga larga negra y mis tenis blancos, mire mi reloj de mi muñeca rosa, eran ya las 11:30 a.m. Enseguida baje del árbol al estar ya en pocos pasos, sentí que alguien me tomaba de la cintura voltee. —¡Hola! Era Ian se veía un poco pálido. —Hola ¿Qué te sucedió estas pálido? —Ayer me estuvo doliendo todo el cuerpo, dice Samuel que está creciendo más mi don como tú dices. —Mmm… —¿Qué hacías por aquí sola? —pregunta Ian. —Entrenando, pero me dirijo con Alicia. —Te acompañare. Nos fuimos caminado, cuando ya estábamos cerca se nos acercó Alexander y tomo mi mano, casi me quedo en shock al ver a Ian que Alexander me tomo de la mano, le noté un poco rojo en las mejillas, quise soltar mi mano de la de Alexander, pero tenía su mano muy rígida, quería tener una visión confundida que siempre me desmayaba, pero nada sucedía, solo se miraban con caras de furia Alexander y Ian. —Alexander deberías de ir ayudar a Dorian. Me voltee, aún Alexander y Ian se miraban entre ellos, parecía que no habían escuchado a madam Moss, pero al instante asintió, soltó mi mano y se fue. —Ian deberías de estar en cama, aun no estás bien. —Si perdón Margaret. Pero al irse Alexander volteaba hasta que Ian me acaricio mi mejilla —Te veré después. Asentí y vi como a Alexander se le ponían los ojos negros de enojo, aun no entendía por qué y se fue Ian, aún seguía hay madam Moss. —Ven conmigo Coraline. La seguí. —No piense eso de los chicos, tú sabes muy bien que Alexander sigue sintiendo eso por ti. —Pero eso fue hace tiempo Margaret, debió ya de pasarle. —respondí, sabía que aun cursando la academia supe de las intenciones de Alexander hacia mí. —El aún no lo admite querida. —Lo entiendo Margaret, sucedió, pero ahora solo lo veo como mi hermano, nunca lo he visto de esa manera. —Tendrás que hacerlo entender, si realmente te gusta Ian, aunque no quería que lo lastimaras. —¿Por qué lastimaría a Ian? —pregunte. —Él ha pasado cosas muy terribles. —Pero aún no ha sucedido nada entre nosotros Margaret. —Eso está bien. —¿Quién es Dorian? —pregunte al cambiar el tema. —Son de los chicos nuevos, el de acero. —Se ¿Hace fuerte? —Si querida. Llegamos a una casa larga de madera color rojo marrón, entramos, era la casa de madame Moss. Al entrar había una mesa grande roja con sillas verdes, muebles azules obscuro, muchas flores de color n***o y muchas estatuas, empecé a mirar todo. —Toma. Me había dado una caja de cartón, no pesaba casi nada, ella seguía en el segundo cuarto, preferí concéntrame para mirar lo que tenía adentro de la caja, no quise abrir la tapa para que no se diera cuenta, al concentrarme la caja solo tenía muchas medicinas, bandas, alcohol, preferí no seguir mirando. Al salir madam, traía otra caja, fuimos a enfermería al llegar era un lugar grande casi nadie se enfermaba. —Dorothy aquí están las cajas. Había ocho camas dejamos las cajas encima de una pequeña mesita blanca. —Te puedes ir gracias querida. Moví la cabeza y salí. —¿Dónde estabas? Coraline. —me preguntaba Alicia. —Ayudando a madam Moss. —Está bien ven ayúdame en esto. —¿Qué sucede? —Tengo que ir a ver a black. —¿Quién es black? —A es mitad ornitorrinco y mitad oso y vuela. Caminamos un poco lejos del Imaginario. —Cielos, oyes y ¿Quién es Dorian? —Dorian es un chico de acero. —¿Qué es fuerte? —Si mucho, porque se vuelve de acero. —¿Cómo un hombre de lata? —pregunto a medio reír. —Exacto ¿Cómo supiste de Dorian? —Es que vi que fue Alexander ayudando a Dorian. —Ah. Al llegar vi que era un gigantesco animal largo y grande color n***o, con ojos cafés y empezó a volar de alegría. —¿Por qué lo encadenan? —Por qué está castigado. —¿Por qué? Alicia. —La otra vez no llego, lo empezamos a buscar y lo encontramos en el rio, estaba durmiendo y lo castigo el señor Mortí. —Hola —, y grite su nombre. —¡Black! Lo salude y acaricie al instante, me tomo cariño, lo soltó de la cadena. —Vete a dar un paseo black. —le dice Alicia. Agarro impulso y se fue. —No sabes ¿Dónde está? Ian. —dije de repente. —En su cuarto. Recordé que Alexander y él son compañeros de tienda. —Ven, vamos a ver que hacen los demás. Asentí y fuimos, todos estaban en el comedor, nos sentamos donde estaban Lola, Elizabeth, Henry, Dulce, todos solo platicaban del siguiente viaje que podrían hacer hacía México, pero en eso preferí pararme e irme, camine solo en círculos hasta que llegar a la casa de campaña de Ian y Alexander, en eso que llegue entre estaba acostado Ian en su cama, al verme se sentó en su cama aún estaba pálido. —¿Qué haces? —Aburriéndome. Me reí, me senté a su lado sobre la cama. —Quise venir a verte. —Gracias y entonces tienes familia. —Esta es mi familia. —respondí. —Naciste así. —No —, moví la cabeza. —Tengo una tía, la veo de vez en cuando. —¿Cómo? ella sabe que eres vampiro, anda cuéntame. —No sabe, solo sabe que viajo mucho, por eso no se le hace extraño nada. —Pero el señor Watson sabe de tu tía. —Sí. Solo mueve él la cabeza al decir: —Y que hacías por el rio. —Me gusta ir y estar en el bosque. En eso recordé que tenía que hablar con el señor Watson. —Me tengo que ir, acabo de acordar que tengo que hacer algo, es mejor que nos veamos mañana. —Está bien. Nos despedimos con un beso en la mejilla, sentí su calor suave y me abrazo cariñosamente, entro Alexander. —Los interrumpo. —molesto dijo. —Nos vemos chicos. —solo dije y salí casi corriendo, al estar afuera me fui hacía el rio, al llegar estaba la fuente de la que me había hablado el señor Watson, era la misma que había conocido hace años, seguía igual, una fuente antigua redonda gris, el agua tenía algunas hojas secas, saque algunas. En eso saqué la pequeña bolsa con aquellas rocas, la abrí y lancé, en ese momento la roca se desvanecía como un líquido que corría buscando a alguien, de golpe apareció el señor Watson. —¿Estás ahí? Coraline. —Sí señor. —¿Que ha pasado en mi ausencia? Coraline. —Nada importante señor, ¿Qué es lo que sucede?, señor, tengo que saberlo. —Muy bien, ha vuelto Augusto Mortifero y parece que quiere que resucite la guerra de hace 100 años entre los sanguinarios. —Y ¿Por qué todos creen que James tiene que ver algo? —Augusto aún no sabemos por qué lo quiere, pero pensamos que es por algo, por eso queremos que lo protejan. —¿Creen que intenta? Él me interrumpe enseguida al decirme. —No estamos seguros, pero tú también protégete. —Está bien señor. —Pero si en algún momento, llega Mortifero quiero que se vayan al castillo n***o. —Con el señor Salmos. —Exacto Coraline, has tomado sangre. —Sí señor. Había guardado algunos tubitos llenos de sangre roja y solo tomaba uno cada día. —Muy bien Coraline, me voy seguimos en contacto Coraline. En eso se quitó la trasmisión y me fui pensando, sé que el señor Watson nunca me lo menciona como mi abuelo, pero en cierto modo, que quiere Augusto de James, en eso mire mi reloj eran 12 en punto de la noche. Llegue a la casa de campaña, Alicia ya estaba dormida, solo me acosté en la cama y solo mire el techo hasta que me quede dormida.
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