Había dormido muy poco, casi toda la noche me quede despierta sentada en la banca colgante, ya después de un rato volvía a la cama a dormitar solo un poco, porque al amanecer me levante de la cama, aun dormía Alicia, salí a tomar aire, había un amanecer muy hermoso y tranquilo, aun nadie salía de sus casas de campaña o en las casas de los árboles, camine solo en círculos alrededor de las tiendas.
—¡Buen día!
Voltee, era Alexander no traía su pijama, se había puesto un pantalón de mezclilla azul y una playera café con sus tenis, me apene yo aún no me quitaba mi pijama y respondí a su saludo.
—Buenos días, ¿Tienes pesadillas?
Él solo me dio un abrazo, al decir a mi oído.
—Soy un chupa sangre.
Me reí al escuchar su suave voz, al ser que ese era nuestra clave cuando nos sentíamos bien.
—Me da gusto verte, te extrañaba.
—Yo también Coraline.
En eso decido preguntarle.
—¿Recuerdas la primera vez que nos conocimos?
—Claro cómo olvidarlo, parecíamos dos niños de kínder.
Nos reímos, era común comparar cosas con sucesos humanos.
—¿A dónde haz viajado? —pregunto enseguida, al comenzar caminando por el campamento de invierno.
—A muchos lugares, pero dime que has hecho tú.
—¿Yo? Cosas.
—Dime anda. —le dice Alexander.
—Cuéntame tu mejor.
—Te aburriría Coraline.
Reí al responder:
—Está bien, solo lo que hago es entrenar.
—¿Entrenar? —pregunta Alexander escéptico.
—Claro tú no ¿Lo haces?
—Sí.
—Entonces por qué se te hace raro.
—Es ¿Que solo entrenas?
—Claro, el señor Watson me entrena mucho a ti ¿No te entrenan?
—Claro, pero no mucho, viajo más.
—Mira y dices que me aburrirás. —le digo al verlo.
Y reímos ambos.
—El señor Yod siempre tiene que ir a ver a personas, y yo siempre viajo con él.
—Entonces derrochas el dinero. —respondo arqueando la ceja.
Al solo reír y me tomo de la mano al decir yo.
—Pero, también viaja mucho el señor Watson, pero solo que cuando estamos en casa él prefiere entrenarme o entreno sola.
—¿Cómo entrenas? —pregunta Alexander.
—Cuando es con el señor Watson, al viajar siempre vamos a algún bosque que haya, y siempre ve como están mis sentidos, cuando entreno sola en la mansión donde vivo hay un gran salón y hay muchas cosas para atrapar, pelear y más, y hay un bosque cerca al dónde voy a correr y a subir árboles.
Puso una cara de sorprendido.
—¿Qué? Alexander.
—Cielos nunca creí que subías árboles.
—Si avísame cuando quieras competir, aparte iras al campamento de los gradua...
Siento que me tomo de la cintura, había sentido un pequeño mareo.
—¿Qué te sucede?
—Nada. —respondo rápido.
—Como que nada, otro poco y te desmayas, ya dime. —dice Alexander serio.
—En serio nada no te preocupes, mejor ya me voy a cambiar.
El me observo.
—Te llevare.
—No gracias, estoy bien, no empieces como el hermano mayor.
—Lo soy, te llevare.
Casi me enfurecí, no me soltó de mi cintura hasta llegar a la casa de campaña.
—Muy bien, te espero. —dijo él.
—No —, niego con la cabeza. —Nos veremos después.
Sonrió y me dio un beso en la mejilla al entrar.
—¡Buen día!
—¡Buen día Alicia!
—Deje tu ropa en tu cama. —dice Alicia.
—Gracias.
—Tengo que irme, me llamo el señor Mortí, te espero en la jaula de las arañas.
—Está bien.
Salió Alicia y fui a mi cama, había un pantalón de mezclilla azul con una blusa de manga larga verde y ropa interior, al instante me cambié y salí iba caminado.
—Hola Coraline.
Volteé, era Ian con pantalón de mezclilla negra, con una playera verde, me reí.
—¿Qué sucede? —pregunta de repente.
—Tenemos el mismo color.
Miro mi blusa y la suya nos reímos.
—¡Coraline!
Gritaron mi nombre, volteamos los dos del lado derecho, era Alexander.
—¿Qué sucede?
Se acercó.
—Recuerdas que nos tiene que ver el señor Mortí.
—O claro nos vemos Ian.
Asintió y caminamos juntos Alexander y yo, se nos acercó James.
—Van para haya.
Asentimos y llegamos ante la casa del señor Mortí, al entrar.
—Buenos días.
—Buenos días.
Respondimos a coro, se paró el señor Mortí enfrente de nosotros.
—Iré a Suiza, estaré en contacto con ustedes.
Asentimos y extendió la mano, el señor Mortí dirigió hacía mí era una pequeña botellita, igual que les había dado a los tres vampiros, solo que el líquido era verde trasparente y al instante se sentó en su sillón.
—Cerca de aquí esta una fuente, dejarán caer una gota y al instante estarán en contacto conmigo, está bien, pueden retirarse.
Solo asentimos, salimos los tres, yo sabía de qué fuente hablaba.
—Soy James.
—Mucho gusto, Coraline, en entonces nos vemos luego chicos.
Asintieron y me dirigí donde nos veríamos Alicia y yo. Camine, solo vi alrededor personas extrañas, todos me miraban, respondía con un saludo, todos me saludaban con entusiasmo, llegue a la gran reja ya estaba adentro Alicia, les estaba limpiando, entre.
—Alicia.
—Coraline llegaste, creí que te ibas a perder.
Negué con la cabeza.
—Claro que no.
—Bueno ya terminé aquí, vamos, ahora te presentare a todos.
—Pero no dijiste que hoy tendrías un día ocupado.
—¿Me vistes? —pregunto Alicia.
—Claro antes de llegar.
—Tú solo espías Coraline —, solo sonrió Coraline. —Bueno cambiando de tema, el señor Mortí me dijo que conocieras el nuevo Imaginario.
Las dos, salimos, cuando íbamos caminando todos nos saludaban.
—Ellas son Mónica y Adriana, hacen acrobacias muy rápidas.
Las miré, eran unas gemelas de pelo n***o largo delgadas, vestían de pantalón de mezclilla azul, con blusa de manga larga corta amarilla, a lo que les dije:
—Entonces, confunden, nunca se sabe quién es quién ¿No? —pregunte.
—Exacto. —responden ambas al mismo tiempo.
Las observé por un minuto y encontré como no confundirlas, Mónica tenía los ojos verdes y Adriana café, después se fueron y nos saludó un muchacho alto, delgado, cabello corto café, vestía de pantalón de mezclilla negra con una playera de manga larga morada.
—Él es Peter, le salen espinas de las manos y cuerpos.
Me quede en shock.
—En serio. —dije.
El asintió con una sonrisa, extendió la mano y empezó a salir poco a poco espinas verdes.
—¿Puedo? —pregunte, realmente quería sentir aquellas espinas que veía saliendo de su palma.
Peter asintió.
—Solo ten cuidado.
Toque una, se sentía muy afilada parecía una astilla.
—¿Duele? —dije.
—No mucho, pero dolía antes.
—Y cómo te vez con la cara llena de espinas.
—No quisiera enseñarte, me veo horrible.
—No empieces de cursi.
Había dicho Alicia, rio Peter.
—Nos veremos después, tengo que ir con Billy.
—Ok. —respondimos a coro Alicia y yo.
—Me dio gusto conocerte.
—A mí también Coraline.
Íbamos caminando.
—Hola Alicia, Coraline.
—Hola. —respondimos a coro, era Samuel, era la persona más estricta que hay en nuestro mundo, bueno para mí, un hombre ya mayor aun no tenía arrugas, siempre quería todo en orden, él podía gritar y todo el lugar se movía con el gran sonido, vestían de un pants gris y una sudadera del mismo color.
—Ya comieron.
—Yo ya gracias. —respondió Alicia
—No tengo hambre gracias.
El asintió.
—Hay problemas verdad Coraline. —me dice él.
Solo muevo la cabeza a lo que pregunta él.
—Y a ¿Dónde se dirigen?
—Al comedor Samuel. —responde Alicia.
—Está bien.
Y se retiró, seguimos nuestro camino y llegamos al comedor, un lugar al aire libre con una lona azul que daba sombra y tres mesas largas, con manteles azules y silla blancas, con algunas bancas café, nos sentamos donde había tres personas sentadas comiendo.
—Hola. —saludamos a coro Alicia y yo mire a todos.
—Ella es Carolina, Dulce y recuerdas a Salomón.
Carolina era una chica, era alta, tan alta que apenas cabía, tenía un gran vestido vaporoso gris y valerinas negras, morenita, cabello corto n***o, Salomón era un enanito con una larga cabeza, cabello n***o corto, igual morenito, vestía de pantalón n***o y playera blanca y Dulce una chica alta, pelirroja, vestía de short blanco con una camiseta naranja.
—Les presento a Coraline.
—Hola.
—Como vez, Carolina es la más alta de aquí. —dice Alicia.
—Alicia, quien me gana es el señor Mortí.
—Hay, no mucho. —dice Dulce.
Volteo a verme a la chica, Dulce tenía los ojos de lagarto.
—Y Dulce es hermana gemela de Jasón, el chico que vistes. —dice Alicia.
—Sí que decepción, es mi hermano.
Reímos, todos nos quedamos solo platicando lo que han hecho antes de llegar al Imaginario, Carolina venia de la escuela del señor Willy, igual que los gemelos Jasón y Dulce, les mostraban a Carolina como pararse perfectamente o caminar para no caerse, los gemelos, distinguir las cosas porque solo veían en blanco y n***o y reíamos de las locuras que hacían. Paso un buen rato, preferí retirarme y caminar un poco quería entrenar, llegue al bosque que estaba atrás del Imaginario, empecé a correr, subir árboles, al subir solo se veía el imaginario y más árboles y a lo lejos el rio, aún seguía ahí, subí a uno de los árboles en la punta, me senté en una rama mientras observaba todo, vi a alguien sentado en una roca, era James, empecé a saltar los grandes árboles, al estar a un paso del árbol baje.
—¿Qué sucede? —pregunte.
—¿Creí que estaba solo? —responde con otra pregunta.
—Tengo un buen rato por aquí que piensas.
—Deje a mi familia.
—Eso lo he sentido.
—Mi familia cree que estoy muerto.
—Es lo mejor.
—¿Por qué Coraline?
—Cuéntame tu, porque querías ser un vampiro.
—Fue un accidente, tomé una araña del señor Pitz y pico a mi mejor amigo y para que no muriera, me convertí en vampiro y extraño a mi familia.
—No es lo mismo que me sucedió, pero no te sientas mal, a mí me sucedió, a Alexander también.
—¿Cómo Alexander también?
—Si él y yo nos conocimos en la academia 1958 del señor Jones, Alexander era un nuevo vampiro solo que el señor Watson lo encontró abandonado y él es como mi hermano.
—Existe una academia.
—Si claro, podrás después asistir a ella, pero será mejor irnos.
—¿Por qué vistes algo? —pregunta él.
—¿Sabes de mis visiones?
—Sí, Alexander me conto.
Asentí, caminamos hasta llegar, todos estaban en una casita blanca, igual a la casita de costuras, solo que esta era más grande y larga con barandales de madera.
—Donde estaban, los creímos perdidos.
Nos había dicho Dulce, reímos todos jugaban algún juego de mesa, algunos jugaban adivina quién, otros el uno, acertijos, jenga, etc.
Mire como se les tiraba el jenga a lola y Charly y reían, pero algo tomo mi atención, era Ian, estaba solo mirando hacia el bosque.
—¿Qué piensas?
—Perdón me asustaste que dices.
—¿Qué piensas?
—Mi familia.
—Perdón.
—No te preocupes, como te has sentido aquí.
—Muy bien ¿Cómo llegaste tú aquí?
—Como ya has de haber sabido, casi todos venimos de la escuela del señor Willy.
—Pero ¿Cómo los eligen o qué? —le pregunte, al ser que se muy poco sobre la escuela del señor Willy, un amigo del señor Jones y que también a veces unen los campamentos.
—Muy bien, al ya estar a un nivel alto nos ponen a elegir el lugar a donde queramos ir, yo elegí aquí, me gusta viajar y conocer gente nueva.
—¿Tu familia sabe que estas aquí?
—Sí.
—Como saben que tú eres de fuego.
—Es muy larga mi historia.
—No importa, tengo todo el tiempo.
—Está bien cuando era chico mis padres empezaron a observarme que me sucedía algo extraño, empezaron a buscar lugares que me trataran.
—Sufriste.
—Un poco, pero el señor Willy me encontró y llego ante mi familia, convenciéndola de que yo era normal y chicos como yo aceptaban, ellos aceptaron que fuera y entonces me fui haya.
—Los visitas.
—No tanto, pero los quiero mucho.
—Qué lindo.
—¿Tú tienes familia?
—Coraline.
Había interrumpido Alexander.