—Si señorita, no tengo mucho de llevarles sus desayunos, a y tu ropa la deje en el baño puedes tomar un baño.
Asentí agradeciendo y empecé a comer y salió la chica de la habitación, al terminar de tomar mi leche y comer deje la bandeja en la mesita que estaba junto a la cama, me metí al baño, me había dejado solo un pantalón de mezclilla azul y una blusa de manga larga amarilla y ropa interior, me metí a bañar, al terminar de bañarme me vestí y salí del baño, era extraño porque estaba ya tendida mi cama, y eso que no tome más de 5 minutos, preferí salir de la habitación, baje las escaleras, no había nadie en el castillo, preferí volver a mi habitación al subir de nuevo, salían de su habitación James y Alexander y solo les dije:
—Hola.
Sonrieron los dos.
—¿Acabas de despertar? —me pregunta Alexander.
—No, desde hace rato y no hay nadie en el salón.
—Mejor bajemos los tres a mirar. —dijo James.
Bajamos los tres, aún no había nadie en el salón fuimos al otro salón mientras caminábamos hacía el salón.
—¿Que desayunaron? —les pregunte.
Alexander puso cara de delicia, pero James de enojo.
—Fue una delicia perfecta de rini (sangre), aunque me parece que para nuestro amigo James no lo fue. —dijo Alexander.
—Y ¿Porque te enojas? James. —le dije.
—Es que no me gusto creí que comería como en el campamento de invierno.
Negué con la cabeza al decir:
—No, aquí o en cualquier otro lugar es diferente, deberás adaptarte nuevamente porque ya no eres un humano —, seguimos caminando mientras yo continuaba diciéndole. —Eres simplemente un vampiro.
—Creí que podría ser un híbrido similar a ti.
—Eso no es posible, después de como fuiste creado James. —dijo Alexander
A lo que yo asentí estando de acuerdo con Alexander. En eso llegamos al salón, estaba el señor Salmo sentado en la larga mesa.
—Espero hayan dormido bien.
—Bien gracias. —contestamos a coro los tres.
—Una pregunta señor.
—Si Coraline.
—Señor creí que hay más personas viviendo aquí.
Ríe el señor Salmos.
—Niña mía, todos fueron a arreglar sus asuntos, algunos a cazar y otros a prepararse, no temas, llegaran mañana.
Asentí, el señor Salmo leía un periódico parecía muy viejo.
—Pueden entretenerse leyendo los libros de la biblioteca o divertirse en el salón de videojuegos, el castillo tiene todas las comodidades, mire a Alexander y a James tenían cara de fascinados.
—Retírense, los llamare para comer.
Asentimos, salimos Alexander y James casi salieron corriendo, pero los detuve.
—Esperen que les sucede.
—Coraline somos hombres nos gusta los videojuegos y a las chicas solo jugar con muñecas.
Enarco la ceja y le di un golpe en la cabeza.
—Hay, dolió.
—Odio cuando te comportas como un niño mortal, nos veremos luego.
Y me fui a la biblioteca, miré y ellos iban hacía el salón de videojuegos. Al entrar a la biblioteca era gigantesca, había millones de libros de pies a cabeza, escaleras largas que incluían a los estantes llenos de libros, había sillones largos color cafés y mesas chicas de madera con sillas, preferí salir e ir afuera al dirigirme al patio, se escuchaba los gritos de alegría de James y Alexander.
Al llegar al patio era extraño, porque por la noche se veía tan pequeño que ahora por el día era grandísimo el patio, y tenía una gran distancia hacía el bosque, entonces preferí caminar, no correr, sabía que llegaría en un instante, era un gran patio con césped verde y flores, no eran como en algunas leyendas o cuentos que en una casa de un vampiro era su patio tenebroso sin árboles o flores, este era muy alegre, el castillo n***o se distinguía por un lugar alegre y nada temible, pero dependía de cómo se mostrara el castillo.
En el patio estaba la fuente donde nos había llevado el señor Salmo y claro, quien no conociera el castillo n***o, lo distinguían por un lugar muy temible y aterrador, llegue al bosque y empecé a subir arboles buscaba el árbol que me había dicho Michael, la encontré rápidamente y si era un árbol retorcido, solo tenía que asegurarme que por la noche parece moverse, preferí entrenar, no había tenido ninguna visión por el momento, me senté en uno de los arboles hasta la punta y empecé a observar mi llave que la traía en mi cuello, era aún dorado, la cabeza de la llave era una luna llena, distinguí algo en la llave, la observe más cerca y tenía la figura de un lobo, la talle con mi dedo gordo y no se borraba, era extraño, antes no la tenía, mejor preferí bajar del árbol e irme al catillo.
Al llegar ahí entre aún seguían en la sala de videojuegos, entre, era igual de grande que la biblioteca con millones de discos y una gran pantalla y sillones cafés, ellos jugaban quien bailaba mejor, estuve solo riéndome y solo se molestaban conmigo.
—Yo me sentare.
Se sentó Alexander en el mismo sillón que yo, mientras James elegía otro juego.
—Entonces me dirás quién era el que hablaba contigo.
—A su tiempo.
—Buenas, como el señor Mortí.
Me reí.
—Está bien te lo diré.
Se acercó James para escuchar.
—Era Michael.
—¿Por qué no se lo dijiste al señor Watson? —exaltado dijo Alexander.
—Aun no me da información y tenemos que ir a verlo esta misma noche.
—¿Verlo?
—Claro, no me digas que te pondrás tus moños.
—Tú sabes muy bien Coraline que no quiero verlo.
—Bueno, solo iremos James y yo.
Voltee a ver a James y asintió muy decidido, James al decir:
—Quiero conocer más de nuestra especie.
—Muy bien.
Le di una palmada en el hombro.
—Esta lista la comida.
Había entrado la chica, nos paramos y la seguimos, estábamos ya comiendo en compañía del señor Salmo, a mí me habían servido bisteces empanizados con patatas fritas y arroz con agua de Jamaica, mientras a los otro dos algo de aquella fruta roja que me hacía pensar en Violeta, pero veo enseguida un tipo de botana en forma de mariposa completamente roja, nunca he sabido exactamente qué tipo de cosa es, pero que disfrutan comer los vampiros algo que no es común verlo, en eso terminamos de comer y salimos del salón.
—Coraline, a qué horas iremos a ver al tal Michael y donde nos veremos. —dice James.
—A media noche.
Asintió y volvimos al salón de videojuegos, ahora solo jugaban varios de los diferentes juegos que tenía, en eso yo fui a la biblioteca, tome un libro que se titulaba “Cuentos de Vampiros”, era un poco sexosa y preferí no seguir leyendo y lo devolví en su lugar, sin darme cuenta ya era las diez, preferí subir a mi habitación solo me fije antes si seguían Alexander y James en el salón de videojuegos, ya no estaba pensé que ya estarían en su habitación, subí las escaleras y me metí a mi habitación, me acosté en la cama cerré mis ojos por un minuto, después los volví abrir los ojos, me pare de la cama, me dirigí a la ventana levante un poco la cortina y mire afuera, era extraño, ahora se veía muy cerca el bosque, mire mi reloj 11:59pm solté la cortina decidí ir por mi pequeña bolsa de viaje para sacar uno de mis frascos pequeños, porque el señor Salmos solo me mantiene con comida. En eso que solo saque uno y que destape un tubito de sangre, enseguida la tome y salí de mi habitación toque a la puerta de James.
—¿Lista?
Asentí entre y abrimos su ventana, ya íbamos a bajar cuando escuchamos encontrándolo parado afuera diciéndonos.
—Apresúrense.
Saltamos los dos hacia abajo cayendo como un gato, en eso que me levante volteo a mirarlo y pregunto:
—¿Que tú no ibas a venir? Alexander.
—Es que yo le dije. —dice James.
—No estabas muy molesto. —respondo irónicamente.
—Chistosa. —dice Alexander.
Reí enseguida.
—Por eso me quieres. —le respondo al hacer un gesto gracioso, al igual que él hace lo mismo.
Los tres nos dirigimos hacía el bosque, corrimos, al llegar al bosque nos fuimos caminando.
—¿Dónde es? Coraline. —dice James
—Ya vamos a llegar.
Seguimos caminando tranquilamente, mire el árbol y si el árbol retorcido notaba que tenía movimiento.
—Hay esta Michael.
Corrimos, me dio un abrazo, en eso conoció a James y a Alexander a ambos les dio un apretón de mano, pero Alexander le dio un abrazo, para después sentarnos a lado del árbol.
Es como a continuación él nos dice:
—Muy bien fue un poco complicado venir, pero les diré muy rápido todo, el señor Mortifero está aliándose con todas las criaturas oscuras, tienen planeado ir a algún lugar, tengan cuidado todo lo tiene vigilado, ahorita está viajando de un lado a otro para tener más aliados, Coraline dile al señor Watson que se apresure, el señor Mortifero tienen planeado llegar de sorpresa en el consejo.
Los tres nos que damos sorprendidos, al escuchar la última frase.
—Está bien. —respondimos al mismo tiempo.
—Y tú, como eres el novato, verdad.
Señalando a James asentí.
—Sí, creemos que Mortífero lo quiere para algo. —dice Alexander.
—Aun de eso no ha dicho nada, no ha tocado el tema de algún chico, pero yo estaré en contacto contigo Coraline.
Acepte al mover la cabeza.
—¿Por qué no te fuiste a áfrica? —le pregunto Alexander un poco enojado.
—Eso lo sabrás después.
Aun se enojó más Alexander.
—Una pregunta Michael.
Asintió, tomé la llave que traía en mi cuello y se la mostré.
—¿Por qué es tan importante esta llave?
Michael la tomo y observo cuidadosamente.
—La profecía.
—¿Que sucede?
—Mira les contare es una antigua profecía y leyenda que nuestros antepasados contaron, y que aún está presente por el señor Mortí.
Los tres pusimos mucha atención.
—Cuenta la antigua leyenda, que dos mejores amigos, uno era vampiro, otro lobo, pero al morir el lobo él le entrego la llave al vampiro, el abuelo del lobo le heredo esa llave.
—¿La llave que abre? —pregunte.
—Esa llave lo que abre es una gran puerta que está escondida en un lugar muy secreto.
—¿Que contiene la puerta? —pregunto Alexander.
—Hay siete lobos que fueron encerrados, para que eternamente solo defendieran el bien.
—¿Cómo fueron encerrados? —pregunte.
—El abuelo del lobo, el gran jefe, su gran madre que era bruja ordeno que se sacrificaran siete lobos para encerrarlos, porque en un futuro abría una guerra donde los vampiros los necesitaran, aun ellos no sabían de la existencia de los sanguinarios.
—¿Cuál es la profecía exacta? Michael. —pregunto James.
—La gran madre dijo, que, al perderse la llave, una gran guerrera la encontrará y será su gran ama.
Abrí los ojos por sorpresa y me quedé en shock.
—Que sucede si llegara a manos de los sanguinarios. —le dije.
—Sería una gran tragedia.
—Y entonces, esa guerrera soy yo.
—Sí, lo eres. —responde Michael.
Y James como también Alexander me miran.
—Pero ¿Cómo?
—Por el dibujo que tiene la llave.
—Pero esto no lo tenía.
—Porque solo aparece cuando la necesitas.
—Y quien sabe sobre donde esta ese lugar secreto.
—El señor Mortí, también sus maestros.
Nos quedamos pensando.
—Aunque no sé por qué el señor Mortifero no ha dicho de esa llave, si él sabe la leyenda.
Empezaron a escucharse pasos muy veloces.
—Me voy chicos, alguien me siguió, hasta pronto.
Y desapareció en la obscuridad.