- —Soy el señor Logan.

1192 Words
Pero sin dejar a un lado las que era causada por las familias o amigos, pero después todo fue calma para él, al enamorase de la joven y dama advere sorbí que fue Lorelei Sutherland y, aunque ella después murió, continua tranquilo, pero después en aquel aniversario que nunca he olvidado al presentarme Edmund como su hija, causa algo en mi abuelo que hizo que aquellas aguas crecieran, volviendo él a ser la persona que antes había sido y ahora, ver en esta visión me muestra que su mente y corazón ha vuelto a nublarse de oscuridad, a lo que dice a continuación. —Quiero que estén muy atentos en cualquier momento se moverán esos chicos, Michael no iras al bosque que está cerca de la mansión Logan, ahora irán Rangel y Veto sé que esa chica es más rápida que antes, pero él es más veloz, la derrotara sencillamente. —Señor ¿Por qué cree que vayan a la mansión Logan? —No discutas Michael. Solo dio una sonrisa malévola. —Retírense. Desperté, estaba en mi cama, Alexander y James estaba parados en la ventana mirando afuera y el señor Salmo entrando a la habitación. —¿Que sucedió? —pregunto confundida. Al instante me senté, se acercaron los dos. —Íbamos en los árboles y te caíste. Prosiguió Alexander. —¿Qué sucedió? —pregunto el señor Salmo. —Señor he tenido una visión. —Tendremos que contactarnos con Watson y los demás. Bajamos las escaleras y al estar en el patio, hizo el mismo movimiento en el agua y al instante aparecieron. —Que es lo que sucede. —dijo el señor Yod. —A tenido una visión Coraline. —dice en seguida Alexander. —¿Qué es lo que has visto? Coraline. —dijo al exaltarse el señor Watson. A lo que dije: —Señor he visto una de las reuniones del señor Mortifero que sigue teniendo, vigilado todo y que por alguien o no lo sé, sabe que iremos a la mansión Logan. —Debe de tener un soplón. —dice Alexander. —Señor y hemos visto a Michael. Quedaron sorprendidos los maestros. —¿Que les ha dicho? Coraline. —dijo el señor Pitz. —Que Mortifero tiene planeado llegar de sorpresa al consejo. —Entonces eso piensa. —dijo el señor Salmo pensativo. —Ustedes se irán a la mansión Logan. —Pero señor se dará cuenta Mortifero que tuvo razón. —dijo Alexander. —No importa, eso es mejor. Nos quedamos confundidos. —Tienen que irse hoy. Asentimos y nos desconectamos, entramos deprisa al castillo. —Vayan a prepararse. —ordeno Salmos. Subimos rápidamente a nuestras habitaciones, tome los tubos de sangre y los guarde en la bolsita, salí. James y Alexander esperaban en el salón principal, baje rápidamente, ya al anochecer nos fuimos por el bosque, lo pasamos tranquilamente, después el panteón maimón y así seguimos hasta que llegamos al bosque raima, alguien ataco a Alexander que se lo llevo a otro árbol más lejos, James y yo nos pusimos en guardia. —¡Ah! Había gritado James, el otro chavo lo tenía agarrado muy fuertemente al cuello y volando subí al árbol más alto, y sale al instante el chico, claro, era el que había visto en mi visión, soltó a James y me tomo empezamos a dar patadas y giros. Enseguida James empezó a darle golpes muy duros y fuertes, parecía que el chico no sentía ningún dolor, me di cuenta que Alexander todavía no acaba con el otro, en un momento que hicimos confundir al chico y perderlo. —James tú solo adelántate y espéranos en la puerta de la mansión yo llegare con Alexander. —No Coraline, yo iré contigo. —No por favor ve. Asintió y desapareció, me fui corriendo furiosamente casi con violencia, encontré a Alexander aun con el chico, estuve escondida atrás de un árbol esperado el momento. En ese instante salto a un árbol Alexander y al instante el otro hizo lo mismo, pero rápidamente bajo del árbol Alexander lo que hizo fue confundirlo, lo tomé del brazo. —Vámonos. Y nos fuimos corriendo llegamos con James. —Como se libraron de ese gorila. —dijo con sorpresa James Reímos. —Es un tonto. —dije yo. —Ja, ja, ja, ja, Igual con el que estábamos. Y entramos, tenía una reja grande negra y ya estaba abierto, al entrar había un gran patio y la puerta de la mansión grande y de madera se abrió de par en par, y entramos era un salón grandísimo con un millón de personas. —Muy bien. —dijo un hombre que se paró de su gran cetro, vestía de traje azul marino, con capa negra, era raro, todo vampiro mayor se distinguía por vestirse así, nos paramos enfrente del hombre. —Soy el señor Logan. Observe que era muy joven, aunque era totalmente vampiro, era exageradamente sin arrugas, no se notaba cuantos años tenía. —Acabo de hablar con sus maestros y han dejado dicho que solo Coraline sé quede aquí. —Pero señor. —Por favor, no he terminado, Alexander y James van a ir al castillo donde está ahora el señor Mortifero, solo tengan cuidado si algo sucede vuelvan enseguida o hallen a Michael. —Señor, pero yo. —Tú solo te quedaras. Alexander y James me miraron y salieron. —Ven sígueme. Lo seguí a un patio pequeño, había en la esquina una pequeña fuente, al estar ahí parada apareció el señor Watson. —Los dejare solos. Y se retiró. —Coraline. —Señor porque, yo podría cumplir esa orden. —Coraline déjame hablar. —Perdón señor. —No podrías ir, al estar cerca de Mortifero al instante te sentirías mal. Sé porque el señor Watson imagina que me suceda de nuevo, al ser que la última vez que mi abuelo y yo nos vimos frente a frente de alguna forma me sentí extraña, algo que causo preocupación en mi maestro. —Pero señor ya no ha vuelto a pasar. —dije. —Claro que sí. —Bueno si, en el catillo n***o solo fue una visión, pero no ha vuelto a suceder. —Solo quiero que te quedes aquí. Asentí y pregunté: —Y a ¿Que los han mandado? —Han ido solo a espiar y ver a Michael. —Pero señor, es peligroso podrían descubrirlos y aun peor descubrir a Michael que es leal a nosotros. —Eso no sucederá, solo quédate aquí, sabes que estamos en contacto. Y solo asentí aceptándolo y desapareció, entre de nuevo al castillo hasta el salón y volví a encontrarme con él, en eso me dijo el señor Logan. –Penélope te llevara a tu habitación. Era una chica pálida, pero de mi estatura, vestía un vestido color purpura, la seguí, subimos unas escaleras y llegamos a la habitación, una habitación grande con cuatros de paisajes alrededor la cama tendida de color morado, una ventana grande con cortinas verde olivo. Recogí la cortina para mirar, daba a una fuente redonda y grande, la chica pálida se retiró, era callada, me quedé sola por algunos minutos.
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