SEIS Se alejaron de la loma y se escabulleron en dirección al norte mientras se ponía el sol sobre la planicie de Lodainn. Nadie habló debido a los eventos horridos que presenciaron. Melcorka pensó en la batalla que suscitó y en la masacre que sufrió el ejército real que se prolongó por tres horas en manos de la fuerza menor y mejor disciplinada de los nórdicos. —¿Ahora qué? —preguntó Melcorka cuando el Fiordo de Forth apareció a lo lejos. —Ahora nos dirigimos al Castillo Gloom a planear nuestro próximo movimiento —dijo Bearnas—. ¿Alguien vio caer al Jabalí Azul? —Yo sí —dijo Melcorka. —¿Luchó con valentía? —Estaba al frente de la batalla —dijo Melcorka—. Y luego cayó. —Entonces no hay esperanza —dijo Baetan—sin el jabalí la sangre del rey estará perdida. La abuela Rowan liberó una