EL HOY ES UN REGALO

2483 Words
NARRA ESMERALDA Salgo del consultorio del doctor encontrándome con Peter, él no me pregunta nada mientras camina a mi lado. Creo que puede percibir que la situación no es tan buena después de ver mi rostro. Bajamos hasta donde me había señalado el doctor que esperaba por mí la doctora en maternidad. Peter se sorprende con solo ver el piso en el que estábamos. —¿Estas embarazada? —fue lo único que preguntó super sorprendido. Una lágrima rodó por mi mejilla al momento que asentí como respuesta. —Todo estará perfecto cariño, ya lo veras. No tengas miedo, tendrás a muchas personas a tu lado. Yo me ofrezco a ser tu esclavo si lo deseas para que no tengas que hacer nada que te agite y guardas energías para la pequeña ahí dentro y tu estén bien —menciona. —¿Cómo sabes que es una niña? —cuestioné con la ceja alzada. —Fácil porque alguien como tu merece tener su propia copia en miniatura. Aunque si tiene los ojos de su padre será mucho más preciosa —comenta y golpeo su hombro al ver la cara que hace ante la mención de Max. Yo soy un mar de emociones. ¿Por qué seré tan bendecida con tan bellas personas a mi alrededor? Entramos al consultorio y la doctora nos recibe con una gran sonrisa. —Bienvenidos, acabo de recibir la llamada del doctor Farré explicándome un poco tu situación. No puedo decirte nada sin revisarte y ver como esta tu bebé —Comienza a hacerme preguntas sobre mi último periodo el cual fue hace un poco más de un mes y otras preguntas de rigor. —Pasa y cámbiate por la bata que deje para ti en la camilla. Solo necesitas quitarte tu ropa de la cintura para abajo —Hago lo que me dice y me invita a recostarme en la camilla. Peter se para a mi lado y toma mi mano la cual se muestra temblorosa. La doctora explica cómo será el ultrasonido y me sorprende que tenga que ser de esa manera. Mas no digo nada la verdad que moría por saber cómo se encontraba mi bebé. Ella comienza el examen y se sorprende mientras mira la pantalla llamando mi atención y poniéndome aún más nerviosa. Miro como ella va colocando letras en la pantalla sin decirnos nada. Pude ver la cabecita de mi bebé y detallar ciertas partecitas de su cuerpo. —¿Algo anda mal con mi bebé doctora? —pregunte al verla con su ceño fruncido viendo con atención a la pantalla. Ella niega y me regala una sonrisa. —Para nada más bien todo lo contrario. Aunque el tiempo que me mencionaste conforme a tu periodo no es correcto porque según el ultrasonido estas embarazada de 12 semanas que son literalmente tres meses casi. —¡¿Tres meses?! Pero… ¿Cómo si tuve mi periodo? —grité y ella asiente. Recosté mi cabeza e hice memoria desde que momento pudo haber sido y nuestra escapada en Dubái es la que da justo para ese tiempo. No podíamos separar nuestros cuerpos y posiblemente de esos encuentros vino este bebé. —Eso pasa, especialmente cuando sigues con la toma de anticonceptivos. Todo está perfecto, ya tomé las medidas del bebé y no hay nada que llamé mi atención. ¿Te gustaría escuchar el corazón de tu bebé? —me pregunta y yo inmediatamente asentí. Los leves aleteos comienzan a escucharse y yo estoy que mi propio corazón se va a detener ante ese hermoso sonido. Mi hijo, mi bebé esta bien y sano. Es en este momento donde la felicidad comienza a llenar mi cuerpo y mente. Max y yo tendremos un bebé. Una sonrisa se instaló en mi rostro y no estaba dispuesta a quitarla de este sitio. —No hay que alarmarnos veremos cómo vamos evolucionando conforme pasa el tiempo. Por el momento el bebé esta perfecto —la doctora sigue hablando y me da una serie de papeles con exámenes que venga a realizarme mañana y me indica los medicamentos para esta nueva etapa en mi vida. Después de varios minutos volvemos al auto. —¿Cómo les dirás a tus padres? —me pregunta Peter. Yo encogí mis hombros. —Creo que con el primero que debo hablar es con Máximo. Me preocupa que nadie sepa de él y yo ya estoy por hacerme notar con una barriguita. La próxima semana es el cumpleaños de mi tío Guillermo, creo que ese será el mejor escenario para traerlo y que conozca a mi familia —Comenté y el solo asintió con seriedad. —¿Esta todo bien? Te noto algo serio o molesto —le hago saber pues desde que recibió una llamada mientras yo estaba en la farmacia esta algo indiferente. —Esta todo bien cariño, tú no te preocupes por nada. Lucas me ha enviado un mensaje y eso me puso de mal humor —dice y sé que me está mintiendo mas no le insistiré. Llegamos a mi oficina y me dedique a estar sentada viendo los documentos pendientes por firmar y revisar. Aprovecho a hacerle una llamada a Máximo para invitarlo y aunque no me afirmo que pudiera tampoco me dijo que no así que esperaré su llamada. Me sentía ansiosa porque esperaba a verlo para darle la noticia de mi embarazo. No sabía cómo se tomaría la noticia de un hijo. Me preocupa que los recuerdos de sus hijos fallecidos no lo hagan aceptar a nuestro bebé. Pasaron tres días y no había escuchado nada de Max le llame a su celular y no recibía respuesta. Estaba muy impaciente e inquieta esperando noticias de su parte. Hasta que un día antes de la fiesta mi teléfono por fin anuncio una llamada de su parte. —Max amor, me tenias preocupada. ¿Estas bien? —Pregunté con ansiedad. —Si, todo está muy bien, principessa. Me tomé el tiempo y terminar rápido algunos compromisos para poder ir a la fiesta contigo. Por eso te llamo, ¿Te importaría vernos en el lugar de siempre unas horas antes? —Comenta y yo también deseo eso. Se perfectamente para que y la verdad es que yo también lo necesito. —Esta bien amor. Te vere mañana ¿A que horas esta bien? —Pregunte y quedamos de vernos a las 3 de la tarde en la suite que siempre habita cuando viene a visitarme. Llevé mi mano hasta mi vientre y sonreí. —Mañana le diré a tu papito que estas creciendo sano y fuerte en mi barriguita —le dije a mi bebé. La puerta de la oficina se abrió dejando ver a mi sobrina que traía un perchero con vestidos. —Elige tu vestido para mañana —dice con una gran sonrisa en el rostro. Mostrándome dos vestidos uno verde y uno n***o. Me acerco y miro todos los vestidos hasta que encontré uno que me gustó mucho. —¿Y tu enamorado misterioso? —Le pregunté y sus mejillas se sonrojan. Siempre y cuando podemos por nuestros trabajos. Él viaja por negocios y yo por los desfiles, la empresa y la tienda. Pero ese hombre me trae guindada de una pata tía ¿y tú? —me pregunta y yo sonreí. —Mañana lo presentare a la familia. Junto con la noticia de que la familia va a aumentar —Le dije y ella se sorprendió al ver mi mano acariciando mi vientre. —Tía, pero tu dijiste que si… —No siguió prefirió cubrir su boca con sus manos. Vino a mí y me abrazo. —Todo estará bien, todos se pondrán muy felices ya lo veras —me dice queriendo darme ánimo. Asentí y devolví su abrazo. —Se que no a todos les gustara la idea. Especialmente porque pueda que sea cambiar mi vida por la de este bebé. Al menos dejare alguien que les recuerde a mi —digo y los ojos de Aitana se llenan de lágrimas. —No digas eso, tu estarás aquí para cuidarlo y no nos dejaras. Todos te ayudaremos —me dice y asentí en respuesta. —Lo sé, pero es una posibilidad para lo que quiero estar preparada. No quiero caritas tristes. Todo lo contrario, esto es un llamado para celebrar la vida —Salimos y me encontré Elías me trajo una serie de documentos y firmo rápidamente porque ya estaba por salir y los documentos eran para autorizar unas compras que se necesitaban en la bodega con urgencia. Y me sorprendió no ver a Peter en la salida si no a una de las águilas. —¿Peter? —pregunté y este solo se encogió de hombros. Me llevaron hasta mi casa y no pude comunicarme con Peter el resto de la noche. Al día siguiente llego y lo primero que hice fue marcarle a mi amigo, por fin había obtenido una respuesta de su parte. —Peter me has tenido preocupada, ¿Dónde fuiste ayer que no me avisaste? ¿Está todo bien? —pregunté rápidamente. —Estoy bien, solo que han suscitados problemas con una misión y he estado un poco distraído con eso. ¿Estas bien? ¿Necesitas algo? —me pregunta y no me gusta la seriedad implementada en eso. Algo definitivamente no anda bien. —Nada, a las 3 de la tarde me vere con Máximo en el mismo lugar de siempre. Yo me iré en mi auto si no pueden llevarme —No escucho nada del otro lado. —Yo te llevare para que no vayas sola, iré por ti a tu casa. ¿Estas con tus padres? —Pregunto con molestia. La llamada termino después de afirmarle. No sé porque la actitud de Peter me hizo sentir muy intranquila. El no era así y eso me preocupaba mucho. Me aliste para estar lista y busque a mis padres para decirles que llevare a alguien a la fiesta y costo poder encontrarlos ya que estaban en la terraza de su habitación. —¡Ahí están! Los he andado buscando por toda la casa, vine dos veces a su habitación y no los mire, fue hasta que escuche las risas de papá que me percate que estaban aquí. Ya me voy, nos veremos en la fiesta del tío Guillermo —les dije dándoles un beso en sus mejillas. —¿Cuándo nos presentaras al afortunado? —suelta mi padre. Sonreí agradecida de no ser yo la que tuve que iniciar la conversación. Mis padres podrían ser especiales muy a su modo. —Hoy, hermoso. Hoy, te presento contra quien debes pelear por el amor de tu princesa. Eso sí debo de advertirles que es un hombre que me lleva un par de años más. Los aparenta pues su barba canosa lo delata, pero me volvió loca no más al conocerlo —miro un poco de desaprobación de parte de mi madre. —¡¿Qué?! ¿Cuántos años mayor? —cuestiona mi padre sorprendido. —10 años —digo encogiendo mis hombros con una sonrisa en mi rostro. Mi padre ve a mi madre como si esperara su opinión al respecto. Ella hace mí mismo gesto restándole importancia. —Tú me llevas casi 5 años, otros 5 más no hacen diferencia. Lo importante es que ame a nuestra hija. Si a ella no le importa eso ¿Por qué deberíamos de preocuparnos? Esmeralda ya no es ninguna niña. Lo acabas de decir, es una mujer sabía que sabrá ver el mal y se apartará. —Siento que es más un comentario para mi sobre tener cuidado al momento de elegir a mi pareja. El detalle es que ya no solo es un noviazgo, mi vida está unida a la de Max atreves de nuestro bebé. —No estoy de acuerdo con eso. ¿Qué tal y es un hombre que solo se quiere aprovechar de mi princesa? —Pregunta mi padre y negué dándole muchos besos en su mejilla. —Tranquilo mi hermoso viejito celoso. Hoy lo conocerán, solo les debo decir que ya llevo algunos meses con él y se ha portado muy bien conmigo. Sin mencionar que es italiano y habla el español con un acento que volvería loca a cualquier mujer. Sin mencionar que ya se aprovechó de tu hija y ella lo disfrutó muchísimo —Me despido de ellos y voy hasta el auto donde Peter me espera. —Te ves divina, hermosa. Peter me da un abrazo y puedo sentir su cuerpo temblar —me separo de el para verlo y tomo su rostro entre mis manos al ver que no me quiere ver a los ojos. —¿Qué es lo que te pasa Peter? —Pregunte y el negó. —Solo mi conciencia que no me deja tranquilo. Me duele mucho una situación que esta pasando, pero no es nada que no se pueda solucionar. La persona involucrada es la persona más fuerte que conozco, sabrá salir de esta situación —dice y la inquietud que sentí hace rato no hizo más que incrementar. Subimos al auto y después de varios minutos me encontraba frente a la puerta de la suite. Toque la puerta y esta rápidamente se abrió. —Mi principessa me hiciste mucha falta —dice abrazándome fuertemente y besando mi frente. —Tú también a mí, amor —dije acercándome a sus labios y dejando un suave beso sobre ellos. Sus manos acarician mi cuerpo con tal delicadeza que un escalofrió me recorre. —Te amo Esmeralda, jamás lo dudes. Pase lo que pase entre nosotros, tu sigue adelante —me abrazo y acaricio mi cabello. Cuando nos separamos Max busco mis labios al mismo tiempo que bajaba sus manos hasta mis glúteos. Por primera vez lentamente fuimos dejando caer nuestras prendas. Max fue acariciando y besando cada parte de mi cuerpo con delicadeza, no con la rudeza de siempre. El me tomo en brazos y me llevo hasta la cama donde me recostó acomodándose entre mis piernas. Sus ojos se notaban apagados no tenían ese brillo de deseo que siempre me vuelve loca. —Hoy te hare el amor como si no hubiera mañana. Por que como cuenta la leyenda. “El ayer es historia. El mañana un misterio. El hoy es un regalo. Y es por eso por lo que lo llamamos presente”. No se cual sea nuestro futuro, pero sé que este momento es mi presente —Max invadió mi cuerpo después de dejar salir esas palabras. No sé, pero algo extraño estaba pasando, podía sentirlo y lo único que podía sentir era miedo, pánico a que todo este castillo que me he construido en mi cabeza y en mi corazón se venga abajo. Maratón 2/3 --------------------------------------- Copyright © 2023 Valery Archaga Todos los derechos reservados. Obra protegida por Safe Creative bajo el número 2304194085811
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