EL ASUNTO TIENE NOMBRE Y APELLIDO

1797 Words
NARRA MÁXIMO Algo en esta mujer me parecía familiar, pero por más que intentaba conectarme con alguien en el pasado o algo que me diga de dónde la conozco, simplemente no pude hacerlo. —¡Isa, las palomitas! —escucho que alguien grita desde el otro lado de la cocina. Mis ojos van hasta la pequeña que ya parece más una preadolescente que una niña de 11 años. —Hola Mad, ¡Feliz Cumpleaños mi bella principessa! —dije acercándome a ella para felicitarla. Ella me mira con la ceja alzada. —Vaya, hasta que se recuerdan de que existo. Ya daba por hecho que no vendrías —menciona de forma sarcástica. —Yo me retiro, aquí tienes las palomitas que disfruten su película —comenta la mujer a mis espaldas. —No, Isa, quiero ver la película contigo. Mi tío solo viene a saludarme, a pasar tiempo conmigo por un momento y luego se va como si estar conmigo le causará alguna enfermedad. Lo siento tío, pero así se siente las veces que vienes a visitarme —me dice y me toma por sorpresa que diga algo así. Me duele mucho escucharla hablar de esa manera. Sin embargo, me hace darme cuenta de que sus palabras no están lejos de la verdad. —Sabes que si es de esa manera es para mantenerte segura de nuestros enemigos, Mad —le digo y ella asiente. —Me lo has hecho saber todos estos años, tío, te agradezco por haber venido, pero si no quieres quedarte para ver una nueva película de terror con Isa y conmigo, no te detendré —comenta y su rostro muestra molestia, pero a la misma vez con la expectativa de no encontrarse con mi negativa de ver la película con ellas. —¿Quién dice que me iré sin ver la película? Me quedaré con ustedes viendo que tan terrorífica es esa película y sabes que es muy difícil sorprenderme —dije y pude ver sus ojos llenarse de alegría. Ella se acercó y tomó mi mano esta vez con una enorme sonrisa. —Eres tremenda pequeña demonio. Digna, hija de tus padres. Si ellos estuvieran aquí se sintieran muy orgullosos de la bella joven en la que te estas convirtiendo —comento y ella da un brinquito emoción y me abrazó, de reojo mis ojos van hacia la nueva compañía de mi sobrina y la pude ver bajar la cabeza cuando vio mis ojos en su dirección. Como había prometido me quede con ella viendo la película, la verdad que si me causo un poco de impresión la película. No sé porque siempre las películas que reflejan muertes de niños y sus dolorosos pasados tienen mucho impacto en mí. Si lo acepto, soy un mafioso muy sensible. Cuando estoy con mi sobrina me olvido de quien soy dejo esta capa de rudeza que me caracteriza. Dándole paso a ese Máximo que decidí enterrar hace muchos años y que ahora mi bella Esmeralda está reviviendo mucho de eso nuevamente. La película termina y mi sobrina se queda dormida a minutos del final. La tomo en mis brazos y la llevo hasta su habitación donde Isabella se encarga de prepararla, acomodarla y cubrirla con las cobijas. Salí de la habitación, no sin antes haberle dejado un beso en su frente. Me quedé por un momento esperando a Isabella no sé porque se me hacía conocida y que me provocara confianza. Tendré que investigar más sobre esta mujer, pero deseaba darle algo diferente de regalo a mi sobrina este año. —¿Se le ofrece algo señor? —me pregunta viendo hacia el suelo. —Si, me gustaría que arregle una salida con mi sobrina el día de mañana. Quiero darle como regalo de cumpleaños su primera salida de este lugar sin ningún problema. Claro tendrán que utilizar lo que es de costumbre y el hiyab para no llamar mucho la atención. Aquí tienes dinero suficiente para que le compres lo que ella quiera. Estaré mañana en la ciudad por si se llegara a suscitar cualquier situación. Mi escolta personal estará siguiendo sus pasos a distancia. Haz que la salida valga la pena, programa algunas cosas que ella te ha comentado que quiera hacer. No la dejes sola en ningún momento ni siquiera para ir al baño. Si le pasa algo me responderás con tu vida. ¿De acuerdo? —Concluyo y eso hizo que por fin levantara su rostro y nuevamente nuestros ojos colisionan. —¿Nos hemos visto o conocido de alguna parte, Isabella? —digo y nuevamente ella baja su rostro. —No señor, lo recordaría —comenta y no logro indagar ningún otro detalle porque mi teléfono vibra con unas imágenes que me hizo explotar de rabia y celos. —Confió mi sobrina en sus manos, no intente nada o lo puede pagar muy caro. Créame que no soy de los que solo amenaza —Digo al mismo tiempo que voy alejándome de ella. Salgo hasta mi auto y detallo nuevamente la imagen. Mi mujer está abrazando a ese idiota de su asistente, otra de ella subiendo en el auto frente al hotel. Recuerdo lo que me comento hace un rato y más me enoja que me desobedezca le dije que no la quería cerca de ese tal Peter. Salgo quemando llantas del estacionamiento de la casa para después dirigirme al hotel. Llegué a la recepción y le hice creer a la recepcionista que mi esposa había perdido su llave y que si podía darme una copia. Ella parece haber quedado embobada pues no dejó de verme a los ojos cuando me quité mis lentes. Me preguntó el nombre de mi esposa y no vaciló en darme una llave. Subí hasta donde estaba su habitación y debo de admitir que quedé prendido ante la erótica imagen de ella sosteniendo un arma. Esta mujer tenía la capacidad de volverme loco en segundos. Mi polla está urgida por volverse a enterrar en su apretado y caliente coño. No me quede con las ganas y el deseo de estar con ella. Esmeralda era ese manantial de vida que yo necesitaba y del cual no quiero jamás dejar de disfrutar. El tiempo fue pasando y por más que me quisiera alejar de ella, no podía. Estaba decidido en dejar de lado la dichosa venganza y concentrarme en encontrar la manera de deshacerme de Alexandra. Esa mujer sí que es un dolor en las pelotas. Mi chiquilla se merece todo lo que yo tengo para ofrecer. Ella estaba cada día más clavada en mi mente, en mi corazón, y en mi polla más seguido de lo que debería. Estaba poniéndola en riesgo, pero no podía estar sin ella y ella sin mí. Mi teléfono suena y es la causante de mis desvelos y calenturas de medianoche. —¡Principessa! ¿Cómo estás hermosa? —contesté como siempre lo hago con todas sus llamadas. —Estoy muy bien, podría decirte que más que bien. Amor en 5 días es el cumpleaños de uno de mis tíos, ¿Podrías venir y acompañarme? Aunque si no quieres o puedes está bien. Será en otra ocasión que conozcas a mis padres —dice y me quedo un momento en silencio. No podría ir y presentarme, así como así. Era seguro que sus padres saben quién soy. Se opondrán rotundamente a nuestra relación. Se darían cuenta que fue con malas intenciones que me acerqué a Esmeralda. Esto es parte de lo que volvía más complicado un posible futuro con ella. No quiero perderla, no después de darme cuenta en estos meses que estoy loco de amor por ella. La amo y quiero estar a su lado. —No sé si tengo algo para ese tiempo, déjame revisar y te haré saber hermosa. Te extraño muchísimo —digo y ella se ríe. —Nos vimos hace 4 días amor —me dice como si eso no fuera suficiente tiempo para estar separados. —¿No me extrañas? —cuestioné con un poco de tristeza. Ella se carcajea. —Por supuesto que te extraño cariño. Muero por verte, tengo muchas cosas que hacer y hablar contigo, pero me gustaría que conocieras a mis padres, hermanos y demás familia. Digo al menos que te hayas hecho para atrás en eso de querer ser parte de mi vida —Menciona y no puedo evitar sentirme incómodo por la ligera decepción en su voz al mencionar esto último. También yo necesitaba hablar con ella. —Claro que, si quiero, cariño. Déjame ver si no tengo nada programado para esa fecha y de ser así la cancelo dependiendo la urgencia de esta. Ahora cuéntame, ¿Que está llevando puesto mi mujer para dormir? —pregunté y eso comenzó una serie de fantasías eróticas por teléfono. Dios esta mujer me desestabiliza solo con un ligero gemido que sale de sus labios. Colgué mi llamada con Esmeralda y salí de mi habitación en búsqueda de algo de tomar. Me encontré a Pilo en el camino, lo que me pareció muy extraño verlo en mi casa y a esta hora de la noche. —Hermano, lo siento no debería estar aquí a esta hora, pero tengo un problema y solo tú puedes ayudarme a arreglar lo que hice —No me gusta para nada lo que refleja su rostro. Está ansioso, nervioso, preocupado entre otras cosas que se pueden distinguir en su actuar. Caminamos hasta mi despacho donde le invito una copa, estoy poniéndola en su mano cuando la puerta de mi despacho se abre nuevamente revelando a Alexandra. Su rostro reflejaba alegría y algo de emoción, lo que me preocupa y me pone alerta. Alexandra había estado muy tranquila y poco insistente en estas últimas semanas, está claro que algo está tramando algo y todavía no tenía información sobre qué sería. —Vengo a que hablemos y a proponerte un trato —dice y yo la veo con la ceja alzada. —Tú y yo no tenemos nada de qué hablar, Alexandra. Acabo de llegar y lo único que quiero es que me dejes tomar esta copa con mi hermano en paz y tranquilidad —le digo y es que ya me tenía hasta la coronilla estar aparentando frente a los demás. —¿Te interesaría si el asunto tiene nombre y apellido? Por ejemplo, Esmeralda Galeano Roberts y Madeleine Marchetti —Ella hace señas a alguien afuera de la habitación y puedo ver a Madeleine asustada entrando por la puerta. Siento que mi corazón está por salirse de mi cuerpo. —Tu dirás cariño de quien quieres que hablemos primero. ¿Tu sobrina o tu amante? Maratón 1/3 --------------------------------------- Copyright © 2023 Valery Archaga Todos los derechos reservados. Obra protegida por Safe Creative bajo el número 2304194085811
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