La primera noche en el palacio para la pareja había sido una tan fría como el clima que había afuera. A pesar de aquel breve acercamiento en el jardín, cada uno de ellos se encerró en su alcoba pretendiendo que esta era una noche más en sus vidas, y que tal vez al despertar se darían cuenta de que todo lo ocurrido sería tan solo una pesadilla. Sin embargo, cuando Altea abrió sus ojos, se dio cuenta de que todo era real. El fresco en el techo de esta majestuosa habitación la hacía saber que su vida ahora estaba en este sitio junto al hombre con quien ayer hizo las paces. Después de convencerse de que debía continuar, Altea se levantó de la cama y comenzó a prepararse para afrontar este nuevo día. Una vez lista, ella salió de la habitación y apenas cruzo la puerta, ella se encontró con Lea