Todavía no había amanecido cuando el rey Serkan se levantó de la cama con sumo cuidado para no despertar a Annia. Ella se encontraba rendida con su cuerpo muy cerca del suyo luego de haber tenido una noche bastante “movida”, ya que, al ver que su luna se recuperó de sus heridas, Serkan no pudo pasar por alto intimar con ella en el instante que se encerraron en la habitación. Y ahora a primeras horas de la mañana, como pudo, el alfa se levantó sin hacer ruido viendo como su destinada sin abrir sus ojos lo que hizo fue acomodarse en la cama para seguir durmiendo, y Serkan al ver aquello sonrió a medias saliendo de la habitación. Entonces, en el instante que él estaba afuera de la recámara, cerró con cuidado la puerta, viendo que Nilo estaba muy cómodo durmiendo, echado en el sofá en su for