2 días después – afueras del reino de Severin Annia se sentía muy mal. Los golpes con el cinturón que le había dado Cahen antes de salir se habían convertido en moretones los cuales ocasionaban que le doliera cada rincón de su cuerpo. La lastimada muchacha no quería examinarse, no deseaba ver su piel marcada y malograda como acostumbraba estar en el pasado, en algún momento tendría que hacerlo, pero ahora no le apetecía. No obstante, eso no era todo, más allá de su dolor por la violencia del rey Cahen, había que añadirle las náuseas y mareos que la joven luna en secreto ya sospechaba su razón de ser, y de tan solo imaginarlo, le aterraba. Se suponía que al menos hace tres días atrás debió haberle venido su sangrado mensual; ella siempre había llevado la cuenta ya que su sangrado comenzaba