Sus lágrimas caían pesadas sobre sus mejillas, y el llanto lleno de dolor sorprendió tanto al rey Serkan como aquella confesión que la joven le dio hace menos de unos segundos, sin embargo, el alfa dejó a un lado parte de su conmoción cuando Annia se volteó abrazándolo, ya que la mente de la luna en ese instante era un caos con los recuerdos que comenzaron a atormentarla, llenándola del dolor, miedo y la misma desesperanza que sintió antes de morir. Por haber dicho aquello en voz alta, fue como si lo hubiese revivido por segunda vez. Pero al estar junto a su destinado, sintió que a su lado bastaría para no volver a vivir ese momento tan oscuro de su vida. —No permitas que vuelva a pasar por algo así, rey Serkan… por favor —susurra Annia en llanto sin dejar de abrazar al rey que correspond