Sin duda que sir Just, iba ya en camino a Cornwall, comprendiendo lo peligroso que era quedarse en los alrededores. Tomó un baño que la reanimó un poco y escogió un hermoso vestido y un sombrero que había comprado antes de salir de Londres en una de las casas de modas más elegantes de Bond Street. —¿Adónde va, milady?— preguntó Hannah. —A dar un paseo y, si tengo suerte de encontrar al Príncipe con la señora Fitzherbert, los acompañaré a tomar una copa de vino. Agregó en tono irónico: —Si el conde pregunta por mí, ya sabes dónde encontrarme. Decidió aparentar que ignoraba lo ocurrido aquella mañana. —El Conde la quiere mucho, y se preocupa tanto por usted, que sin duda vendrá hoy a verla. Lady Roysdon sonrió y bajó la escalera, indicándole a Fulton dónde estaría en caso de que se l