La maldición del millonario

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ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤCOLLETE.

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Muchas veces venían a mi cabeza preguntas tontas, como, por ejemplo. ¿Qué hubiese sido de mi vida si no hubiese conocido a Nicolas? No tengo idea, pero seguramente hubiese sido todo un paraíso, esa rata asquerosa jugo con la mentalidad de una adolescente con problemas familiares, se aprovechó de mi falta de personalidad y carácter, me deje pisotear y derrumbar por la dependencia emocional que genere hacia él. Si tan solo no hubiese caído en sus estúpidos encantos, mi historia seria otra, no la de una Collette jodida y presa, claro.

La policía me tenia en sus manos, si no confesaba, se dañaba mi apelación para salir de este chiquero. ¿Cómo viviría tranquila después de delatar a mis compañeras? No podía imaginar lo que serian capaces de hacerme si se enteraran que las traicione, claro que también me preguntaba, ¿Qué harían ellas si estuvieran en mi posición? Estoy segura que no lo pensarían dos veces, todas aquí anhelaban la libertad. Suspiré fuertemente y le di una mirada retadora a la policía, quien me veía con aires de superioridad y mucha suficiencia.

— Collette, por mucho que odie a las criminales como tú, no dejaría que te pasase nada. —advierte—, Incluso si colaboras con el esclarecimiento de la muerte de Susy, podrías obtener tu libertad más rápido, ya que la apelación que realizo tu abogado, es muy buena y está bien sustentada.

Resople con fuerza, dejando mis pulmones sin aire, fije mi mirada al techo y cerré mis ojos con fuerza. Susy fue lo mas cercano que tuve a una amiga en todos estos años aquí, si las delataba, ella obtendría la justicia que merecía. Por mas que lo pensaba, no me veía siendo una sapa, no quería serlo porque sabia muy bien como acababan las que abrían su bocota, pero por otra parte la idea de libertad para mí lo representaba todo, más ahora que había reaparecido Trish.

—Esta bien, lo hare. —respondí decidida, su gesto de victoria fue único, una sonrisa se poso en sus labios. Lo que no entendía era porque ella estaba tan interesada en el caso de Susy, lo había cerrado al ver las evidencias que aseguraban un “s******o”. —, Solo tengo dos condiciones.

—Te recuerdo que no estas en posición de pedir condiciones, estas en riesgo, Colette. —responde a la defensiva.

—Solo quiero dos cosas, una que el acuerdo este por escrito y el fiscal apruebe mi liberación inmediata apenas cante todo como un ruiseñor—divertí alegando que diría todo lo que sabia. —, Y dos, ¿Por qué tanto interés en el caso de Susy? Lo cerraron apenas vieron la autopsia.

Lo medito por largos minutos, parecía pensar muy bien que responder. Su boca se entreabrió y por las mismas se volvió a cerrar en absoluto silencio. Esto me olía a que era personal, entonces lo recordé, Susy me hablo de su amor prohibido, una policía.

—Eres Alicia, ¿No es así? —inquirí, su semblante cambio, su mirada se suavizo y una sonrisa se posó en su cara.

—¿Cómo es que lo sabes? —preguntó con inseguridad.

—Susy fue lo mas cercano a una amiga que tuve en años aquí, la quise mucho, nos cuidábamos las espaldas siempre y…—mi voz se quebró, por mas fuerte que era, siempre me quebraba al hablar de las personas que quería. —, Yo… lamento mucho su muerte, si no hable antes, fue porque sabes perfectamente lo que les hacen a los sapos.

—¿Fuiste su amiga? Entonces ¿Tú eras la famosa, pecas? —inquirió, asentí quedamente, me causaba nostalgia el escuchar ese apodo que solo ella me decía. —, Susy me envió muchas cartas, en algunas te mencionaba.

—¿En serio? Susy era una gran chica, nunca me perdone el no haber estado cuando paso lo que pasó…—alargue, ella me dio un gesto de apoyo, increíble como el solo hablar de ella nos había suavizado a las dos. —, Ahora que se quien eres, tengo algo para ti.

—¿Algo? ¿Qué es? —preguntó con ilusión, le di una sonrisa triste.

—Susy tenia algo especial para ti, como nunca la visitaste, ella lo guardaba con recelo, no perdía la esperanza de que algún día vendrías. —respondo, ella agacha la cabeza avergonzada.

—Yo… mi familia no aceptó nunca el que me gustaran las mujeres, mis padres son conservadores, pertenecieron a la policía, si les decía que estaba enamorada de una reclusa, no sé qué hubiese ocurrido…—contó y sentí su tristeza. —, ¿Crees que puedas entregarme lo que sea que es? —inquirió y asentí, era suyo, le pertenecía después de todo y estaba segura que Susy lo hubiese querido así. —, Bien, entonces tenemos un trato, me encargare de gestionar todo con tu abogado, gracias Collette, te juzgue mal.

—Gracias a ti, Alicia. Siento que es Susy la que me envía esta oportunidad de ser libre finalmente. —agradecí, ella asintió y se retiró, luego de estrechar nuestras manos en un acto de trato.

La guarda vino por mi nuevamente, me llevaron a mi celda, se había acabado la hora del recreo, estaba nerviosa, sentía que podían enterarse de todo, ya que aquí siempre hay ojos y oídos en todas partes. ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ