¡Eres mía, mi pequeña mate!

Capítulo 11

—Muchas gracias Rocky. —Noten mi sarcasmo, luego me senté al frente de ellos.

—De nada. —Me sonríe como idiota.

Él sabía que estaba siendo sarcástico, pero le encanta actuar como si todo estaba bien.

—¿Por qué te castigaron? —pregunta mi estrellita.

—Por no haber estado en mi puesto anoche.

—Creí que no te tocaba vigilar y que por eso Chloe planeo la pelea anoche —dice Rocky pensativo.

Este idiota no sabe que me está hundiendo.

—Al parecer me cambiaron de horario y alfa me necesitaba —miento bastante bien.

Espero que el tonto de mi amigo quede bien con eso.

—Entiendo. —Me alivio cuando no pregunta más.

—Yo no estoy de acuerdo, me parece absurdo —dice molesta cruzándose de brazos.

—No, el alfa lo hace con razón Star, pues si cada quien no está en su puesto, ¿Quién avisará cuando nos encontremos en peligro? Él solo quiere prevenir —explica Rocky.

—El castigo no es necesario —sigue sin estar de acuerdo.

—Solo quiere asegurarse de que hagamos nuestro trabajo o nos abstengamos a las consecuencias —aclare.

—Yo.. —Se interrumpe a sí misma gracias a un estornudo.

—Joder, lo siento, creo que aún tengo pelaje de gato —Se aparece el chico del aeropuerto.

—¡Super! —Se levanta y lo abraza, esto no me gusta para nada.

—Me alegra volver a verte, ya que estuve esperando tu llamada pero no llegó. —Se separan del abrazo.

Que idiota.

—Si, es que… —Me miro y luego vuelve a verlo a él—. Perdí el número. —Se encoge de hombros—. Lo siento, soy muy distraída.

—No te preocupes, las cosas pasan por algo, tal vez el destino no quería que me llamaras, sino que nos encontramos aquí. —La hace reír.

—Puede ser… ¿y que haces aquí?

—Pues mamá quiere que regrese a vivir con ella y uso a mi hermana para convencerme así que estoy viendo la universidad para inscribirme, antes no me convencía, pero si estudias aquí, puedo hacer una excepción. —Coquetea y ella vuelve a estornudar.

—Oye amigo, recuerda que es alérgica a los gatos, ¿por qué no te alejas? —me puse severo y me cruce de brazos, ahora era el centro de todos.

—Si, solo vine a saludarla, quería sorprenderla de hecho, pero parece que el olor puede que me delate, aunque estoy seguro que me bañé bastante bien. —Se examina.

—Tal vez tengas algunos pelos. —Star suena amable y luego me regaña con la mirada.

Parece que no le gustó lo que dije, solo trato de cuidarla, ¿acaso eso es un mal?

—Puede ser y si es así, tienes un olfato increíble.

Obvio tonto, somos mitad lobo, olemos a kilómetros todo y escuchamos de todo.

—Bueno… nos vemos —casi se iba despidiéndose con la mano, pero vuelve—. Oh, ¿me das tu número? Estoy seguro que jamás sé me perdería el número de una chica tan linda como tú. —Le sonríe.

—¿Acaso no entendiste que es alérgica? —Estoy que se me revienta todo.

—A los gatos, no a mí teléfono, así podemos hablar sin tener que acercarme tanto.

—Al menos mantén distancia mientras hablen —ordene.

—Ross calma —Rocky pone su mano sobre mi hombro y se la quito de muy mal humor.

—Estoy calmado. —Ellos me miran extraño y solo respiró hondo para calmarme como pidieron.

—No le hagas caso a mi primo. —dijo ella.

—¿Tu que? —Vuelvo a enojarme y ella me mira mal.

Yo me controlo y me muerdo la lengua, esto no es por ella, es por alfa, así que contrólate Ross.

—Bueno, este es mi número. —Star le dicta su número de teléfono y él lo anota en su celular.

—Gracias, te llamaré. —Se veía muy contento por su objetivo.

Otra vez hace como si se va, pero vuelve, mierda que se te termine de ir.

—Otra cosa más, me reuniré con unos amigos más tarde, no sé si te gustaría ir, tendremos una reunión.

—Una fiesta —corregí.

—Es una reunión, no pasará más de diez personas —contradice.

—No amigo… —Star me interrumpe tapando mi con su mano.

—Me encantaría —sonríe.

—Cool, te pasaré la dirección por mensaje. —Le guiña el ojo y luego se va, finalmente.

Yo le lamo mano y ella me la quita de la boca.

—Que asco —se queja y se sienta.

—No vas a ir —dije.

—¿Por qué no? —se pone a la defensiva cruzándose de brazos.

—Porque podría ser peligroso.

—¿Lo dice el chico que se mete a peleas de lobos?

—Esos son reglamentos que hay que cumplir.

—Era una apuesta que hizo tu novia.

—Ella no es mi novia.

—Como sea, eso es más peligrosos.

—Los humanos son más peligrosos que tu propia manada.

—Voy a ir quieras o no, se supone que estoy de vacaciones y no tengo no muchas cosas planeadas, así que lo que se me presenté lo tomaré.

—Sobre mi cadáver.

—¿Y si vamos todos y ya? —propone Rocky.

—Pues no.

—Te escucho. —Le presto atención.

—Claro, ya que estás tan sobreprotector con Star, pues vamos tu, Meg, Star y yo a la reunión esa.

—¿Qué? No, ustedes no fueron invitados.

—Pues que lastima, porque aún eres menor y ese tonto debe entender que si nosotros no vamos, tu tampoco.

—No puedes hacer eso, no eres mi padre.

—No me importa Star, es por tu bien.

—¿Y si confías en mí?

—Oh claro que confío en ti, pero no confío en él, es obvio que quiere llevarte a la cama.

—¿Y si quiero ir a la cama con él también? ¿habría algún problema?

—Sé que no quieres y dices esto porque te gusta llevar la contraria, y en el momento que te defiendas y ese tipo no te haga caso, te verás obligada a usar tus poderes y alguien saldrá lastimado, sobre todo tu que no podrás vivir con la culpa de haber quemado a alguien que tú descontrolado poder.

—Idiota. —Me fulmina con la mirada y se va.

—¿Por qué mierda dijiste eso? —Rocky se enoja conmigo y yo me retracto.

—No lo sé.

—Los celos te pegan amigo.

—No son celos.

—¿Ah no? ¿Y entonces que es? Porque prácticamente le sacaste en cara la muerte de su mamá.

—Joder, la cagué. —Cubro mi rostro frustrado.

—Sé que ella lo entenderá. —Me palmea el hombro.

—¿Cómo podría entenderlo? —Suspiro.

—Pues te gusta y estás celosos, por lo que puedes cometer errores y decir cosas que no querías… —Lo interrumpí.

—Yo no estoy celoso y ella no me gusta.

—¿Seguro?

—Por supuesto que estoy seguro.

Tengo que obligarme a qué no me gustó, porque no debe gustarme.

—¿Y a qué se debe todo esto?

—Bien, te lo diré, pero solo para que entiendas que no me gusta y no estoy celoso.

—De acuerdo.

—Alfa realmente me llamo para pedirme que protegiera a su hija.

—¿Cómo se enteró que estaba aquí? —Esta tan sorprendido como lo estuve yo.

—Tiene a alguien aparte de mi que lo ayuda con ese trabajo.

—Entiendo, ¿Y sabes quién es? —Mira a todos lados como si se tratara de algo súper secreto.

—No, alfa no me lo quiere decir, porque esta persona debe mantenerse en cubierto para vigilarme a mi también.

—¿Y eso por qué?

—No lo sé, pero si esta persona está cerca, debo hacer muy bien mi trabajo o se lo darán a esa persona.

—¿Y? Sería una preocupación.

—No Rocky, quiero hacer esto, me ayudara a subir de nivel.

—Entiendo, entonces con más razón iremos a la fiesta bro, tienes mi apoyo. —Me abraza y yo se lo agradezco.

Esto es un trabajo y una gran oportunidad, por supuesto que no pienso perderlo, si lo hago bien, seré respetado por muchos alfas, recomendado para misiones, sobre todo si esto hará que cuando me vaya con mi grupo, no se meterán conmigo porque soy el mejor hombre lobo del gran alfa que lucho junto con los dioses para salvar el mundo.

Lo más importante es que esto me permitirá estar cerca de mi estrellita, aunque si ese hombre en cubierto está vigilándome, debo comportarme porque sino, descubrirá lo que siento por Star y el alfa me matará.

Nadie se mete en su camino cuando quiere algo y la mano de Star está bastante comprometida desde hace tiempo, y yo al menos quiero vivir para verla.

No es que sea un cobarde o tal vez si lo sea, pero Star no merece que la haga infeliz con mi imprudencia, sobre todo si ella no desea estar conmigo y aunque quisiera, mis bolas las controla su padre.

—Será mejor que la encuentre. —Me levanté para buscarla.

—Nos vemos luego. —Se despide de mí y me fui.

POV’Star

Ese estúpido, ¿Quién se cree? Estoy tan molesto que ni siquiera sé a dónde me estoy dirigiendo, aún estoy en la universidad, pero estoy tan concentrada en lo que pasó hace un momento, que no presto atención a lo que hago fuera de mi mente.

Bueno, en esa parte no ha cambiado, siempre se preocupo por mi como su hermanita menor, pero joder lo hace ver tan creído, hay que seguirle las órdenes al hombresito.

Me detuve a donde sea que me estuviera dirigiendo, pues quiero irme a casa y debo irme con ese idiota, o tal vez podría pedírselo a Rocky.

Me regreso a dónde estaba, que era el comedor al aire libre y veo a Rocky en la misma mesa donde estábamos sentados, solo que ahora tiene una chica sentada en sus piernas y más chicos a su alrededor, supongo que sus amigos.

—¡Hey Rocky! —lo saludé.

—Hey, Star, Ross está buscándote. —me sonríe.

—¿Podrías llevarme a casa? —pedí sin importar lo que dijo y me hace una mueca.

—Me encantaría, pero ahora estoy ocupado. —Lo lamenta con la mirada—. ¿por qué no esperas a Ross?

—Genial, gracias Rocky —dije con sarcasmo—. No sabía que tú ocupación era ser una silla, porque habiendo tanto espacio esa chica se sienta en tus piernas.

No pude evitar contestarle mal, es que lo que está haciendo no es realmente importante… ok Star, cálmate, no puedes depender de los demás y tampoco esperar por ellos como si fueran tus estúpidos sirvientes.

—¿Acaso esos son celos fueguito? —Se muerde el labio muy divertido.

—¡Ja! Ya quisieras Rocky. —Rodé mis ojos.

—Si eso quisiera, entonces debería preocuparme, ya que debo aclarar que tú y yo no somos compatibles.

—Mierda. —Bufe y me fui.

Mi piesitos funcionan, puedo irme con gusto. ¿Será que hoy es el día de molestar a Star? ¿O es el día de los idiotas? Pronto cumpliré dieciocho, no soy una niña pequeña.

La casa de Ross quedaba lejos, así que si quería llegar ahora, sería momento de comenzar a caminar. Creo que ahora sí puedo quejarme de lo lejos que puede estar la casa de Ross, ¿a quien se le ocurre vivir en el bosque? Lejos de la enfermería, escuela y todo.

El chico encajaba para ser un asesino, pero Ross no es tan malo. De todos modos me gustaba caminar, me relajaba y me despejaba la mente, por eso no hay problema, por lo que cuando vi algún camino queme guiaba por el bosque, lo tome, es mi naturaleza, no puedo evitarlo, amo el bosque.

Después de un rato, tal vez una hora o dos, llegué a casa de Ross ¿Y adivinen quién estaba ahí? Rocky, lo sé porque reconozco la camioneta me prestó para manejar hace unas horas.

La puerta estaba abierta, así que entré.

—¡Ah, Rocky! —Quedo paralizada sobre la escena que hay delante de mí.

Rocky estaba teniendo relaciones con la chica que tenía sobre su piernas en el comeder. ¿Qué le pasa a Rocky? Cuando vea a Ross se lo diré, ¿Acaso no siete respeto por su mejor amigo en su casa?

—Ajam —carraspe mi garganta para llamar su atención.

—Oh hola fueguito, ¿podrías cerrar la puerta? Es que estamos haciendo algo privado —me pide sin dejar de follarse aquella chica en el sillón.

Era la posición de cachorro, y gracias a esa sorpresa, no me fijé que había dejado la puerta abierta, por lo que la cerré.

—¿No tienes donde más para hacer eso? ¿cómo una casa propia? —insinuó.

—Deja tus celos fueguito, más tarde te toca a ti, solo debes esperarme callada en nuestra habitación. —Me dice con una sonrisa.

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