Estar en la casa de Natalia y ver los rostros conocidos y desconocido, al ser que la hermana de Natalia Nadia le había comentado que algunas de sus familiares venían de otro estado, también se encontraban ahí compañeros de trabajo, que al ver a Coraline la saludando formando una breve platica. En eso ven a los padres de su amiga Natalia, su padre Jorge y su madre Nubia que se encontraban algo decaídos por la noticia, recibieron a Coraline de una forma cariñosa como lo habían hecho los padres de Berenice y Mónica, que al solo mirar a sus ojos una especie de tranquilidad, al notar que se muestra el color de ojos de su propia Natalia.
Están un momento en su casa, cuando decide levantarse del sillón Coraline mientras continua su tía hablando con la señora Nubia, al haberle ya comentado que la policía fue a casa a interrogar a Coraline, lo mismo que se les dijo a ellos se los dijo a los padres de Mónica y Berenice, omitiendo el nombre del muchacho a lo que supieron descubriendo que quien cayó por el precipicio fue Natalia, quien murió al instante, ahora se encontraban hablando el día que se planeó para el funeral de las tres chicas, pero decidiendo que fueran cremadas y no enterradas, solo habría una ceremonia en la iglesia, al cual cada uno de los padres de las jóvenes invitaron a la tía y a la misma Coraline a que los acompañaran, cosa que aceptaron.
Coraline decide subir las escaleras para ir a la habitación de Natalia, al estar en ese gran cuarto y mirar hacia cualquier dirección se encuentran colgados los millones de posters y fotografías donde se encuentra ella de pequeña, niña, en la escuela y otras con familia, primos, amigos, amigas, en eso ve a un chico castaño alto que en la fotografía la abraza de una forma muy cariñosa y es como reconoce que es el ex novio Israel, el chico que también se encuentra en su casa ayudando después de que Nadia se lo dijo, en eso mira otra foto donde se encuentran las cuatro cuando iban de camino al parque temático y pararon para ir al supermercado, que encontraron, en eso Coraline decide tomar el marco de donde se encuentra la foto, mirándola fijamente al sonreír y reír, era gracioso, pero divertida esa fotografía en el súper.
—Extrañare a mi hermana.
Al escuchar eso Coraline se siente confundida, al fruncir el ceño y voltear a mirar si la voz que escucho, es la de Daniel al preguntar:
—Natalia ¿Era tu hermana? Daniel.
—Mi media hermana.
—La señora.
—No Coraline, mi padre es Jorge, él estuvo casado con mi mamá Isabel, pero se divorciaron.
—Y se casó con la señora Nubia.
—Si.
Al ver y escuchar a Daniel con un tono triste, causo en Coraline devolver el retrato a su lugar y abrazar a Daniel.
—Lo siento. —dijo Coraline.
—Gracias me alegra que estés bien.
Continuaron hablaron por un momento más.
—Coraline tu tía te busca. —dijo la señora Nubia.
—Gracias señora. —contesta Coraline.
Solo se despide de Daniel y va directo para bajar por las escaleras, al darse cuenta que la madre de Natalia cierra con llave la puerta de la habitación de su hija, pero cuando se encuentra en el pasillo no sabe cómo puede esquivar a las personas con las que se encuentra, hasta que, mientras iba bajando las escaleras, volteo por un momento a su lado derecho al ver exactamente unos ojos verdes azulado de aquel hombre alto, delgado y esa piel de porcelana, que parece una estatua antigua, blanca de mármol que sonríe de una forma familiar, a lo que solo sacude la cabeza al cerrar los ojos borrando esa imagen de su cabeza, pero ya se encuentra saliendo de la puerta, al ver que tía Agatha ya está esperándola en el auto.
—Perdón tía me encontré con Daniel, — le cuenta mientras sube al carro. —Sabias que Natalia y él son eran hermanastros. —dice Coraline.
—No lo sabía Coraline, — en eso arrancar. —Qué te parece ir al supermercado, debemos comprar algunas cosas de la despensa, ahora que no iras al trabajo. —dijo tía Agatha.
En lo que van en el auto yendo directo al supermercado, a lo que llegan al estacionamiento donde tía Agatha busca un espacio el cual encuentra, mientras Coraline tiene en su cabeza pensando, pensando en aquellos ojos tan penetrables al mirarla de una forma agradable y muy familiar. En ese instante escucha que detiene y apaga el auto, para que enseguida ambas bajan de el al ir juntas caminando, al llegar a las puertas que se abren de lado a lado, ellas entran y van por su respectivo carrito con el que van las dos pasando cada diferente pasillo, encontrándose entre las frutas y verduras.
—Tía iré a ver las libretas necesito comprar una para la escuela.
—Si Coraline te veo en la caja.
—Está bien. —responde Coraline.
Se dirige directo, donde se encuentran las libretas las cuales ve eligiendo, una en eso recorre rápidamente el pasillo de dulces, donde toma una bolsa de chocolates de conejo, en eso suena su móvil a lo que decide contestar nuevamente, no mira quien llama.
—Bueno.
—Coraline hola soy Violeta, vi tu llamada perdida.
—Violeta hola ¿Cómo estás?
—Muy bien gracias.
—¿Cómo están tus padres?
—Bien, pero estoy sola en casa, fueron a su reunión anual de medianoche.
—Entiendo amiga. —responde Coraline.
Violeta, su mejor amiga que la conoció desde que llego al vecindario y se volvieron vecinas, aunque nunca cursaron en la misma escuela, al ser que una estudia en la prepa y la otra en la universidad, aunque en si no duro mucho el descubrirlo, al mirar y leer un documento escolar extraño que hizo que Coraline se diera cuenta que la familia y Violeta son vampiros, llevando una vida lo más similar posible como los humanos, claro con sus propias reglas para estar protegidos, al no poder llevar una vida tan social entre humanos que en cambio, visitar e ir a su propio hogar cambian las cosas, pero, aunque Coraline lo supo, prometió guardar el secreto y no dejo de ser una buena amiga para Violeta. Continúan conversando cuando Violeta pregunto.
—Coraline ¿Sucede algo? Te oyes rara.
—Sucedió algo.
—Pero tu estas bien.
—Estoy bien al parecer.
—¿Al parecer? No te entiendo Coraline.
—Coraline con ¿Quién hablas?
Al escuchar la pregunta de tía Agatha que ambas se encuentran en el pasillo de dulces, a lo que voltea, sonríe y se separa un poco de la bocina de voz al decir:
—Tía es Violeta, — a lo que de nuevo se dice al teléfono. —Violeta hablamos al rato, me encuentro en el supermercado ya que este en casa te llamo, ¿Si?
—Claro Coraline si para que me expliques.
—Si adiós.
Solo se despiden ambas y es como Coraline y Violeta cuelgan al mismo tiempo, mientras ella escucha a su tía que le comenta que encontró un vestido, a lo que se lo muestra enseguida, al sacarlo del carrito de compras a lo que Coraline ve un vestido n***o vintage de mariposa, con un bordado de araña y escote de novia, sin mangas, a lo que ella sonríe agradeciendo al recordar que vestidos oscuros no es el color más común en su guarda ropa.
—Esta bonito tía gracias.
Las dos se encuentran en la caja pagando todas las cosas y productos que eligió su tía de la despensa, entre otras cosas, a lo que llevan el carrito lleno de bolsas que contienen las compras, en eso llegan al carro que se abre automáticamente la puerta de la cajuela, al ser las dos que acomodan las cosas y es como Coraline como tía Agatha vuelve al auto, al cerrar la puerta de la cajuela y es como suben y maneja dirigiéndose a casa.
—Siento mucho lo que les sucedió a tus amigas.
—Gracias tía, fueron a las primeras chicas que conocí he hice amistad con ellas, creí que estarían en mi primer cumpleaños que celebro desde que llegue y vivo en Caxza contigo.
—Lo se nena, al igual que tus planes que habías organizado.
—Así es tía.
—Qué te parece que salgamos un día antes de Caxza y vayamos a celebrarlo en la gran ciudad.
Sonríe Coraline, ella realmente no quisiera ir a la ciudad, decide solo aceptar y comentar algo agradable, teniendo en la mente que debe averiguar lo que le sucede a ella y descubrir quién es Edmund. En eso llegan a la casa, a lo que están en la cochera con la puerta de la cajuela tomando las bolsas, para entrar a la casa, al dejar en la mesa del comedor las bolsas ayudando a acomodarlas en la cocina, en eso que termina Coraline decide subir a su habitación.
—Tía estaré en mi habitación.
—Si cariño.
Ella sube a su habitación, al llegar decide cerrar la puerta y mientras enciende su computadora de escritorio, se ocupa en acomodar su nueva libreta en su mochila, al ya encender selecciona y abre la página para contactarse con su amiga Violeta, al a verle enviado un mensaje enviando el link a lo que se sienta enseguida frente a la pantalla, teniendo a su lado su plato hondo, al a verse preparado fruta picada, a lo que ve a continuación, se encuentra viendo en línea a Violeta a lo que sonríe Violeta, no había cambiado nada, seguía con aquel cabello largo suelto y peinado de un color azabache tan oscuro, al igual de oscuros que sus ojos, delgada pero alta.
—Hola Coraline. —saluda Violeta.
Coraline ve que detrás de su amiga se mira parte de su habitación, en colores cálidos, al ver un mueble que en su interior tiene algunos trofeos y retratos, entre otras cosas, a lo que ella saluda a su amiga y ella pregunta enseguida al ir al grano.
—¿Qué es lo sucede? Coraline.
—Seré lo más breve posible, me hice muy amiga de tres chicas Berenice, Natalia y Mónica, ayer nos invitaron a una fiesta que sería en el bosque, — Violeta la escucha a través de sus bocinas. —Y anoche fuimos, estuvimos ahí, pero lo más extraño no recuerdo algo más.
—Coraline conocieron a alguien de la fiesta.
—No lo sé, pero desde esta mañana que desperté tuve jaqueca y el cuerpo me dolía y tenía demasiado sueño, mi tía se dio cuenta me dio una aspirina y me volvía a dormir, al despertar me sentí un poco mejor, pero vino a mi casa la policía.
—La policía.
—Si vinieron a interrogarme solo que tuve que mentir, porque enserio no recuerdo nada, pero dentro de esa mentira recordé un nombre.
—¿Cual? Coraline.
—Edmund lo ¿Conoces? Violeta.
—Que recuerde no, esos tipos de nombres no son muy comunes de escuchar, — pero en la punta de su lengua tiene pensado de quien se trata. —No te preocupes, preguntare a mi padre quizás sepa quién es.
—Gracias.
Continuaron hablando, cuando Coraline menciono sobre cómo fueron encontradas en la colina del bosque.