Desde que ha despertado se ha sentido con jaqueca y no tan bien, Coraline no acostumbra tomar demasiada medicina, se encuentra platicando con su tía Agatha sentada a la mesa mientras es la hora de la comida, intenta ser normal para que tía Agatha no se dé cuenta y preocuparla.
—Coraline ¿Te sientes mal? —dice tía Agatha.
No podía mentir.
—Un poco, desde que desperté me duele la cabeza.
—Nena y te dormiste tarde.
—Debe ser eso tía, pero no sé porque me duele la cabeza y aparte tengo sueño.
—Debes descansar no iras hoy al trabajo.
—Pero tía.
—Nada de peros, yo llamare a tu jefe, le diré que no vas ir hoy a la pizzería, espera te daré algo. —dice tía Agatha.
En eso mira Coraline que su tía había abierto uno de los cajones de la cocina, sacando una tirita de pastillas que saco solo dos y venía con un vaso de agua.
—Esto te ayudara tómalo.
Mira las dos pastillas blancas al notar que son aspirinas, solo las tomas, ahora se encuentran dentro de su boca y toma un buen trago de agua al sentir como pasan por su esófago.
—Sube a tu cuarto y duérmete.
—Deja que te ayude a levantar la mesa.
—No Coraline ve a dormir así te pondrás mejor.
—Gracias tía. —responde Coraline.
Tía Agatha la ve subir por las escaleras, desde que llegó esta mañana noto a su sobrina algo diferente, aunque también cansada, a lo que le hizo pensar que está en esa etapa de entrar a su juventud y crecer.
Coraline se encuentra acostada en su cama con los ojos abierto, está esperando a que sus ojos se cierren y que el sueño aparezca atrapándola, pero estar pensando intentando recordar el día de ayer se le es imposible, recuerda que despertó, aún se encontraba sola en casa, se cambió su pijama por unos jeans, blusa y tenis para solo ir a la escuela y volver a casa, a ver hablado por teléfono con su tía ocupándose de hacer la tarea, porque cuando se encontraba sola en casa ella prefería comer, mucho después tomo un baño, se puso su uniforme, bajo a prepararse algo en la cocina mientras miraba algo de tv para ir al trabajo, en el bus recuerda bien cuando estuvo en el trabajo y a ver hablado con Natalia y salir de la pizzería y también que ambas estuvieron en la fiesta de que organizo Tania en el bosque, donde también estuvieron Mónica y Berenice y medio recuerda a esos cuatros muchachos que conocieron en la fiesta.
Es cuando decide llamar a una de sus amigas, comenzando por Bere que solo manda a buzón al igual que en el número de Mónica, cuando se encuentra llamando a Natalia, de repente comienza a cerrar los ojos, el sueño la invade quedando dormida mientras se continúa escuchando el sonido de llamada, que al final se acaba al escucharse el buzón y de repente el móvil de Coraline solo se apaga.
Tía Agatha decidió llamar al jefe de su sobrina quien contesto enseguida, al escuchar a la señora Flores que le comenta que Coraline no se encuentra bien y no se presentara a trabajar, algo que el jefe Alonso comprende al solo desearle que se recupere, a lo que Agatha agradece al colgar. En cambio, Coraline no ha despertado siendo que hace unos minutos fue a verla y aun se encontraba dormida y ver que a su lado tenía el teléfono, el cual su tía tomo dejándolo encima de su mesita que está a lado de la cama.
Ya más tarde Coraline despertó, aún continuaba acostada en su cama tapada con su sabana y edredón de colores con imágenes de rosas grandes, se encuentra mirando hacia su techo sin pensar nada, teniendo la mente sin ningún pensamiento a lo que gira la cabeza y ve su celular encima del mueble de ha lado de la cama, a lo que estira la mano para tomar su móvil y comenzar a leer y buscar en cada nombre de sus contactos tiene muchos registrados, con diferentes nombres, algunos son amigos que aún viven en Aluciad, donde antes ella vivió, uno de sus contactos conocidos y mejor dicho mejor amiga antes de a ver conocido a esas tres chicas de la preparatoria, Violeta, y ella no solo habían sido vecinas por un tiempo, al ser que ella primero se mudó solo de casa, pero continuaron en contacto como ahora, al ser que últimamente no se han hablado a causa de la escuelas y las demás cosas. En eso decide llamarla mientras escucha que llaman, ve entrar a su tía que la ve algo extraña a lo que decide colgar y llamarla más tarde.
—Cómo te sientes Coraline.
—Mejor tía ¿Qué pasa? —pregunta ella.
A lo que vio sentarse a su tía sobre la cama a lo que Coraline también se sienta al escuchar la pregunta de tía Agatha.
—Haz hablado con alguna de tus amigas.
—No tía, ninguna responde mis llamadas dime ¿Qué es lo que sucede? Agatha.
—Tranquila lo que debo decir es doloroso, tienes que ser fuerte se lo mucho que quieres a tus amigas.
—Solo dímelo.
—Miraba las noticias por la televisión y dijeron que hallaron a tres chicas muertas.
—No debe ser una equivocación. —le dice Coraline negando a lo que le dice su tía Agatha, sin darse cuenta que sus lágrimas salen de sus ojos.
—No Coraline, ellas murieron. —responde Agatha.
Mientras limpia las lágrimas de su sobrina, continúan hablando intentado explicarle lo que dicen por la televisión, cuando escuchan el timbre.
—Iré a ver quién toca la puerta.
—Si tía bajo enseguida.
—Si. —contesta al salir de la puerta y dejándola abierta.
A lo que se levanta de la cama Coraline, aun sin creer lo que su tía le conto, ella continua con los pies descalzos, sale de su cuarto bajando las escaleras al empezar y escuchar que su tía habla con un hombre y una mujer, a lo que baja mira que se encuentran en la sala.
—Como le decía solo venimos a interrogar a la señorita Coraline Funes.
—Debo estar presente, no pienso dejar a mi sobrina sola.
A lo que los policías acceden, solo desean hacer su trabajo. En eso voltean a ver a una joven que como anteriormente pensaban que era de 19 años, pero en realidad no parecía tener la edad, sino una chica de 16 años con aquella piel de porcelana y cabello que, aunque es castaño es oscuro y largo, que ya no se encuentra sobre sus hombros, sino hasta sus codos, sin olvidar sus ojos avellana tan singular que si fijas la mirada directo a sus ojos notas una sombra grisácea, que aún no se desarrolla exactamente, pero para algunos mortales no se dan cuenta, pero uno de los policías lo noto.
—Buenas tardes. —saluda Coraline.
A lo que ellos responden lo mismo y volviendo a presentarse, al escuchar Coraline que son Enrique Pérez y su compañera Tabita Jiménez, muestran cada uno sus placas a lo que asiente Coraline, el primero en hablar es el policía Pérez.
—Señorita Funes es amiga, — escuchar los nombres de sus amigas de algún modo removía algunos recuerdos pasados, asintiendo a eso con solo responder “Si”. —¿Cuándo fue la última vez que las vio? Señorita Funes. —dijo el policía Pérez.
—Ayer en la escuela.
—Tenemos entendido que usted trabaja en la pizzería Gregor. —dice la policía Jiménez.
—Si así es.
—Y la señorita Natalia Núñez también trabajaba en la misma pizzería.
—Si.
—Nos dijeron que ayer ambas salieron juntas y asistieron a la fiesta de la señorita Tania Guzmán. —dijo el policía Pérez.
—Si en el bosque, donde nos habíamos quedado de vernos con Mónica y Berenice.
—¿Cuánto tiempo estuviste en la fiesta? —pregunta la policía Jiménez.
—No lo recuerdo bien, pero estoy segura, — intenta recordar Coraline lo más pronto posible, pero como una muralla lo evita alcanzar esos importantes recuerdos del ayer. —Que no estuve mucho de diez a once, — debió mentir un poco sobre lo que recordaba. —Que a las once decidí irme, pero las cuatro nos habíamos separado, entonces las busqué para despedirme, — ellos la escuchan atentamente. —Es cuando llegaron las patrullas y la gente comenzó a correr a los autos e irse, y como no me encontré con ninguna de mis amigas conocí a un chico, — es cuando recuerda un nombre. —Edmund él me trajo a casa. —responde Coraline.
—Sabe su apellido. —le dice el policía Pérez.
A lo mueve negando y decir Coraline.
—Solo su nombre.
—Está bien gracias, nos retiramos. —dijo el policía Pérez.
En eso decide preguntar Coraline.
—Señor Pérez como fueron encontradas mis amigas.
Él policía voltea a mirar a la joven Funes y responde a continuación:
—Fueron encontradas en la colina del bosque atacadas por un tipo de animal salvaje, y una de ellas cayo del precipicio de la colina. —contesto el policía Pérez.
Coraline agradeció, a lo que tía Agatha los acompaña hasta la puerta despidiéndolos. Coraline decide ir hacia la cocina, en eso llega su tía y ve a su sobrina cortando una manzana para después ponerlo en su plato hondo color marrón, agregando algo de chilito en polvo, está en sus propios pensamientos a lo que voltea a ver a su tía que se encuentra al otro lado de la barra mientras come una rebanada de manzana, y ofrece a su tía quien solo toma una, comienzan a hablar sobre la situación de sus amigas, aún no saben cuándo exactamente será el funeral en el cual ha decidido ella presentarse.
—Tía me acompañarías a ver a los padres de mis amigas.
—Si hija.
—Solo iré a ponerme los tenis y ya bajo.
Asintió ella, sube rápidamente a su cuarto, toma sus tenis los cuales se pone, toma una de sus bolsas donde solo guarda su móvil, cartera y un labial, decide salir y bajar por las escaleras, generalmente siempre lo ha hecho rápido cuando algo le es importante, pero esta vez nota algo diferente ella, su agilidad, fuerza e intenso, aunque mirar su alrededor siendo que la casa es grande de alguna forma recorrerla ahora le hace verla pequeña, se encuentra a lado de la televisión.
—Tía estoy lista.
Ambas salen de la casa, suben al auto, a los primeros padres que visitan son a los de Mónica y sus dos hermanos, el mayor Manuel y su hermanita menor Agustina, a lo que bajaron del auto y al estar en la puerta tocaron, al ver que es Manuel quien los recibe invitándolos a entrar y es como ven a sus familiares y algunas otras persona más, a lo que saludan a Agustina y Manuel, avisa a sus padres tanto Agatha como su sobrina imaginan que la señora Mónica este desconsolable, a lo que ven a los padres los saludan y dan el pésame, algo que es difícil porque no sabes el gran dolor de ellos y sus hermanos a lo que deciden quedarse un poco más, para después despedirse rápidamente para de ahí ir a casa y ver a los padres de Berenice, quienes al igual están inconsolables de su muerte, como sus hermanos mayores y gemelos Gerardo y Gabriel y al igual que los acompañan su familia, amigos y persona, ya solo faltaba visitar la casa de su amiga Natalia.