Capítulo 12

2064 Words
Piensa por un momento en las palabras de Violeta. —Me gustaría conocer la colina donde hallaron a tus amigas.  Y a ver aceptado en llevarla, al ser que ella no ha tenido ninguna intención de ir a esa parte del bosque, menos hasta la colina y ver donde fueron que murieron, deja de pensar en eso, a ver ido hasta el bosque por su mejor amiga y a ver almorzado con ella, al formar una plática interesante y que Violeta solo comiera su habitual comida de siempre, negando la comida de tía Agatha y agradeciendo, pero en si no se explica tía Agatha, ni ella misma, al solo comer su fruta rojiza que pareciera una mandarina, que en vez de ser naranja su cascara fuera del color de la manzana, y que sus gajos son rojizos algo opacos, aún recuerda Coraline cuando aún vivían su padres y tenían pijamadas juntas, ambas se divertían y aunque la única que disfrutaba la comida preparada por su madre era Coraline, que en cambio Violeta solo comía de repente de esa fruta, es cuando vinieron las preguntas y respuestas las cuales Coraline las ha mantenido en secreto y solo una vez Violeta la dejo probar un gajo de su fruta, el cual Coraline la sintió tan agria con sabor a hierro, algo que molesto mucho su paladar y que por esa cuestión, bebió demasiada agua, borrando ese sabor de su boca, ahora que se encuentra trabajando en la pizzería viene a su mente que ese mismo sabor que de nuevo sintió, de alguna forma recordó que ella también se encontraba en la misma colina con sus amigas, está a punto de pensar en algo más. —Coraline. En eso que ha sido interrumpida, se mira que se encuentra en la caja al voltear y mirar a su cliente al ser Micaela. —Hola Micaela, si, te cobro. Mientras Coraline recibe el dinero y devuelve el cambio, platican un poco. —Bien gracias Coraline y quería decirte que gracias por invitarme a tu fiesta de cumpleaños que es mañana. —Si mañana, espero vayas. —Claro, bueno adiós. —Adiós Micaela. Seguir trabajando en la pizzería ahora solo tiene platicas cortas con sus demás compañeras de trabajo, al ser que Natalia ya no está y que solo le queda recordar aquellas platicas entretenidas, y que ambas se apoyaban mucho en el trabajo, pero solo volvió a su rutina, lo único de Natalia es el automóvil, esta vez llego en él, pero Violeta le pidió el auto prestado, al ser que quería hacer algunas compras que necesita, e ir a una biblioteca, en la cual después le comento Coraline que la llevaría a conocer, la que se encontraba en la preparatoria, algo que Violeta acepto, pero decidió ir a una librería que se encuentra en Caxza y que volvería por Coraline a la hora de su salida de la pizzería. A continuación, en escena se encuentra en su habitación de huéspedes, Violeta sentada frente a su laptop con la puerta cerrada y sola hace unos momentos había llegado a la casa, estacionando el yugo en la cochera y bajar algunas cosas que había comprado y consiguió en el supermercado, como algunos libros de la librería que necesitaba. Al entrar saludo de nuevo a tía Agatha, pero ella se encontraba algo ocupada, al quedarse en su oficina al solo decirle que si necesitaba algo estaría en su oficina, solo agradeció al decirle que estaría en el cuarto y quería dormir un poco, claro que no era cierto, se encontraba hablando por chat a través de una video llamada con su padre, comentándole lo extraño que ha visto a Coraline desde que la vio y hablarle de lo que ella le ha dicho. —Violeta ambas deben tener cuidado, más tu porque no sé en cierto modo le guste a ella cuando lo sepa. —Papá ¿Tienes alguna teoría? —pregunta Violeta al mirar a su padre a través de la pantalla. El padre de Violeta era un señor que se le podría calcular de 35 años, quizás porque tenía más que eso, del mismo color de cabello que ella, un hombre alto y todo un vampiro de la antigüedad, solamente que informado de todo lo moderno de estos últimos años, y siempre vistiendo trajes oscuros y con esa expresión de serio e inteligente, Violeta confía mucho en su familia, más aún en su padre y era para ella preocupante lo que le sucedía a Coraline, más a su familia que la quieren mucho. En eso que escucha lo que le dice su padre y hacer esa pregunta, es porque él podría estar en lo cierto, antes de responder a la pregunta de su hija Violeta, decide dar un repaso breve, rápido e ir al punto, en eso él menciona. —Sus amigas fueron asesinadas. —Si papá, pero han sido ya incineradas. —Mala suerte hubiera enviado a ese hospital a Christian, sabría con quien se topó Coraline, pero no me extraña que ella haya sobrevivido a ellos. —Papá porque lo dice. —Ella pudo recordar su nombre, algo no muy común que los mismos vampiros evitan que recuerde la víctima, pero de algún modo el mismo hizo que ella lo recordara. —Pero papá eso es peligroso porque significaría. —Exacto hija, el vendrá a verla y si estoy en lo correcto de quien se trata, después de que te dijo ese nombre. —Edmund, aun crees papá que sea el hijo del señor Mortifero. —Violeta estoy seguro, te contare algo de ellos que no muchos saben, sobre sus hijos del propio Mortifero. —Claro papá. —Ellos tiene una tradición que la llaman granes mikini, pero solo la hacen después de graduarse, es como visitan lugares, más que nada fiestas organizadas por humanos, es mal fácil según ellos disfrutar de la sangre humana sin ningún peligro y creo que ellas fueron las victimas del granes mikini hija. —Entonces papá la pregunta sería ¿Por qué dejo vivir a Coraline? —No lo sé, lo único que pienso es que haya visto en ella algo o como sabes, Edmund es un vampiro curioso, algo que no está bien visto en nuestra comunidad, y con la habilidad de sanar y eso no cambia que le guste experimentar o solo quiso devolverlas a la vida, de alguna forma, pero solo funciono en Coraline. —Entonces es bueno que ella haya vuelto, solo que me he dado cuenta que, de alguna forma, fragmentos pequeños de recuerdos vienen a ella, y lo que me preocupa papá que falte es que deba tomar sangre, —su padre estaba por decir algo más. —Espera, deja te diga que como te decía por un instante en el bosque sentir que fluía más lento el aire y solo era como si se sintiera solamente en el área, en que estábamos las dos y me compartiera sus, ¿Pensamientos, recuerdos?, Papá no sé, no entiendo cómo pudo Coraline causar eso y que lo sintiera yo también. Su padre no reacciona a eso, al volver a pensar. —Hija te llevara a la colina donde murieron sus amigas. —Si papá. —Entonces podrán hallar algo ahí que sirva, pero tengan cuidado y apóyala, porque quizás Edmund se encuentre cerca. —Crees que sea capaz de venirla a verla papá. —Si es muy probable cariño, porque ha pasado a ser una vampira que clase sea ella no lo sé y no sé si la tome como su prometida, hay mucho en juego, porque si el señor Mortifero lo llegara a saber sabemos lo que pasaría, y si el no actúa antes, solamente no quiero imaginarlo. —Cierto ni la misma Coraline sabe a lo que se enfrenta con esa familia. —Hija, te necesitara mucho, es mejor te quedes a su lado, pero no hagan nada ambas, deberían esperar a que aparezca Edmundo, es lo único que puedo decirte. —Está bien papá. —Debo irme, han llegado tus primos. —Ok me los saludas. Solo cortan la conversación, al decidir salir de su cuarto y mirar algo de televisión. Raimundo, había llegado por la noche, ambos se encuentran dentro del bosque caminando, llegando hasta la colina del bosque, mostrando a su amigo y guardaespaldas donde llevaron a esas cuatro chicas de las que solo una sobrevivió. —Ahora me di cuenta que Coraline es amiga de la chica Marcosqui. Ambos sabían quién era Violeta Marcosqui, y su padre Eduardo Marcosqui. —Cree que ella sea un problema. —No lo creo, imagino que viene a ayudar a su amiga Coraline y recuerdo que una vez me mencionaron sobre una humana muy amiga de la familia Marcosqui. —Cree ¿Que sea ella? —pregunta Raimundo, al comer un gajo de la misma fruta que cualquier vampiro come. —Tal vez, pero lo sabré cuando hable con ellas. —Tiene la intención de hablar con las dos chicas señor. —Claro, sería bueno saber la opinión y observación de una Marcosqui que ella haya ya descubierto. —Entonces cree que es bueno confiar en Violeta Marcosqui. —Lo creo. Ambos se encontraban parados sobre la colina, miran aquel horizonte en silencio y comiendo cada uno parte de su fruta, que en si sentían en su lengua una agradable placer de sentir su jugo que pasaba a través de sus gargantas, hasta su esófago, que causaba una delicia para ellos. Violeta se encuentra mirando la pantalla de tv, al cambiarle el canal y estar entretenida viendo un programa llamada cupcaket, donde solo preparan cupcakes, magdalenas y muffins. En eso que miran que uno de los participantes hace cupcakes de aguacate, que se ve delicioso, es una de las cosas que por un minuto desea ella comer, en eso que checa la hora, al oprimir el botón del control y darse cuenta de la hora, es cuando decide levantarse rápidamente apagando el televisor e ir hasta la oficina de tía Agatha, que aún sigue en su oficina, en eso toca la puerta con sus nudillos. —Adelante cariño. —Tía iré por Coraline a la pizzería, necesitas algo. —dice Violeta al verla sentada en aun en su escritorio. —No Violeta, gracias, ve con cuidado. —Ok me voy. Ambas se despidieron y Violeta solo toma su celular y sale hacia la cochera y sale manejando el auto fuera, mientras se dirige a la pizzería, desde que ha comenzado a manejar el automóvil de Coraline le ha gusta, aunque como ella le dijo que el yugo era de segunda mano, estaba bien conservado y manejarlo era sencillo y muy bueno, cuando ambas se conocieron en un principio Violeta le tenía envidia a Coraline, por ser una humana y disfrutar de una vida plena que puede comer lo que quiere, no es alérgica a nada y todos la quieren sin querer cambiar y ser ella misma, pero al conocerla todo eso cambio, al ya no sentir esa envidia que la ahoga, ahora lo que le preocupa es como se lo ha dicho su padre, ella no reaccione de la mejor forma, cuando descubra que ella sea una vampira. En eso que está por llegar, pero el semáforo indica el color rojo, es como Violeta se detiene en eso ve pasar a Shaun y parece que con quien va es la pelirroja que Coraline le había mencionado, al ser que van tomados de la mano, enseguida brilla al instante el color verde y Violeta continua manejando, en eso llega al estacionamiento de la pizzería y ve salir apenas a Coraline, hablando con un muchacho, Violeta toca el claxon y es como Coraline voltea y es cómo ve Violeta, que su amiga se mueve rápido y con agilidad sube al auto. —Violeta hola llegaste. —Si no quería que estuvieras esperándome, vamos a casa. —Está bien, vámonos. —Tu auto es muy práctico. —Lo sé. Continúan hablando dentro del auto yendo a casa. A unos Kilómetros muy lejos de Caxzas, se encuentra sentado el señor Eduardo Marcosqui en su inmensa biblioteca, pensando un poco con un poco de temor, al solo creer que lo que haya hecho el joven Edmund Mortifero no cause que haya convertido a una sanguinaria, como lo fueron las Devoras, antes de ser contaminadas, solo espera no suceda con Coraline.
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