Mirar al fin ese rostro que miraba en sus sueños interrumpidos a media noche, y que ahora se encuentran frente a frente.
Coraline y Violeta habían caminado por todo el bosque, en ocasiones Violeta subía a algún árbol solo a mirar, en eso que llegan hasta la colina, pero se encuentran solas, nadie ahí, está esperándolas.
—No deben estar lejos, tal vez hasta estén entre los árboles.
Voltea a ver hacia arriba Coraline y bajar la mirada enseguida, al decidir que no estaría buscándolos.
—Cuanto tiempo debemos estar esperándolos Violeta.
—Coraline ellos no deben tardar.
Continúan hablando entre ellas, cuando ven venir a dos personas que mira Coraline a lo lejos venir rápido y de alguna forma, Violeta le sonríe más al que viene vestido de vaqueros, con una camisa a cuadros, cree Coraline que tal vez ese vampiro creyó que vestirse tipo vaquero funcionaria, en cambio el otro que viene con él y que es el principal con quien hablar al venir, muy bien vestido, aunque se encuentra casual y los dos son altos, algo musculosos, más uno que el otro, comprendiendo que él debe ser el guardaespaldas, con ese cabello corto similar, color de piel pálida como mármol. Ellos llegan hasta ellas y ambos saludan Coraline, ve que Violeta saluda estrechando la mano con el muchacho delgado y al musculoso lo abraza al decir el.
—Hola preciosa, —en eso mira a Coraline al presentarse. —Me llamo Raimundo, Coraline.
Y se estrechan las manos, ella solo sonríe.
—Tell. —dice Edmund serio.
A lo que se dan cuenta ellos y Coraline solo dice:
—Hola Raimundo.
En eso se miran Coraline y el según “Edmund” quien la ayudara, ella solo lo mira desconfiada.
—Hola mi nombre es Edmund.
Ambos se estrechan las manos, a lo que ella se presenta.
—Hola eres Edmund soy Coraline.
Raimundo y Violeta siente el volumen de tensión que se siente entre ellos dos, y es como los dos solo se voltean, a ver por un momento al solo girar los ojos y volver a ver que Edmund y Coraline parecen vampiros que se miran no solo fijamente, sino también se dan cuenta tanto Violeta como Raimundo, esa mirada de Coraline al ver a Edmund con desprecio y que ella tiene sus brazos cruzados, y el solo la mira y se encuentran a una corta distancia, nadie habla, ellos dos se sienten solo espectadores, no saben quién hablara primero y Edmund en cambio, su mirada denota que ve algo que desconocen Raimundo y Violeta, a lo que no saben exactamente que hacen esos dos que se encuentran casi a la orilla de la colina.
Mirar al fin ese rostro que miraba en sus sueños interrumpidos a media noche, cosa que no quiso ella hablarlo con Violeta, pero ahora se encuentran frente a frente.
—Tengo entendido que tú no eres Darren espera, —Coraline desea sonar molesta, pero al mismo tiempo graciosa. —No lo siento, es Derek quien me mordió primero y después tú lo hiciste, como tus demás hermanos con mis amigas, solo por una antipática tradición vampírica, ahora a que vienes tú, no debería a ver venido y estar presente también tu “hermanito”, —ella lo dice al mover sus dedos entre comillas. —Entonces solo dime la solución a esto que cometiste en mí, no lo niegues soy un error porque yo no te pedí nada de esto, te escucho príncipe.
—Comprendo que estés molesta.
—Comprendes, prosigue príncipe. —dice Coraline molesta al rodear los ojos, realmente no sabía qué tipo de príncipe es Edmund, pero imagina que no es uno como los cuentos de hadas, menos de las películas animadas y tal vez sí de esas películas de navidad que son románticas con duques o príncipes rebeldes, que siempre se quedan con la protagonista.
—Y te sientas diferente porque ya no solo eres una humana, eres más que eso, pero antes quero saber tus síntomas desde que despertarte de tu cama.
—Espera un momento, fuiste tú entonces quien me llevo a mi casa y entro hasta mi habitación, ¿Cómo fue eso posible? Edmund.
El intenta reír un poco, pero la situación no lo amerita a lo que responde:
—La noche de la fiesta que conocimos a tus amigas y a ti.
—Si Berenice, Mónica y Natalia quien cayó de esta colina.
—Si eso fue un accidente, ella resbalo cuando miro los ojos de Derek.
—Lo llamas accidente, si claro no, pero son vampiros acaso no vuelan.
—Seriamos descubiertos.
—Claro, al ser que los príncipes no pueden arriesgarse ni un momento por una ordinaria y ridícula humana, así nos consideran, pero al final somos su alimento, no sobrevivirían sin toma una gota de nosotros que ahora yo también lo hare ¿Cierto? —le dice Coraline al ladear la cabeza.
Violeta y Raimundo se miran al a ver escuchado eso de Coraline, nunca nadie le había hablado así y menos a un príncipe de tal categoría tan importante, al ser un Mortifero.
—Quizás es todo lo que puedo decir, pero volviendo al principio, después que mis hermanos si no puedo mentir mataron a tus amigas, pero antes debo decir que algunos vampiros tenemos la habilidad de hacer dormir a la persona.
—Nos durmieron.
Edmund asiente y dice:
—Si idea mía, aunque mis hermanos les gustan que al morder a una chica grite y después se desmaye en un momento, pero como era mi graduación les propuse que durmieran.
—¿Graduación?
—Si señorita, el señor Mortifero esta graduado de la universidad del señor Jones. —dice Raimundo.
Coraline voltea al escuchar eso y pensar “¿Universidad para vampiros? Solo es una patraña.” a lo que dice:
—Ok después me dirás de eso.
—Cómo te dije, fueron dormidas cada una, es cuando mis hermanos las comenzaron a morder, al ver mi hermano que yo no tenía la necesidad de hacerlo él te mordió y los problemas empezaron con tu amiga Natalia, no sé qué es lo que paso, lo que puedo asegurar es que algo no salió bien, cosa que mi hermano Derek no me ha podido responder, pero de algún modo algo la asusto de él, yo quise atraparla, pero ella gritaba que nos alejáramos de ella, gritaba sus nombres más el tuyo Coraline, no te lo digo para que te sientas mal, pero es la verdad, pero comenzó a gritarnos que éramos unos asesino porque ya estaban muertas, pero solo se veían dormidas, es cuando ella resbalo y cayo solamente, yo ya no pude sujetarla, es la primera vez que vi miedo en ellos, después mi hermano Derek decidió que solo nos fuéramos, pero yo volví y revise a tus amigas y a ti, pero ellas ya se encontraban sin vida, aunque las mordí, pero no tuve respuesta, en cambio contigo sentí y escuche un leve pulso.
—¿Cómo supiste que esa era mi casa? Edmund. —pregunto Coraline.
—Antes que muriera, Natalia ella me hablo donde vivían todas.
—La hipnotizaste, así podías saber sobre nosotras.
—Algo similar a eso, el punto es que te lleve hasta tu habitación y desde entonces no me ido de Caxza.
—Ok bueno te diré lo mismo que le he dicho a Violeta desde un principio, desperté con una leve gripe, dolor de cabeza y demasiado sueño, como debes saber no vivo sola sino con mi tía, quien me dio tomar una pastilla para el dolor, después me sentí mejor, pero de un día para el otro me he sentido más extraña que antes, aun en la escuela si estoy rodeada de muchas personas los ruidos y olores se mezclan, antes solo era la garganta, pero ahora es también mi cuerpo quien exige un tipo de nutriente que me hace sentir en desequilibrio o un gran dolor, como si fuera veneno, he tenido miedo de mi misma, he comenzado a despertar a media noche o a veces a las dos o tres de la mañana y no consuelo el sueño de nuevo, es cuando solo me quedo despierta en la cama o solo me distraigo, me entiendes.
Edmund solo asiente y se encuentra pensando después de escuchar a Coraline, sabe desde un principio que ha roto una regla a ver vuelto a una chica en una Mortifero al ver que, de algún modo, aunque Derek fue el primero en morderla y después él y como se lo dijo, una vez un viejo amigo Adulció, porque su hermano Derek quien defiende de una gran familia vampírica, antes de que el señor Mortifero lo adoptara y al ser que su veneno algo que orgullece a su hermano, que causa que la víctima muera enseguida, pero si su teoría que traía pensando y fuera cierta, que el veneno de él se hayan complementado o mejor eliminar el veneno de Derek de Coraline y de algún modo, ella lo está depurando de su cuerpo, es solo un tal vez.
—Ok veo que el veneno se ha desarrollado en ti de buena forma.
—Buena forma Edmund, antes de venir ella y yo a esta colina Coraline casi se desmaya, no sé qué hubiera sucedido si no le hubiera dado un gajo del tlautik, que por suerte le ayudo solo un poco, porque continua sedienta. —le dice Violeta.
—Le diste tlautik Violeta.
—Si Edmund.
—Chicos estoy aquí. —dice Coraline al alzar las manos.
—Raimundo por favor, me pasas la caja que te había dado. —le dice Edmund.
En eso ven que del bolsillo de su camisa saca una pequeña caja muy pequeña, que entrega a Edmund y que él abre sin darse cuenta Coraline y Edmund se encontraban muy cerca el uno del otro, como también Violeta y Raimundo, a lo que abre la caja y contiene una pequeña botella con un líquido trasparente que pareciera agua, y que parece conservar unos tipos de patillitas pequeñas rojas que flotan.
—Coraline si eso te sucedió.
En eso Violeta lo interrumpe.
—No solo eso sucedió Edmund, si hubieras estado ahí también verías lo que yo vi, Coraline tenía los ojos cerrados comencé a notar en su piel la textura del color de sus venas que se mostraban cada momento más fuerte el color y desaparecieron, al comer el tlautik y cómo te digo solo un gajo.
—Gracias Violeta. —responde Edmund.
Coraline mira extrañada a Violeta, no le había contado nada de eso, en eso está hablando Edmund.
—Debemos actuar antes de que suceda algo malo.
—¿Malo?
—Si Coraline, podrías morir o convertirte en una sanguinaria para los humanos.
—No quiero eso, que debo hacer.
—Debes tomar esto, sé que al principio imaginabas que los vampiros somos como lo que salen en las películas, pero no, hemos evolucionado evitando cometer los errores de nuestros antepasados, claro que no ha sido fácil, siempre vivirá el mal y el bien.
—Pero existe el libre albedrío en todas las personas, aun en criaturas como los vampiros, solo dámelo, lo tomare.
Edmund le entrega la pequeña botella que ella solo toma de jalón, sintiendo creyendo que sería agua, al ser algo que arde en su esófago y que las mismas pastillas se comienzan a deshacerse en su paladar, mientras intenta escuchar lo que dice Edmund.