Los ojos de Maya se iluminan mientras vemos como entran el árbol de navidad la mañana siguiente. Caleb a penas se ha ido hace una hora después de un desayuno tranquilo. Anoche después de acostar a Maya nos reunimos como es costumbre el salón y hablamos un poco. Estoy nerviosa por su reacción. Solo espero estar haciendo lo correcto. —¡Muchas gracias! —canta Maya despidiendo a los empleados que han traído el árbol. Los acompaño hasta la puerta y cuando estoy de vuelta al salón Maya está revisando las bolsas con todas las cosas que compramos ayer en el centro comercial. —Comencemos—anuncio. Con paciencia sacamos los juegos de luces y las ponemos en el árbol. Las esferas y demás decoración son puestas por ambas. Poco a poco el árbol va tomando forma. A medio día hacemos una parada