Llegó justo a tiempo a la fila de entrada dejando a sus compañeras con el Jesús en la boca. Les guiño el ojo desde la última fila y para su suerte ninguna de las monjas se percato, lo había vuelto a hacer.
Ese fin de semana era el cumpleaños de Elisa todo estaba dispuesto en la casa grande para la gran celebración. Habrían muchos invitados, la familia necesitaba reafirmar su posición ante la sociedad y este era el evento perfecto. Además de una oportunidad para un buen pretendiente según creía Roslin.
La festejada estaba en su habitación con dos mujeres arreglándose para el evento. Gaëlle entro como un vendaval y la música se podía escuchar en el jardín. Amplió la sonrisa al verla a través del espejo al tiempo que atusaba sus rizos cobrizos
- ¡Elisa estas preciosa!
- La aludida giro y la miro de arriba abajo - ese vestido... es hermosísimo
-¿¡te gusta!? - sonrió - era de mi madre lo ajuste solo un poco y...
- Es más hermoso que el mío Caille- se acercó y lo miró de cerca acariciando su suave seda y mangas de terciopelo - ¡vas a sobresalir en mi propia fiesta! - camino a paso lento hacia el enorme tocador y se miro al espejo a punto de llorar, las mujeres compartieron miradas colocando los ojos en blanco
- ¡Tranquila!, es tu cumpleaños y si tanto te gusta podemos cambiar de vestido ahora
- ¿de veras? ¿harías eso por mi? - sonrió levantándose con una sonrisa. Al verla asentir se abalanzo a abrazarla riendo
Había tanta gente que se hacía difícil coincidir, todos hablaban y bebían del ponche y Gaëlle finalmente llevaba el vestido verde de Elisa. Algo ajustado y con mas escote de lo que normalmente usaba, además las mujeres que arreglaban a Elisa prácticamente la obligaron a quitarse la trenza y le hicieron un peinado soltando su cabello a lo que consideraron unos hermosos risos que caían por su espalda. Haciendo caso omiso a como se veía sonrió agradeciendo y salió al encuentro de sus compañeras del colegio que también estaban allí y charlaban todas amenamente. A pocas se les permitía ese tipo de evento mientras estaban de visita en casa, pero aquel era especial. Había sido la misma Gaëlle quien pidiera a sus familias dejar que asistieran para acompañarla.
Elisa desde que saliera y diera las acostumbradas gracias a todos por estar allí había estado buscando a Darren. Era el motivo de que se hubiera puesto especialmente bella, hacia unos días en la cena le había preguntado por Marisa y aunque por cortesía la había invitado todos sabían que no asistía a eventos desde que su esposo falleció. Era un ser gris, recluido entre las paredes de su casa y sin brillo, no podía siquiera sentir celos de una mujer así. Esa noche estaba dispuesta a conquistarlo y en cambio él no hacía más que buscar a alguien más. La preciosa rubia de su consultorio.
Roslin miraba a todos lados buscando a Donovan quien aun no había llegado a pesar de que había salido temprano del hospital. Tenía que atender a los invitados así que dejo sus cavilaciones para luego, cuando su esposo le lanzó una mirada para que se acercara a conversar con una pareja bastante conocida que honraban con su presencia.
Escuchó una voz dar las buenas noches detrás de ella. Al mirar las caras de sorpresa de sus amigas, frunció el ceño y giró para encontrarse con una cara conocida, sonrió recordando la ultima travesura mientras el caballero besaba su mano con galantería
- Veo que se encuentra usted muy bien señorita
- Si gracias doctor... - realmente no conocía su nombre o no recordaba que se lo hubiese dicho
- Darren Mitchell - dijo sin soltar su mano
Tuvo que retirar la mano de la suya. La forma como la miraba la hacía sentir incomoda, nunca nadie la había mirado así. Le presento a las chicas para pasar página de el pequeño momento y ellas seguían embelesadas viendo al caballero que no podía negar era bastante apuesto, tan galante que se quedo a conversar un rato antes de que Gaëlle se escabullera alegando que debía a ayudar a su madrina. Se quedó rodeado siguiéndola con la mirada unos instantes antes de que las chicas le hicieran una pregunta sobre su país de origen.
Cuando la encontró Roslin, la llevo aparte y le pregunto si había visto a Donovan en algún lado. Movió la cabeza negándolo, aunque se imagino donde podría estar. Tranquilizo a su Madrina diciéndole que seguramente tuvo alguna emergencia y que ya llegaría, lo cual hizo mucho rato después.
Al primero que encontró tomando una copa fue a su colega
- ¿Nadie notó mucho mi ausencia?
- ¡Que descaro! por suerte solo tu hermana quien me ha preguntado varias veces. Donovan debes dejarte de estos juegos, aunque te entiendo perfectamente - Sonrió - pasé unos minutos maravillosos cautivándome con la mujer más encantadora que he conocido. Si pudiera convencerla de tomar el tratamiento y casarme con ella mientras tenga vida sería el hombre más feliz del mundo
- Que conveniente Darren... ¿Marisa esta aquí?, tengo entendido que no acude a eventos desde la muerte de su marido, además debe surtirse bastante mal
- Parece que no hablamos de la misma mujer - si logro conseguirla de nuevo entre tanta gente...
- Hola Darren me complace que este aquí - le sonrió Elisa apareciendo frente a ellos
- Elisa... feliz cumpleaños, es una hermosa velada y tu estas preciosa - sonrió besando su mano cortésmente
- Gracias - giro a su tío - Donovan mi madre te está buscando, parece que quiere hablarte de algo importante. Está en la cocina en estos momentos - asintió y los dejo solos. Al fin podía hablar a solas con el hombre que estaba segura seria su esposo
-Al encontrarse con su hermana en la cocina, ésta le lanzo esa mirada que conocía tan bien en total desaprobación y ni siquiera le dirigió la palabra - Roslin lamento llegar tarde
En la cocina solo se encontraban las mujeres de confianza coordinando para servir la cena. Todos estaban en el jardín esperando, se había retrasado todo. Dejo de un lado la copa que llevaba en la mano y le enfrentó
- Sabes que no es porque llegaras tarde Donovan. Es tu comportamiento, la gente comienza a hablar y no puedo creer que seas tan insensato
- Si tan solo dieras tu consentimiento...
- No dejó que concluyera, se empañaron sus ojos - ¡Jamás! y lo sabes - con ello corto la conversación dejándolo en la cocina, no estaba dispuesta a ceder
No entendía la actitud de su hermana, para él era importante que ella aceptara las decisiones que tomaba y siempre lo había apoyado, incluso cuando decidió convertirse en medico viviendo lejos por años. En parte entendía por qué de su negativa, pero era su felicidad la que estaba en juego. Salió molesto de aquella cocina frente la mirada atónita de las queridas empleadas, cruzó las puertas tan rápido que tropezó sin querer con alguien
- Lo siento mucho señorita... - por unos segundos concentrado en sus pensamientos no la reconoció, traía maquillaje y se veía distinta, tanto que parpadeo varias veces antes de pronunciar palabra - ¿Caille?
- ¡Donovan por favor! ¿Qué le hiciste a mi madrina? está furiosa contigo - al ver que no le respondía chasqueo los dedos en su rostro -¡Hey! ¿estás aquí o sigues en otro lugar?. Acompaña a Elisa todos han estado preguntando por ti, yo voy a tratar de hablar con mi madrina ¿está bien?
- Reacciono de pronto dejando escapar el aire - ¡si claro!... y tú.. - sonrió en medio de todo - ¿cuándo dejaste de ser una niña? - jugueteo con las palabras
- No te hagas el gracioso
Le dio media vuelta y lo alentó a salir a acompañar a la festejada y a su tío mientras ella iba a la habitación no sin antes intentar taparse más la piel expuesta gracias al vestido que no estaba hecho a su medida
Al entrar su tía miraba una fotografía vieja en tonos desgastados grisáceos en donde se podía ver a los tres niños sonrientes. Donovan siendo un adolescente tomaba de los hombros a las dos niñas sentadas en un banco. Al girar miro a Gaëlle recostada sobre la puerta
- ¿Cómo es que mis niños han crecido tan rápido?. Sé que no puedo controlar sus vidas, pero ¿como hace una madre al ver que sus propios hijos toman caminos equivocados?
- Madrina sea lo que sea que la pusiera en ese estado si hay algo que debemos aceptar son los designios que la vida tiene para cada quien, lamento mucho si yo he hecho algo que... bueno es que hago travesuras en el colegio pero...- la mujer de ojos azulados se limpio una lagrima y le indico que se sentara a su lado
- Voy a quererlos sean como sean, pero hay cosas que no soportaré Gaëlle. Dime que trataras de sacarte esa idea de no casarte nunca. Yo sueño con verlos a todos haciendo su propia familia y es lo que estoy segura tus padres, mis queridos amigos, hubiesen querido para ti. Por ello Sergio te llevo a ese colegio, quería que te educaran y prepararan para ser una mujer integra que tomara toda su herencia y creara la familia que ellos siempre soñaron ser
- sus palabras conmovieron su corazón - te prometo madrina que si me enamoro de un buen hombre y el acepta que de clases a los niños del orfanato entonces lo haré
- Cuando una se casa se debe a su esposo y sus propios niños Gaëlle
- Lo sé, pero ¿y aquellos que no tienen la suerte de tener a sus padres?, yo hubiese estado en un orfanato si no fuera por ustedes y hay muchos niños que no tuvieron esa suerte yo puedo hacer algo. Enseñarles, darles de mi tiempo
- Acaricio su mejilla - en un orfanato nunca, te hubiesen entregado a tus abuelos y quizá hoy no seas la hermosa Caille que conocemos... - suspiró hondamente - ¡bien!, creo que la vida esta pidiéndome que los apoye. Ya veremos, Donovan y tu tienen que recapacitar algún día - se levanto a su tocador y se retocó antes de girar sonriente - vamos.. tenemos unos invitados que atender
La celebración había salido como esperaron, casi todos los invitados se habían ido. Donovan y Elisa despedían a los últimos mientras Gaëlle conversaba con su tío Arthur algo que les causaba risa, siempre habían sido muy cercanos. Para ella aunque no era realmente su tío lo quería muchísimo y lo sentía como tal. Comenzó a llamarlo así desde muy pequeña cuando escuchaba como su padre siempre le llamaba hermano así que era algo asumido y él siempre la había querido como una hija mas, añadiéndole lo especial que era criar a lo único que quedaba de su hermano. Porque para él eso siempre fue Sergio Moreau, era la manera de honrarlo.
Roslin se acerco a ellos con Darren del brazo y una sonrisa
- Darren te presento formalmente al m*****o de la familia que faltaba, lamento que sea hasta ahora. Ella es nuestra pequeña Gaëlle. Mi niña él es amigo y colega de Donovan no se había dado la oportunidad de que se conocieran
- Esa presentación le causo gracia se habían conocido y esperaba que no mencionara nada, ya que sabrían que se había escapado entre semana otra vez - Es un gusto - le extendió la mano el cual entre complacido y confundido beso con elegancia
- Así que tu eres le petite caille - menciono en perfecto francés con ironía pues ya cayó en cuenta que no era quien pensaba y su nombre no era Marisa
Y aunque no era bien visto que una mujer silbara lo hizo para luego estallar en risas lo que entre amigos y familiares cercanos causaba gracia. Darren pensó que no podía tener mejor suerte sin apartarle la vista ni dejar de sonreír. Por supuesto que no mencionó nada de su tonta confusión y se comportó como si acabara de conocerla.
A la mañana siguiente Gaëlle como cada domingo visitaba el orfanato para llevar frutas y leerles historias a los niños. Luego pasaba por el campo santo a visitar la tumba de sus padres, les llevaba flores contándoles con entusiasmo como iba su vida. Como si pudieran escucharla se sentaba frente a ellos por una hora hasta mas y por la tarde regresaba a la casa grand, luego al colegio. Sus fines de semana eran cortos, pero entretenidos entre su gente, además de esperado por todos.
- Se asomo durante un pequeño almuerzo en su consulta y sonrió toco la puerta
¿ Se puede pasar?
- Ya estas adentro... - hizo un ademan
- Estoy absoluta y completamente enamorado Donovan y solo tú puedes ayudarme
- ¿Ahhh si? esto sí que es irónico, recuerdo ayudarte a escapar antes no a atrapar a una chica. En eso no necesitas ayuda
- Ella es perfecta. Bella, joven, dulce, divertida. Tiene esos ojos... y una pequeña boca... - mientras hablaba parecía saborear un dulce - voy a casarme con ella, ya es hora de que elija a una mujer en mi vida y la he encontrado
- Esto merece una celebración, jamás pensé oírte hablar así de ninguna mujer. Ya dime como te ayudo, asistiré a tu boda con gusto - parecía divertido con lo que creía eran solo palabras, conocía al personaje
- Por lo menos uno de los dos asistirá a la boda del otro. Te estás exponiendo con tu familia y no creo que sea correcto que...
- No vengas a darme clases de moral ahora Darren, ¡tú no!
- Escucha, eres un amigo solo trato de que no hagas cosas de las que puedas arrepentirte porque una cosa es disfrutar y otra encajar. Lo que pretendes en una sociedad como la nuestra...
- Ahórrate el discurso, se bien lo que hago y luchare por eso
- ¡Bien! no quieres escuchar sobre ti, pero puedes ayudarme con esta chica. Por primera vez creo que esta difícil. No me mira, ni sirven ninguna de mis técnicas y necesito verla más, que me conozca, conquistarla...
- Tomó un libro del estante buscando un nombre de medicamento mientras preguntaba - Debe ser realmente una hermosura para tenerte de ese modo precisamente a ti un casanova, No es Marisa ¿o sí? ¿Quién es?
- Espero que no pienses que estoy jugando - dijo seriamente mientras tomaba asiento frente a él - esto es en serio, y en realidad creo que eres el único que va a lograr que ella por lo menos me mire como un hombre y no como el doctor
- Dejó escapar la risa como si aquellas palabras fueran un chiste, pero al ver la seriedad por primera vez en su rostro se dio cuenta de que era totalmente cierto - ¿De quién hablamos?
- Le belle petite caille
- Al escuchar aquello cerró el libro de golpe en su mano mirándolo con el ceño fruncido - estas demente, ¿primero era Marisa y ahora Gaëlle? ¿qué pretendes Darren?
- Es algo raro.. déjame explicarte, Marisa ... bueno ella es Gaëlle. Seguro vino buscándote ese día escapándose evidentemente del colegio y la confundí con tu paciente. Tu hermana me la presento anoche, no podía creerlo todo fue un mal entendido. Por favor Donovan tienes que ayudarme con tu hermana y tu cuñado para que me permitan visitarla en el colegio y verla los fines de semana, en pocas palabras cortejarle
- Ni de chiste - dejo caer con un ruido estruendoso el libro sobre el escritorio - en primer lugar ella no quiere casarse nunca lo dejó claro y en segundo aun esta en el colegio, ¡es una niña!
- Tu mismo me dijiste que ya no lo era y te empeñas en tratarla como tal. Es joven sí, pero en 10 meses saldrá del colegio y podremos comprometernos
- No sabes lo que estás diciendo... Gaëlle no es como cualquier chica... por ejemplo ella ni siquiera sabe que tienes estas intenciones. Apenas la conoces y por favor es tan joven..
- Que tu sigas engañándote mirándola como una niña porque te gustan las mujeres mayores no quiere decir que yo la vea así. Están buscándole pretendiente a tu sobrina y ella tiene su misma edad, está en ese colegio porque quiere - dejo escapar el aire tratando de entender la reacción de Donovan - es una mujer preciosa, seré la envidia de todos los hombres al llevarla de mi brazo y pasare los días entreteniéndome con su grandiosa personalidad yo sé que la haría feliz- se levanto de la silla frente a él - me queda claro que no me ayudaras
- Si quieres un consejo Darren mejor busca a otra chica. Si las quieres jóvenes en su colegio hay muchas mas alumnas - respondió secamente. Lo observó meneando la cabeza y salir mientras el tomaba asiento y resoplaba pensativo de mal humor
Roslin estaba sentada en su lugar favorito de la casa grande frente a un ventanal que daba al amplio y reverdecido jardín, cuando una de las mujeres del servicio se le acercó con una taza de porcelana llena de un té de hiervas para tranquilizar su creciente migraña.
- No hay ninguna invitación formal al té y cotillean demasiado. Elisa no sale de casa y temo que esto le traiga consecuencias para conseguir un buen pretendiente – menciono luego de darle un pequeño sorbo a su taza
- La gente no sabe lo que dice mi señora, no le de tantas vueltas – trato de calmarla
- ¡Como no! Y lo peor es que los rumores no son del todo falsos. Donovan no está actuando como un ser pensante, no sé como hizo... ¿cómo pudo...? ¿cuándo? - resopló. Iba a decir más, pero guardó silencio tras la aparición de su hija en el umbral
- ¿Mamá puedo hablarte un momento?, es importante – la observo asentir mientras le entregaba la taza a la señora de la servidumbre y esta las dejaba a solas
- Tomo sus manos cuando se sentó a su lado mientras pasaba un mechón rojizo detrás de su oreja – ¿Ocurre algo?
- Si, quería que supieras que hay un hombre... uno del que me siento profundamente atraída y por favor necesito que me ayudes. Sería cuestión de tiempo en el que el pidiera mi mano – sonrió con suficiencia segura de sí
- Pero hija... te han pretendido antes y a todos los rechazaste, no puedo creer que al fin aceptaras a alguno, ¿de quién se trata? – sonrió
- Bueno, él aun no me pretende por eso necesito tu ayuda para que Darren Mitchell sea mi esposo
No pudo ocultar la sorpresa, aunque el joven médico de origen Aleman/Francés era por demás guapo y de profesión loable no sabía nada de su familia, venia de otras tierras y llevaban poco de conocerlo. Aun así no podía negarle nada a su única hija, como estaban las cosas sería mejor que se arreglara un matrimonio con aquel caballero, ella pronto cumpliría los 18 años una edad perfectamente casadera. Con una amplia sonrisa accedió a invitarlo a cenar, la excusa perfecta para el acercamiento con su Elisa
En el colegio estaban reunidas en su banca favorita mientras Gaëlle contaba historias. Fueron interrumpidas por una de las novicias jóvenes anunciándole a la rubia que tenia alguien esperándola en el salón.
Todas se agitaron diciendo en voz baja que su amor secreto había ido por ella, aquella historia había cobrado más vida al verlos juntos en la fiesta de Elisa. Mientras se acercaba al salón no podía imaginarse quien la visitaría, las visitas siempre significaban una emergencia y si era el caso... caminó más con preocupación que emoción por aquella inesperada visita. Al entrar un hombre estaba de pie con las manos en los bolsillos, en cuanto la vio se quitó su sombrero a juego con el elegante traje y le sonrió sus ojos oscuros y brillantes hablándole en nativo Francés
- Espero que sea una grata sorpresa – se acercó ante su mirada perpleja y le entrego una pequeña caja de bombones que reposaba sobre la mesa – no lamentare haber venido a verla Gaëlle, y es que se me hace un poco difícil esperar al fin de semana
- Recibió los chocolates y lo miró incrédula, por primera vez se había quedado sin palabras y cuando salieron respondieron en el mismo idioma de forma natural - Gracias Doctor...yo
- ¡Por favor! ¿Podrías llamarme Darren?
- Si claro... Darren
- Si tu tío y tu madrina lo permiten y si tú quieres por supuesto podríamos tomar algo en el parque el Domingo antes de que regreses aquí. Incluso puedo acompañarte
Tomo su mano y observo como ella abría los ojos al tiempo que sus mejillas se tornaban de un delicioso rosa resaltando las delicadas pecas sobre su nariz, para él era absolutamente adorable
- Retiro su mano de la suya y se alejo un paso atrás, las campanas de entrada sonaron – gracias por venir Darren debo.. tengo que entrar a clases y..
- Se colocó de forma elegante con una media sonrisa el sombrero – nos vemos este fin de semana petite Caille
Aquellas palabras sonaron realmente divinas con su voz varonil, la hacía sentir extraña. Sin más ella dio vuelta casi a la carrera saliendo de aquel salón. Cada vez que la veía le gustaba más, nada ni nadie podía impedirle luchar por esa chica.