Mateo Suspiré profundo una última vez y miré el cielo, nunca fui muy creyente, siempre supuse que todo lo que ocurría eran jugadas del destino, pequeñas maniobras que ponían en juego nuestra resistencia para luego obtener un resultado, aún lo creo, pero también creo que hay algo o alguien capaz de mostrarnos el camino, alguien que nos guía y protege. Entre en la casa, las luces aún seguían prendidas así que las apague, los murmullos en la habitación donde ahora dormían mis suegros me recordaron la charla que había tenido con Oliver, esa dónde él demostraba todo lo que sabía, todo lo que vio y todo lo que no hice, pero siempre se puede cambiar y ser mejor, al menos yo aprovecharía está oportunidad para mejorar las cosas, lo haría. Abrí la puerta del dormitorio, Sam se encontraba con una