III

1398 Words
Cuando Elizabeth volvió al salón de ensayos, aún no llegaba nadie, la puerta se abrió y Fiona ingresó ahí. Tenía una mirada cruel, no parecía feliz —¿Qué tal tu comida? —preguntó Elizabeth para romper el silencio. Pero, Fiona no respondió, cuando Elizabeth se dio cuenta de que no lo haría se sintió incómoda. Se alegró que cruzaron el resto de sus compañeros y comenzaron a platicar   Alice llegó a la sala, comenzaron los ensayos, hasta la hora de la salida. Antes de irse, llegó Bianca Sayer. La mujer fue recibida por saludos de todos los bailarines —¡Tú debes ser Elizabeth Zok! —exclamó la mujer y la abrazó, dejando inquieta a Fiona—. Bienvenida, Elizabeth, esperó que te guste todo aquí. —¡Oh, sí! Todo es maravilloso. —Te admiro mucho, y espero que te vuelvas parte de nuestra familia Sayer por largo tiempo. La joven asintió sonriente. Después se despidió para marcharse.   Fiona salió de prisa, se quedó en los casilleros, miró como Elizabeth retiraba su abrigo y sus pertenencias, la miró con furia. La detestaba por la envidia —¿Ya te vas? —¡Y a ti que te importa si me quedo o me voy! —exclamó Fiona rabiosa —¡Lo siento! Solo quería ser amable —dijo la chica relajada, aquella frase tocó a Fiona, se reprendió en el interior, ¿Por qué se sentía tan amenazada por esa joven? —Tienes razón, he tenido un mal día, disculpa —Elizabeth bajó la guardia al escuchar esas palabras —Te entiendo, me suele pasar, ahora ya puedes descansar, ve a casa toma un baño de burbujas, ve tu mejor película y a dormir —dijo Elizabeth, Fiona sonrió, asintiendo, pero dudaba poder hacer algo así, al llegar a casa haría lo que siempre hacía, repasar sus pasos de baile, hasta agotarse.   Bianca y Alice permanecían dentro del salón, Alice tenía la mirada baja, no le agradaba Bianca, después de todo, esa mujer le había robado al único hombre que había amado: Reagan Sayer. Pero, Alice también había tenido culpa de la separación, ella había decidido viajar a Paris y perfeccionar su baile, sin embargo, Reagan no quiso esperarla y en el camino se enamoró de Bianca, con quien se casó y tuvo un hijo. Esa historia era su pasado, ahora la mujer era amarga, aunque debía acatar las órdenes de la dueña. —Alice, este verano estrenaremos una nueva puesta de ballet, hemos decidido recrear «Anastasia» —los ojos de Alice se abrieron sorprendidos—. Aún no tengo a la protagonista, así que esta vez haremos una dinámica creativa a fin de encontrarla. —¡Creo que Anastasia será la mejor obra que hayamos hecho!, no entiendo porque no tienes ya definido la protagonista, podría darte una recomendación. —Gracias, Alice, prefiero darle oportunidad a alguien más; por eso quise venir a decirte, el casting se basará en cuatro personas talentosas; Lilith, Inna, Fiona y Elizabeth, estas cuatro jóvenes, serán puestas a prueba durante los próximos dos meses, a fin de encontrar a la mejor protagonista. Alice estaba incrédula, no podía creer que no sería ella quien seleccionara a la protagonista —No entiendo en que parámetros te fijaste para elegir a esas chicas; salvó por Fiona, el resto no me parece suficiente para ser protagonista. Bianca desdeñó su respuesta —Inna y Lilith llevan desde los dieciséis años aquí, son responsables, talentosas y disciplinadas. Fiona es brillante y destacada, aunque, siento que le falta algo… —¡¿Qué le falta?! ¡Por favor! Ella tiene más talento en la uña que todas las demás. —Fiona es muy talentosa, es de las bailarinas entregadas, sin embargo, me parece que le falta pasión y creatividad, siempre tiene los mismos gestos y pasos de baile, necesita arriesgarse e innovar. Respecto a Elizabeth Zok, he visto poco, pero me ha deleitado. —Por lo visto «la rusa» los tiene complacidos. —Elizabeth es novata aquí, deberá demostrar que puede ser la mejor, no solo en internet, sino también como «Anastasia» —¿Cómo elegirás a la protagonista? —No lo haré yo, seguiremos la vieja costumbre —Alice estaba irresoluta—. Claro, que Reagan ya no está, pero mi hijo Otto, será quien elija a la protagonista. Él se apoyará de los jueces, y, además, al no saber demasiado de baile, podrá tener una visión neutral para determinar el gusto del público. Alice estaba disgusta, su corazón estaba acelerado, no le agradaba la idea, pero no podía interponerse ante Bianca, saldría perdiendo —¿Cómo será la dinámica? —Por ahora, implementa cuatro solos en la competencia nacional de Phoenix, cada chica hará un solo, de ahí obtendrán un puntaje, posterior a eso, haremos otros dos castings, descartaremos a dos y dejaremos dos a competir al final. —¡Vaya, quieres hacer todo un drama! Será una maravillosa presentación —auguró Alice —Así es, estamos captando prensa nacional y extranjera, eso significa que podemos ser reconocidos, la protagonista de la obra también debe serlo. —Por cierto, me encontré a tu hijo esta mañana. Es tan… grande, ha crecido. —Sí, ahora ya es un administrador, y ocupará pronto la presidencia de Sayer Corp. —¡Qué bien! Reagan estaría orgulloso. ¿Dime ya pronto se casará tu hijo? —¡Oh, no! Ni siquiera tiene novia, aún. —Ah, ¿No? Bueno, seguro de que después encontrará a una mujer perfecta. Bianca sonrió, sabía que Alice era hipócrita, no era una madre ciega, sabía que su hijo no era un derroche de belleza y que la maestra lo decía de mala fe, pero fue amable y se retiró.   Al salir Alice se encontró con Fiona, la detuvo tomándola del brazo —Hablé con Bianca, duda sobre la nueva protagonista, ahora hará un casting, y no eres la primera en su lista para protagonizar —dijo con voz firme y clara Fiona sintió que se congelaba, abrió los ojos en espanto, anhelaba el protagónico, sería el primero que haría, anterior a eso solo había protagonizado la temporada navideña, pero nunca la estelar de verano. Sintió que su ilusión se rompía en pedazos —¡No puede ser! —Créelo, y ahí está la favorita —dijo señalando frente a ellas, ahí estaba Elizabeth Zok—. ¿Ya viste con quien está? —¿A mí que me importa? —dijo Fiona frustrada —Debería importarte, ¡Míralo! —Fiona obedeció, encontró a aquel hombre feo, con el mismo que había tropezado durante la mañana, hizo una mueca de disgusto —Solo es un feo. —Feo, sí, pero es Otto Sayer. Fiona abrió los ojos inverosímiles, como si una idea la iluminara —¿Es…? —Sí, querida, es el hijo de Bianca, el heredero de Sayer Corp. —¡Ese Feo es el dueño! —exclamó casi chillando de rabia —Ese feo es el dueño de todo esto, pero debes mirar más allá, mira con quien está, ¿Por qué razón una mujer como Elizabeth se fijaría en un hombre como ese? Fiona miró a Alice tratando de entender —Ella quiere… —Ella quiere el protagónico, pero no solo eso, viene a asegurar su futuro, y ese feo pavimentará su triunfo. —¡Es una descarada! —exclamó con rabia —Sí, pero es inteligente. Claro que, todo puede cambiar, todo depende de ti, dime, Fiona ¿Cuánto deseas triunfar? Ella la miró temerosa, en realidad no podía encontrar esa respuesta en su interior —Supongo que, mucho. —dijo vacilante, Alice asintió —Entonces, ya sabes lo que tienes que hacer —Fiona dudó, no terminaba de entender esas palabras—. Ese Otto podría perder el interés por «La rusa» siempre que alguien lo aliente a algo mucho mejor. —No te entiendo, Alice, que tratas de decir. —Haz que te mire a ti, y que olvide a «La rusa» —¡Enloqueciste! —exclamó alterada, ahora entendía, era imposible, aberrante, negó con la cabeza, ¡Ella juraba que no haría algo así! Miró al par de jóvenes que subían al auto de Otto, ni siquiera la notaban, parecían en su propia burbuja de pláticas risueñas, ¡Ese hombre era feo! No había manera de que Fiona Hanx se sintiera atraída por un hombre como él.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD