El mismo día San Miguel del Morro Antonio En medio de mi tristeza abordamos una embarcación llamada balandra llevando unas cuantas valijas cada integrante de mi familia, incluso todos disfrutaban del viaje, mientras que yo miraba de fondo la ciudad, sintiendo que me arrancaban de mis manos la felicidad, porque de alguna forma mi interior grita lo que no soy capaz de admitir, por miedo a enloquecer, pero una y otra vez recordaba las miradas, las palabras rebeldes de Sara para darme fuerzas para volver por ella, porque no pienso vivir de nuevo de su recuerdo, esta vez no será igual. Unas horas más tarde Después de unas horas navegando por el río, llegamos al puerto del Morro donde ahora miro que tendremos que montar a caballo o ir a pie, hasta la casa que designó el gobierno, aunque no