“Golden Horseshoe Casino”.
Belinda leyó las letras del letrero mientras el interior resplandecía con las luces multicolores del edificio y las personas entraban y salían con vehemencia. Era de noche, hacía frío y no comprendía qué era lo que pretendía Axel trayéndola a ese sitio. Ni siquiera tuvo tiempo de preguntarle cuando él ya estaba tirando de ella, otra vez.
Belinda observó como el chico se abría paso en su interior y apenas tuvo tiempo de bajar su paraguas y cerrarlo. Se hizo consciente de cómo un hombre (de seguridad, apostó ella) los miraba cuando cruzaron la entrada y pensó que quizás estaría ahí para detenerlos. Contuvo el aire, esperando a que se acercara a ellos. No lo hizo. Axel la llevó por un pasillo y se detuvieron en una esquina. Quiso abrir la boca para hablar, pero
