Las agujas del reloj se movían perezosamente en la biblioteca de la familia Black. Tres de los ocho hermanos se encontraban sentados en los sillones de la estancia en completo silencio, a la espera de que alguno abriera la boca. Evans fue el primero en hablar, impulsado por la inquisitiva mirada de su hermana Belinda. —Antes que nada, me gustaría decir que lo siguiente que voy a contar ha sido algo que escuché cuando contactaron con papá la semana pasada —habló sin dejar de mirarla—. Han encontrado a un hombre asesinado en una de las calles cercanas a Central Park. No es humano. Belinda frunció el ceño, intrigada. —¿Un brujo? Evans negó con la cabeza, gravemente. —Un licántropo —habló Daimon con evidente molestia—. ¿Te suena de algo? Eso la confundió aún más. —¿Qué tiene eso q