-Soy toda oídos- me responde Isa sentándose de forma cómoda en la silla. Seré muy sincero con ella, no tengo tiempo para mentiras absurdas y presentar una imagen de mí que no soy. Isa me gusta, y ella verá si luego de todo esto acepta seguir siendo mi compañía. -Bueno, Isabella, soy un hombre adulto que sabe lo que quiere. Tengo 30 años, y más que un abogado reconocido, soy ambicioso, he jugado sucio, sinceramente no soy un santo. Respecto a mis gustos o pasiones como lo mencionaste, amo la carrera que elegí, amo ejercer, me encanta lo que hago, y sobre todo, me gozo cuando tengo el poder de ser el verdugo. Con la música, realmente solo he escuchado música clásica, solo porque me relaja cuando estoy encerrado en mi despacho trabajando, si me preguntas algún artista en particular, no sabrí