-¿En serio, Isabella?- pregunto mientras trato de contener la risa que quiere escapar de mis labios.
-Anda Will, siempre he querido comerme uno de esos- me mira mientras me hace un dulce puchero con sus labios.
-No creo que sea saludable Isabella, además, yo pensé en ir a un restaurante-
-¡Ay por favor!- exclama -Deja tus exquisiteces para después Parker. Velo cómo una pequeña aventura- me mira con esos grandes ojos, me está suplicando con ellos, y yo como todo un idiota, accedo que su petición.
-Está bien, tú ganas, pero no abuses ¿ok?- Isa pega saltos y toma mi mano para llevarnos hacia el puesto de comida callejera que se encuentra estacionado a un lado de la calle junto con otros más. No es que juzgue a las personas que venden comida así, solo que soy consciente de que la mayoría n
