Capítulo 1

3029 Words
Ver a la mujer sentada justo frente de mí me hace entender que el no casarme ha sido la mejor decisión que he tomado en mi vida. Mi querida amiga de años, la elegante y futura ex señora Miller está aquí en mi despacho solicitando el divorcio a su ex amado señor Miller. Pues resulta que su esposo le ha sido infiel con una bailarina exótica de un club nocturno donde van hombres adinerados a cumplir sus fantasías más eróticas. Realmente no comprendo cómo es que el hombre le fue infiel a la señora Miller, si la mujer es una elegante rubia, de cuerpo esbelto, piernas largas, buen trasero, y su rostro a pesar de que tiene unos 40 años, se ve joven y de por sí la mujer es hermosa, porta elegancia al caminar, es fina y educada, si yo quisiera la tuviera a mi lado, pero eso no me interesa en lo más mínimo, además la respeto mucho como para cometer semejante locura. La mujer me sigue contando lo que quiere, y como hay confianza entre nosotros se atreve a hablar más de la cuenta, como si yo fuera un psicólogo en vez de un abogado, no la detengo, la escucho, al final de todo, esos detalles me ayudarán para hacer mi trabajo bien a fin de cuentas. ¿Cómo supo que la engañaba? Pues, la joven veinteañera sabiendo que el respetado señor Miller es un hombre rico que nada en dinero, la muy astuta se dejó embarazar por él, y se le apareció a la señora Miller en su casa con la prueba de embarazo exigiendo dos cosas; mucho dinero para ocultar su embarazo, o que el señor Miller la recibiera en su casa y la tratase con respeto, como si ella perteneciese a ese mundo de lujos y dinero. Eso ocurrió ayer, y la señora Miller sin pensarlo dos veces vino hoy a mi despacho Parker's & Asociados para solicitar el divorcio, pues ella misma me dijo hace un momento que ella no iba a ser el hazme reír de su círculo, que preferiría mil veces divorciarse a tener que estar bajo el mismo techo con la amante, o dar su dinero a ella, eso, y que su orgullo de mujer fue herido ya que él no quiso tener hijos, y ahora resulta que embaraza a una total desconocida. Lo que la joven no pensó es que el señor Miller no es dueño del dinero como tal, ya que hace muchos años atrás, cuando eran un matrimonio joven, y el señor Miller no era ni tenía nada, fue la señora Miller quien apostó todo su dinero en los negocios de su esposo, quedando ella como dueña en todo lo que han realizado hasta ahora, su firma aparece en todos lados, el señor Miller solo era la cara de las empresas, eso quiere decir que ya por allí la muchacha no tiene derecho a nada. -¿Qué es lo que desea entonces?- -Quiero que lo dejes sin nada, que le quites todo. No quiero que esos dos seres se queden con mi dinero Williams, confío plenamente en ti- la elegante mujer se levanta y toma su elegante cartera, saca un sobre y me lo coloca en la mesa, se exactamente lo que es, así que lo tomo con una sonrisa de lado y lo guardo en la pequeña caja fuerte que tengo, ella no me está pagando por mis honorarios de abogado, eso es un cheque que llegará luego a mi oficina, ella me está pagando por mi silencio, por todo lo que aquí dijo y ay de mí si se filtra alguna información. La señora Miller es astuta, prefiere decir que se acabó el amor entre ambos, a quedar como la mujer que le fueron infiel y aparte con un niño de por medio. A mí me importa poco la vida personal de mis clientes, pero reconozco que tengo clientes poderosos, famosos y muy conocidos, que prefieren pagar para ocultar la verdad de los hechos, y si se llegase a filtrar alguna información, tienen a quien buscar, en este caso sería al abogado. La elegante señora se va de mi despecho dejándome ciertamente con una tarea muy fácil, ya que el hombre cometió infidelidad y ciertamente no tiene derecho a pelear esta batalla. Llevo mis manos a mi cabeza, últimamente los dolores ha aumentado un poco más, respiro profundo y tomo un analgésico que me auto recete y me lo tomo para así continuar con mi trabajo. Luego de hacer algunas llamadas, firmar muchos documentos, me dispongo a tomar mi maletín junto con mi saco para salir de aquí y regresar a casa. Me siento orgulloso del lugar donde construí mi despacho con esfuerzo y dedicación. En la elegante zona  de Midtown; siempre fue el barrio de referencia de los despachos de abogados. Las calles más próximas a la Quinta Avenida y Park Avenue, justo al sur de Central Park, configuran las áreas con mayor demanda. Allí tienen sus sedes firmas como Linklaters, DLA Piper, Clifford Chance, Baker McKenzie y Kirkland & Ellis, cinco de los mayores bufetes de Estados Unidos, y luego está el mío, Parker's & Asociados, que con esfuerzo y mucho trabajo me fui abriendo paso en este mundo de las leyes y ganarme un lugar entre tan prestigiosas firmas. Salgo de mi despacho y comienzo a caminar por las calles sombrías, elegantes, e inspiradoras de la ciudad, son las 5 de la tarde, el tiempo es fresco y las calles bastante transitadas, camino porque mi departamento queda a pocas cuadras de aquí, así que todos los días en vez de salir en mi auto, me dispongo a caminar para disfrutar solo un poco de la ciudad de New York, llegué a esta ciudad hace más de diez años, y nunca he tenido la oportunidad de conocerla a fondo, nunca he visitado sus lugares turísticos, mágicos, famosos y emblemáticos, me he llenado tanto de trabajo que no he llegado más lejos de estas calles que transito día a día, o hasta los juzgados de ser necesario, como quisiera poder aventurarme en ella, siempre que camino hacia mi departamento como ahora, voy con esos pensamientos en mi cabeza, solo que no he tenido el tiempo necesario ni la compañía adecuada para semejante aventura.   Una vez que llego al lujoso recinto de Luxury PentHouse, que queda a unas cuantas cuadras, entro al lugar saludando al encargado de abrir la puerta de cristal, me voy quitando mi corbata a medida que paso por el lujoso lobbie y me dispongo a subir al ascensor para llegar mi piso. 16 pisos después y ya me encuentro en el pasillo que me llevará a mi departamento, sacando las llaves me dispongo a abrir la puerta para entrar en el lugar donde me siento en sana paz. Mi departamento aun cuando es grande, de unos 400 mt2 está prácticamente vacío, cuenta con un juego de mueble de cuero n***o, una cocina empotrada bastante grande y con todos los electrodomésticos de última generación, pero no la uso, siempre compro mi comida en un restaurante cerca de acá, yo los llamo, y ellos me la envían, sea el desayuno el cual tomo en mi despacho, igual que almuerzo, y la cena lo hago acá, el gran refrigerador de dos puertas está prácticamente vacío, únicamente agua embotellada, y unas que otras frutas. Tengo un gran ventanal de cristal con vista a la gran ciudad y eso es todo, no tengo decoración,  no hay toques personales, todo es gris y n***o, solo y oscuro. Y mi habitación está igual, una gran cama que en ocasiones se siente sola, un gran closet lleno de muchos trajes, y un baño. Todo lo demás son metros vacíos esperando algún día en ser decorados. Colocando el maletín en la gran mesa de mármol que nunca uso, me dispongo a ir hacia mi habitación para ducharme y ponerme a trabajar una vez más desde mi despacho aquí en casa. Entro a la ducha ya con mi ropa despojada y comienzo a dejar que el agua me moje mientras se lleva mis sentimientos de vacío, soledad y tristeza, una vez ya duchado salgo seco completamente desnudo, tengo años viviendo solo, así que ya es costumbre para mi andar así en mi propia casa, voy a mi closet y busco unos bóxer, me los coloco junto con un deportivo n***o y una camiseta blanca, me aplico mi desodorante y perfume y vuelvo al baño a buscar la ropa que tenia del trabajo para colocarla en la cesta para enviarla a la tintorería, mis trajes de oficina son los único que mando a lavar porque son prendas costosas y delicadas las cuales estoy seguro yo dañaría, el resto de mi ropa soy yo mismo quien se encarga de lavar en el cuarto de baño. Salgo hacia la sala y voy a buscar mi maletín para encerrarme por unas horas más a trabajar en varios casos, negocios y demandas, antes de eso tomo mi teléfono y llamo al restaurante para pedir mi cena. - Eleven Madison Park ¿En qué puedo ayudarle? – la voz elegante de la mujer me hacen imaginarla bella y hermosa. -Hola, habla Williams Parker, para pedir una orden por favor- con solo decir mi nombre basta -Que gusto escucharlo Señor Parker, con gusto tomaré su orden- -Muchas gracias, por favor que el chefs me prepare un filete término medio, junto con unos vegetales salteados- -Con gusto Señor Parker, ¿misma dirección?- -Correcto Señorita- -En unos 30 minutos estará su orden tocando la puerta de su casa Señor Parker, es un placer para mí atenderlo, ya conoce el sistema, estamos a la orden siempre para usted- -Muchas gracias por la atención-  corto la llamada y espero sentado en el mueble por mi orden, tomo mi teléfono y comienzo hacer una lista de los lugares de comida que me gustaría visitar en algún momento en New York. Y como buen servicio responsable, a los 30 minutos estaban tocando mi puerta, así que me levanto y busco mi billetera para dejarle propina al joven y buscar mi tarjeta para cancelar mi pedido. Para mi sorpresa, cuando abro la puerta, frente de mí esta una joven hermosa, sonriéndome con mi orden en una mano, y en la otra, la Tablet portátil con el punto inalámbrico para cobrar mi orden.   -Buenas noches Señor- me extiende la bolsa con el pedido, yo la toma sin saber porque no dejo de mirarla y la sostengo, le entrego mi tarjeta para que se cobre el total. Es hermosa, nunca antes una mujer me había llamado tanto la atención, tiene rasgos finos pero se nota que no es para nada una mujer de sociedad, y no lo digo por su trabajo, lo digo porque distingo un tatuaje en su muñeca, un pequeño piercing delicado en la parte de arriba de su oreja, aun cuando tiene un peinado elegante y un uniforme pulcro, supongo que es debido a las políticas del restaurante, se nota que no es su estilo -Muchas gracias Señor Parker por preferir a Eleven Madison Park- -Espera- la llamo cuando la veo dispuesta a irse -aquí tienes tu propina- le extiendo el billete de 100$ en efectivo los cuales ella toma sin ningún problema. -Muchas gracias- y se va tarareando una dulce melodía.     Me dispongo a pasar para comenzar con mi cena, abro la bolsa que es exageradamente elegante para guardar comida, pero como son esos lugares, ya no me sorprende. Sirvo el filete con las verduras en un plato de vidrio, tomo cuchillo y tenedor, junto con una copa de vino, la cual no puede faltar aquí y me dispongo a comer. Como siempre, el filete exquisito, justo en el punto que me encanta, y los vegetales bien cocidos y sazonados, una vez que termino me dispongo a lavar lo que ensucie guardando todo en su respectivo lugar.   Tomo mi maletín, y me voy hacia mi despacho para seguir trabajando en mi cómoda oficina, esta si está totalmente ambientada y decorada, tengo una gran biblioteca en la pared de fondo con múltiples libros de leyes y algunas novelas clásicas, también tengo mi gran escritorio de caoba pulido con cientos de documentos, mi silla de cuero donde me siento cómodamente y una nevera ejecutiva donde guardo vinos, whisky y agua mineral para pasar el rato mientras leo y leo papeles. También tengo en otra pared un cuadro grande del cuerpo de una mujer en blanco y n***o que no se quién es, pero una vez caminando había una galería de arte fotográfica y ese cuadro llamo mi atención, así que sin pensarlo dos veces lo compré, es una mujer delgada joven de finas curvas, está  de espalda tocando un violín, tiene un tatuaje de una pluma en su espalda baja, no se le ve el rostro porque esta de perfil y su cabello lo cubre, pero se ve hermosa, irradia paz y por eso lo adquirí, pague una gran suma de dinero por él, y desde hace un año atrás ha sido mi compañera en esta gran soledad.   Sin perder más tiempo me dispongo a comenzar mi trabajo, como Abogado mi deber es asesorar, orientar y representar a mis clientes en asuntos legales, aunque ejerzo el derecho penal, me especializo desde el derecho tributario y mercantil, pasando por el de inmigración y el corporativo, hasta el civil y el internacional. Mi despacho abarca muchas áreas como el derecho penal, corporativo, contratos y garantías, tributario, administrativo, internacional, comercial, en bienes raíces, de familia y propiedad intelectual o laboral. Pero sobre todo esto me apasiona más redactar documentos legales, tales como contratos de compra-venta de inmuebles, testamentos, poderes judiciales, opiniones legales. Realizar funciones administrativas relacionadas con el ejercicio de la ley y ser mediador, conciliador o árbitro cuando sea necesario, asimismo, actuar como tutor o fideicomisario en asuntos familiares y legales. Y es justo lo que voy a comenzar hacer aquí, redactar unos cuantos testamentos de gente muy poderosa, formular varias demandas en representación de mis clientes y algunos trámites de compra-venta.   Alrededor de las 2 de la mañana, me dispongo a dejar de trabajar, mi vista está muy cansada, me quito mis lentes de lectura y comienzo a frotarme los ojos, de repente siento un mareo que me desestabiliza impidiéndome ponerme de pie, me sujeto a mi silla y respiro profundo para poder calmarme, nunca me había dolido la cabeza de esta manera, nunca me había sentido tan mareado, así que me recuesto en la silla y cierro mis ojos tarareando por alguna razón la melodía que le escuché a aquella joven del restaurante, moviendo mis dedos en el escritorio la repito una y otra vez hasta sentir que la sensación de vértigo desaparece por completo de mi cuerpo, así que como puedo me coloco de pie y me encamino hacia mi habitación para poder descansar, creo que abuse de la lectura por este día, es lo que me digo siempre que me siento así, al pararme de mi asiento veo por unos segundos el cuadro de la joven misteriosa, cierro mis ojos unos segundos imaginándomela tocando el violín aquí en mi oficina, mis latidos se calman, me trae paz pensar así de una mujer inexistente que solo está en mi imaginación. Hay veces donde me gustaría poder abrir mi corazón al amor, o sin llegar tan lejos, tener alguna aventura ocasional con alguna mujer, pero ni para eso tengo tiempo, y tampoco me gusta juntar el trabajo con el placer, porque son varias las mujeres que llegan a mi despacho en busca de mis servicios como Abogado y terminan ofreciéndome también noches de pasión, una sola vez cometí ese error, y ciertamente era un novato en esto, apenas estaba empezando con mi carrera y tomé la brillante idea de tener  sexo con mi asistente en plena oficina, fue glorioso no lo voy a negar, la despampanante rubia me hizo llegar al cielo con lo ágil de sus manos y boca, yo lo vi como sexo nada más, en cambio ella pensó y se tomó el derecho sobre eso queriéndome obligar a ser su pareja, tanto fue así la situación que tuve que despedirla, y pedir una orden de alejamiento sobre ella para que más nunca se me acercara, la mujer se había obsesionado conmigo, tuve que tomar medidas legales para alejarla de mí. Después de eso no la volví a ver más y cosa que agradezco porque si me la consigo en la calle no sé si correr o ponerla en su lugar. Y con todos esos pensamientos me voy a mi cama, me desprendo del mono deportivo y la camiseta y me acuesto para así descansar y comenzar otro día más de documentos, documentos y más documentos. Estoy en un parque, solo viendo a las personas vivir sus vidas felices y tranquilas. Me encuentro en el Central Park, sentado bajo la sombra de un árbol disfrutando la brisa fresca y fría del invierno que ya está por llegar. Y oigo una voz, una dulce voz que llama mi atención, comienzo a buscarla entre las personas que van y vienen pero no la encuentro, y de repente mis piernas comienzan a dolerme una barbaridad, el dolor es insoportable y no me permite caminar, mis manos sudan, mi cabeza duele a montones y me siento muy mareado con ganas de vomitar, veo mis manos y están flacas, huesudas y débiles, comienzo a llorar de forma descontrolada, me siento aturdido, asustado y con mucho miedo y cuando siento que ya no puedo más, veo una mano delgada y fina, levanto mi mirada y hay una silueta de una mujer que no logro verle el rostro debido a los rayos del sol, sin pensarlo dos veces tomo su mano y me levanto dispuesto a no soltarla, la joven toma mi mano y me lleva a caminar por el espacioso parque y viéndome aún como estoy su presencia me da paz, me da calma y me hace olvidar los dolores que siento, y cuando estoy confiado a su lado ella se voltea, aún yo sin poder mirarla y me suelta la mano desapareciendo por completo de mí. 
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