Broke miró a su amiga con el ceño fruncido. —Yo encontraría a ese hombre, y mi hija tendría a su padre. ¿Sabes sus nombres? —¡No! —exclamó Selina—, esos hombres todos estaban casados —mintió—, ¿te das cuenta? Broke sintió un pinchazo en el corazón, palideció. —¿Casados? —preguntó en un susurro, los labios le temblaron. —Sí amiga, lo lamento tanto, y si se enteran de la existencia de tu hija, te la van a quitar. Broke se llevó la mano al pecho, sintió su ritmo cardíaco acelerado. —Fui su amante —balbuceó, sus ojos se llenaron de lágrimas, aquella noticia fue devastadora, durante años, había conservado la esperanza de encontrarlo, de conocer cuál era su rostro, pero ahora sus ilusiones se esfumaron—. No, nadie debe saber lo que pasó esa noche, por favor, Selina, debes guardar mi