Alex.
Actualidad, Nicaragua, siglo XXI.
Miro la fotografía antigua en mi mano, en ella aparecen mis padres, mi hermana y yo, han pasado casi doscientos años desde entonces, sin embargo, el dolor sigue latente.
He pasado toda mi vida cuidando de las generaciones descendientes de la familia Alves, desde ese día que supe que mi vida estaba ligada a esto, pero, mi madre no lo dijo todo, muchas cosas tuve que aprenderlas por la fuerza, como el obedecer, ser niñero, confidente, amigo, incluso, hasta sirviente. La familia Alves nunca me ha maltratado directamente, pero, cuando juré y acepté el pacto, me eché la soga al cuello, porque cuando tenía ganas de irme (en ocasiones), mi cuerpo mismo me castigaba y era estresante, hasta que llegó ella.
Alexander, muévete, percibo el olor de ese mugre_lobo acercándose a donde no debe.
¿Qué onda contigo Athos? Sabes perfectamente bien que mientras me mantenga alejado, estaré más seguro.
No comiences, Alexander, ella nos pertenece, no tiene por qué estar con ese pulgoso.
Bufo molesto, me paso las manos por el cabello, mi parte vampírica no me deja tranquilo, todo el tiempo está fastidiándome con ir detrás de mi Alma, la pequeña hija de Arya, la misma que veo venir corriendo hacia mí al patio del jardín de la casa principal de la manada de garras, rápidamente guardo la foto que estaba viendo en mi bolsillo del pantalón, arrugo el entrecejo hasta que ella llega y se tira a mis brazos aferrándose a mi cuello, correspondo el abrazo aspirando su olor, ella es tan…
— ¡Alma!, ¡Alma ven aquí!
Grita ese molestoso_niño pulgoso a quien debo soportar porque no puedo liquidarlo, Alma solo me aprieta más a ella en lo que yo miro detrás de ella llegar al lobo ese.
— ¿Qué es lo que quieres?
Pregunto con un poco de seriedad, no es personal, mi odio hacia él, pero, no es algo que pueda controlar tampoco.
Agárralo a sopapos, Alexander, no podemos permitir que esté cerca de nuestra Alma.
— Alma me ha hecho una broma, como podrás ver, tío Alex.
Hago una mueca de desagrado cuando lo escucho decirme “tío”, el chico lobo a quien tengo en frente es nada más y nada menos que Logan, el hermano menor de Lexia, que ahora tiene diecinueve años.
Haciendo un breve resumen les cuento, mi chiquita, Arya y garras, son muy felices, tienen a sus dos hijos, Aidan de dieciocho años y mi pequeña Alma de catorce.
Mi pequeña, Adara está junto a Sander, esa pareja derrocha miel por todos lados, tienen dos hijos también, Alaia de dieciocho años y Adrián, su hijo menor de catorce años también, es menor que mi Alma por unos meses nada más. Todavía recuerdo la enorme alegría de Adrián, el padre de Adara cuando supo que su nieto llevaría el mismo nombre, ese es otro caso, se mantuvo junto a su esposa Mirian, ambos viven en Estados Unidos junto al menor de los Alves, Adam de dieciocho años también. Suelen venir de visitas, pero, siempre ocupan la casa familiar de los Alves, no así, la manada de garras.
Por otro lado, está mi mechitas, Sami se ha establecido en la manada del idiota de Kenner, aunque, pensé que no iba a lograrlo, al final él sí cambió por mi mechitas, son muy felices junto a su hijo Nick de catorce años y Sandra, su hija menor de siete años. Jake, se ha instalado con ellos, como protector de la familia de mi Sami, lo hace por gusto, a pesar de no saber la verdad de todo.
Tampoco es como que le estemos haciendo un favor, en algún momento se dará cuenta.
Lo sé, Athos y cuando eso ocurra, estoy seguro que vendrá a mí por explicaciones.
Como decía, ese es un breve resumen de lo que ha ocurrido a lo largo de estos años que técnicamente es un suspiro para cada uno de nosotros, al ser lobos y en mi caso, vampiro. Lo que más me mortifica y alivia, casi a partes iguales, es la oportunidad de ver crecer al amor de mi vida.
Me siento feliz de verla todos los días, de poder ayudarla a aprender lecciones, a jugar, a hacer bromas, siempre estoy pendiente de ella y así he logrado ser su salvavidas en muchos casos, en especial, cuando Arya quiere regañarla. Pero, también, me enoja muchísimo cuando la veo junto a otro, en específico junto a este_niño lobo, Logan, no es algo personal en contra de él, solo no lo tolero cerca de mi Alma.
Es por eso, que, últimamente me he estado alejando un poco, ella no lo nota, es muy inocente para eso, sin embargo, yo… se me hace un poco difícil controlarme, no es tiempo de estar con ella todavía y no soy ni seré un_pervertido, así que opto por la mejor opción, alejarme para que ella pueda crecer libremente.
Es una total estupidez.
Como dice Jake, ojos que no ven corazón que no siente. A pesar de seguir siendo una niña, eso no quita que empiece a notar su madurez corporal y no quiero que me tenga miedo.
Lo entiendo, pero, no comparto el método, lo más fácil, es romperle la cara a ese mugroso_para que no se acerque más a nuestra Alma.
Las ganas siempre están allí.
— No me digas tío.
Respondo con la mueca de desagrado haciendo que él solo sonría burlón, a pesar de ser “mayor de edad”, en su infancia se acostumbró a decirme “tío” porque se la pasaba en la mansión de Garras, (mi súper mejor amigo) jugando con Liam, Aidan, Alaia y por ende, con mi Alma y con la hermana menor de Liam, Leila de trece años.
— Lo siento, es la costumbre.
— Pues, quítatelo.
Replico, él solo se encoge de hombros y me permito ver el desastre que mi Almita le ha hecho a este lobo, está mojado con pintura rosa chillón, por el olor que percibo, puedo deducir que es algún tinte de cabello, estilo fantasía que durará al menos un par de días en salir y… Logan está con ese tinte desde el cabello, hasta las puntas de los zapatos, elevo un lado de la comisura de mis labios, se ve ridículo y beso la cabeza de mi Alma por hacer esto, definitivamente, no la voy a recriminar por esto, es más, la felicitaría y le pagaría.
Alexander.
— Alex, yo soy inocente.
Dice Alma escondida en mi pecho, sonrío porque sé que me está mintiendo, incluso, Logan que solo se cruza de brazos esperando que mi rubia le dé la cara por lo que ha hecho.
— Alma, estás mintiendo, tú lo hiciste con ayuda de Leila.
Dice él refiriéndose a la hija menor de Lexia, Alma chasquea la lengua para alejarse de mí y mirarlo.
— Supongamos que tienes razón…
— La tengo.
— Claro que no, ¿cómo podría yo saber que ibas a ducharte justo en el momento que lo hiciste?
Pregunta, yo arrugo el entrecejo, esto ya no me está gustando para nada.
— Me espías_niña.
— No. – dice ella.
— ¿Qué?
Pregunto desconcertado, miro a Alma, se nota nerviosa, entonces sé que Logan dice la verdad y eso solo logra ponerme celoso porque últimamente estuve alejándome para no atosigarla, sin embargo, aparentemente ella se la ha pasado en otras cosas.
Alexander.
Ahora no, Athos.
— No es cierto, no te espío.
Dice Alma, Logan la mira retadoramente.
— Entonces puedes decirme, ¿qué hacías en mi habitación mientras yo me untaba el shampoo que tú reemplazaste y no conforme con eso, el agua también?
— Solo… pasaba por allí.
— No es cierto, estabas pendiente de mí y…
— No.
— Suficiente.
Digo enojado, Logan sonríe burlón, miro a Alma y esta me ve con incertidumbre, espera que le crea, pero, soy muy viejo como para no darme cuenta de todo, a mi Alma le gusta el mugroso como le dice Athos.
Vamos a golpearlo.
Es Alma quien lo busca.
Es nuestra.
Ella aún no lo sabe y no sabe lo enojado que estoy por enterarme así que le gusta otro.
— Alex…
— Debo irme, a Arya no le gustará escuchar esto, Alma.
— Pero…
— No le diré porque tú misma irás con ella.
La interrumpo, sus ojos se llenan de lágrimas por mi forma de hablarle, muy pocas veces le hablo así, por lo general, suelo cubrirla y abogar por ella, pero, esta vez, los celos me ganan.
— ¿Ya no me quieres?
Pregunta con tristeza, trago en seco, desvío la mirada, suspiro. Decido mirar a Logan que todavía sigue aquí.
— Será mejor que te vayas, no vas a ponerle ni un solo dedo encima a Alma.
Digo con seriedad.
— Solo quiero que se disculpe.
Responde él elevando una ceja mientras mira a la rubia que por el momento me mira a mí.
— Alma.
— Alex, respóndeme.
Pide ignorando al lobo, eso… logra alegrarme un poco, pero, no mostraré mi debilidad por ella en frente del lobo.
— Alma, discúlpate con él.
— Lo siento, Logan.
Responde ella sin dejar de verme, nuestras miradas solo se fijan en nosotros mismos, como si nadie más existiera, mi interior arde al tenerla tan cerca y no poder hacer nada, en cambio, su mirada es triste o quizás solo se esté victimizando.
— Acepto tu disculpa, Alma, pero, no vuelvas a hacerlo.
— De acuerdo, Logan.
Dice ella, escucho que el lobo se aleja dejándonos solos. Carraspeo un poco después de unos segundos.
— Alma, es momento de que vayas junto a tu madre.
— Alex, no me respondiste.
— Alma…
— ¿Ya no me quieres?
Repite haciendo sobresalir demás su labio inferior, tomo una profunda respiración, sus hermosos ojos me están hipnotizando y si la dejo, ella va a manejarme a su antojo.
— Te quiero, Alma, mucho más de lo que crees.
— Entonces, ¿por qué me hablaste así?
Pregunta, yo giro dándole la espalda, meto mis manos en mis bolsillos.
— No porque te llame la atención mi cariño hacia ti cambiará, hay cosas que están mal.
— No hice nada malo.
— Le hiciste una broma a Logan.
— Es una broma indefensa.
— No lo es.
— ¿Te has enojado conmigo?
Pregunta caminando para colocarse frente a mí de nuevo, sus ojos tan lindos como los de mi Arya me enfocan, aunque las de mi Alma son de color Azul intenso, tan idénticos a los míos.
— Yo no estoy enojado contigo, Alma.
— ¿Entonces, me darás un abrazo?
Pregunta extendiendo sus brazos, niego con la cabeza teniendo una media sonrisa.
— Ven aquí, pequeña manipuladora.
Respondo, ella pone sus ojos en blanco, pero, corre a abrazarme.
— No te enojes conmigo, tú eres mi mejor amigo del mundo.
Dice, sus palabras… duelen.
— Jamás, puedes faltarme, pero, Logan será mi futura pareja, ya lo verás porque él todavía no encuentra a su mate, seguro que soy yo.
Dice emocionada, aprieto mi mandíbula sintiendo enojo y dolor por lo que ella dice, pero, me consuelo diciendo que es muy inocente para algunas cosas.
— Me tengo que ir.
Le digo separándome de ella, asiente con la cabeza con una sonrisa hermosa que no va dirigida a mí directamente.
— Iré con mamá, le diré lo que hice, pero, tú… me seguirás queriendo, ¿verdad?
Duda un poco, asiento con la cabeza porque soy incapaz de decir nada, solo quiero romper algo.
Como el cuello del mugroso ese, ¿verdad? Vamos, Alexander, nadie notará su ausencia, seremos rápido y cautelosos.
Athos, calma, no mataremos a nadie.
— Me voy, nos vemos después, Alex.
Dice con su voz cantarina mientras corre hacia dentro de la casa y yo decido esconderme en el bosque, no puedo hacer esto, no puedo escucharla decir que le gusta otro, ¡maldita_sea!, ¿cuántos años más me falta aguantar?
Once, once_putos años, Alexander.
Uff, maldito_pacto, pero, no me queda de otra, la esperaré.
******* ******
Tecleo en la computadora lo más rápido que puedo para poder saltarme la barrera de seguridad de Mike, o “M”, como lo conoce Adara, él se ha ido a Inglaterra para mantenerme informado de algo que me ha estado preocupando últimamente, pero, lo alarmante, es que llevo unos meses sin tener nada de comunicación, eso puede ser bueno o malo, con él nunca se sabe.
— Me lleva la que me trajo, Mike.
Siseo entre dientes, el muy_maldito ha logrado perfeccionar su seguridad, fue una sugerencia mía para poder protegerse mejor, pero, no contra mí_idiota. Niego con la cabeza mientras sigo intentándolo unos minutos más hasta que logro entrar solo a unas informaciones determinadas y lo que veo no me gusta para nada.
— Esto puede ser un problema.
Musito viendo las coordenadas de su ubicación y los últimos movimientos que ha tenido, su rastro se pierde hace un mes atrás que es cuando estuvo utilizando un cajero. Golpeteo mi dedo a un lado del teclado, resoplo dejando la computadora encima de la cama y camino hacia el balcón mirando la noche, es irónico, pero, yo, siendo un vampiro estoy viviendo en una manada de lobos, aquí jamás se les ocurriría buscarme.
No me gusta admitirlo, pero, creo que debemos pedirle ayuda.
Athos… no podemos, acordamos que no lo haríamos.
Tampoco romperemos el pacto, nosotros no podemos irnos.
Entonces, podemos enviar a Jake, él es el más… adecuado para esto.
Escucho que alguien toca la puerta, seguido se abre dejando pasar a mi chiquita, la reconozco por el olor a su perfume, ya que, nunca más volvió a quitarse su collar, solo la modificó para que Ryan sea el único que pueda percibir su olor natural.
Seguro ella viene a hablar lo de hace rato, toda esta tarde estuve fuera de aquí, tanto, que acabo de llegar hace apenas una hora, ya después de la cena para no ver a mi Alma.
— Hielito, ¿podemos hablar un rato?
Pregunta mientras se va acercando, sonrío mientras la espero hasta que llega a posarse a un lado de mí.
— ¿Qué pasa chiquita?, ¿garras se ha puesto intenso de nuevo?
Pregunto burlándome, ella me da un leve golpe en el brazo dejando escapar una leve risita.
— No hables así de mi Mati. Y creo que ya sabes por qué estoy aquí.
— No quiero hablar de eso.
— Alma me ha dicho que le hablaste un poco serio, ¿qué te hizo enojar?
Pregunta ella ignorando que le dije que no quiero hablar del tema, pongo mis ojos en blanco.
— No hables como si no supieras nada, Arya.
Respondo resoplando mientras meto mis manos a los bolsillos, ella se acerca a la baranda del balcón para apoyarse y mirarme de frente.
— ¿Y si le digo que ella está destinada a ti?
— No.
— Alex, ella te lastima con esos pensamientos.
— Es una_niña todavía, no lo entiende.
Excuso, no puedo pretender que ella me quiera así como así, se supone que debo conquistarla, pero, no es el momento y debo dejar que ella crezca feliz, sin presiones.
— Hielito, ella ya tiene la mentalidad de entender todo.
— No quiero que me quiera por una presión, Arya, además… no es tan sencillo como crees.
Digo mirándola directamente a sus ojos grises, ella ladea la cabeza con confusión.
— ¿Entonces?
— Solo deja que las cosas sucedan, deja que ella crezca feliz.
— Hielito…
— Yo la esperaré.
La interrumpo, ella termina asintiendo con la cabeza al entender que no retrocederé en mi decisión, a pesar de que será difícil.