Una semana después
New York
Lily
Tras recibir la carta de mi madre tenía muchas dudas de regresar, aunque Jean Paul me convenció que era hora de volver a mi país, armando viaje en pocas horas para al día siguiente embarcarnos en el primer barco que zarpaba a New York, claro que cada uno ocupando diferentes camarotes en primera clase, en el día solo dábamos largos paseos por la cubierta de la embarcación, pero las noches, en realidad eran hermosas con ese cielo estrellado incluso me perdía recordando mi infancia porque para mí mal sigo teniendo pesadillas de esos días que tuvimos que huir para que la guerra civil no nos alcance, para mi suerte todo ha cambiado en mi país respirándose varias etapas de revolución industrial siendo nuestras empresas una de las pioneras en el acero, por la misma razón son demasiados los nervios que tengo porque debo ocuparme de un imperio y no estoy segura de estar a la altura de las circunstancias.
A pesar de las dudas y miedos llego la hora de hacer frente a todo mi pasado tomando fuerzas para descender de este barco mientras todos los pasajeros lo hacen también, por mi parte bajo en compañía de mi novio en tanto busco con mi mirada a mi madre, pero para mi sorpresa quien ha venido a recibirme es John Mckeson, en este instante mi corazón palpita a mil por hora porque muchas veces soñé con el día que lo volvería a ver, aunque intento mostrarme indiferente, caminando del brazo de Jean Paul hasta que estamos en su presencia.
–¡Lily! Mi pequeña estás hecha una mujer muy hermosa, cómo pasa el tiempo porque parece estar viéndote cuando eras una niña corriendo por toda la casa– me dice mientras me saluda con un beso en la mejilla.
–Hola John ¿Cómo estás? Te ves bien, permíteme presentarte a mi novio Jean Paul Michel– los presento.
–Bienvenido a EEUU, es un gusto conocerte Jean Paul– dice John extendiendo la mano para saludarlo.
–El placer es mío John, tenía mucha curiosidad de conocer al tío de mi novia porque ella habla maravillas de usted– le dice mientras aprieta su mano.
–¡Jean Paul! Estás equivocado John no es mi tío, es un amigo de la familia que siempre nos ha ayudado– aclaro.
–Lily me contaste que John siempre te cuidaba como una hija, quiere decir que es una especie de tío ¿No lo creen? –asegura Jean Paul.
–Yo me considero un amigo de la familia, pero no me molesta que Lily me vea como un tío– explica John.
–Mejor subamos al carruaje ¿Les parece? –propongo.
John
Desde que deje Adare mi pueblo natal en Irlanda para ayudar a Edward Cooper mi amigo de la infancia, todo cambio desde el primer día que puse un pie en Alameda, ese día quede desconcertado por lo que veían mis ojos porque me encontré con un hombre totalmente diferente al que dejó nuestra tierra, a pesar de todo lo ayudé y lo aconseje en todo lo que pude incluso en la estupidez que estaba haciendo en esa época para mi suerte supero todo, pero todo cambió un día le dio por unirse en una guerra que no le pertenecía dejando sola a su mujer e hija, prometiéndole que las cuidaría así como él siempre lo hizo conmigo, aunque ha llegado la hora de ocuparme de mi vida, más ahora que Lily volverá de Paris, mi pequeña debe estar hecha una mujer muy hermosa, solo espero que Elizabeth pueda resistir para que ayude a su hija a dirigir el imperio que le heredo mi querido Edward, todavía me parece estarlo viendo esa primavera que nos abandonó.
Primavera de 1862
Cuando llegue a EEUU fue un día muy especial porque pude volver a encontrarme con quien considero mi hermano, Edward, aunque ahora la situación es otra, lo estoy viendo partir a una guerra que no es de él y me duele por todo lo que abandona incluso veo a su pequeña que llora desconsolada hasta que interfiero.
–¡Basta Lily! Tú padre volverá de la guerra, ya lo verás mi pequeña mientras yo te cuidaré– le aseguro mientras la abrazo.
–John no quiero que nos deje mi papá, no es justo que se marche a la guerra– me dice entre lágrimas.
–Mi pequeña eres una niña valiente, ya no eres una bebé, tú mismo me lo has dicho, porque tienes 8 años, ¿Lo recuerdas? –le explico poniéndome a su altura.
–John por favor cuida a mi familia, yo necesito ir en busca de Gerónimo porque no puedo abandonarlo después de todo lo que hizo por mí, ¡Entiéndeme! –nos interrumpe Edward.
–Amigo no le hagas esto a tú familia, esa guerra no te pertenece, piensa en Elizabeth y en esta pequeña, por favor no te marches.
–Está decidido John, no hay marcha atrás– me asegura.
–Mi pequeña Lily me prometerás que te portarás bien, no enloquezcas a tu madre y otra cosa más, algún día tú tendrás a cargo mi imperio, lucha por mantenerlo vivo, te quiero– le dice su padre.
–John pronto volveré mientras prométeme que cuidaras de Elizabeth porque por más que ella demuestre ser fuerte se está derrumbando, además vas a tener que armarte de paciencia cuidando a Lily porque mi pequeña es un torbellino– dice Edward.
Fue muy duro ver partir a Edward, incluso si hubiera forma de volver el tiempo atrás lo haría sin dudar, para cambiar todo lo que sucedió, aunque el único consuelo que me queda es haberle cumplido la promesa a mi amigo, por ahora me tocó venir a recoger a Lily al muelle, claro que es un poco imposible ubicarla entre tanta gente que desembarca hasta que creo verla quedándome sin palabras porque mi pequeña esta convertida en una hermosa mujer, incluso está acompañada de un hombre, pero apenas me acerco a saludarla somos presentados, claro que a su novio no le agrada la relación que existe entre ella y yo, en fin, intento ser cortés y aclarar sus comentarios de la mejor forma posible mientras subimos al carruaje.
Lily
No me gusta la inseguridad de Jean Paul marcando territorio ante John, la verdad es que me quiero morir por los comentarios fuera de lugar que le dijo, a pesar de todo disimulo e intento llevar la charla al tema profesional, donde John me empieza a explicar todos los cambios que se han hecho para bien en Wesh and Mckeson hasta que somos interrumpidos por Jean Paul.
–Lily por pura curiosidad ¿Por qué lleva ese nombre la empresa de tu familia? Me parece un poco absurdo porque debería llamarse Cooper Company.
–Jean Paul mi difunto padre lo quiso así y no voy a contradecir sus deseos cambiándole el nombre, además que John es parte de la empresa siempre ha estado al tanto de todo y merece que la empresa lleve su nombre– explico.
–John usted debe ser feliz porque ha sido homenajeado teniendo su nombre la empresa, ¿Verdad? –afirma Jean Paul.
–Te equivocas Jean Paul porque miles de veces le pedí al padre de Lily que cambiara el nombre de su empresa, pero no quiso, Edward era bastante terco cuando se encaprichaba con algo y a estas alturas solo me queda honrar la voluntad de mi amigo– explica John.
Un rato después
Para suerte mía llegamos a la casa porque no aguantaba más las inseguridades de mi novio, la verdad no sé porque se comportó de esa forma con John, menos mal que él lo supo manejar con diplomacia y ahora estoy descendiendo del carruaje para ir hasta la puerta donde mi madre está esperándome.
–¡Mamá! Te extrañé muchísimo, no tienes idea la falta que me hiciste– le aseguro mientras la abrazo.
–Mi pequeña Lily también me hiciste mucha falta, es bueno volver a tenerte en casa, aunque dude en algún momento que regresaras porque en las últimas cartas me asegurabas que no tenías intención de volver, pero déjame verte estás muy hermosa mi niña– me dice mientras nos separamos.
–Mamá te presento a Jean Paul Michel, mi novio.
–Señora Cooper es un placer por fin conocerla, aunque hubiera preferido otras circunstancias– asegura Jean Paul.
–Por favor llámeme Elizabeth, pero mejor entremos a la casa para poder conversar con tranquilidad– dice mi madre.
Un rato después
Mi novio al parecer está haciendo lo posible por ganarse a mi madre, ellos no han parado de charlar, aunque yo no estoy muy interesada en la plática de ellos y salgo al jardín encontrándome con John que está fumando un habano.
–John deberías dejar ese pésimo hábito, pensé que no lo hacías más.
–La verdad es que lo retomé cuando te marchaste, tal vez para cubrir tu ausencia porque, aunque tú no lo creas me has hecho mucha falta estos años, extrañaba nuestras charlas.
–John no te creo porque no hiciste nada para impedir que mi madre me llevara a Paris, solo aceptaste su decisión.
–Lily en ese momento pensé que era lo mejor para ti, además yo no tenía ningún derecho a intervenir en la decisión de tu madre, pero veo que Elizabeth no se equivocó, porque te has convertido en una bella mujer educada.
–Sé que antes era bastante diferente porque siempre andaba metida en problemas, pero era solo para llamar la atención de mi madre, ¿No era tan terrible o sí?
–Mi pequeña eras un remolino revolviendo toda la casa con tus travesuras, aunque ahora has crecido, te has convertido en una bella mujer– me explica entre risas.
–John ¿Crees que soy hermosa?
–Lily lo eres incluso el imbécil de tú novio lo sabe por eso se comporta así, marcando su terreno.
–John ¿No te agrada Jean Paul? Por favor contéstame.
–La opinión mía no debe contar solo la de tú madre, además si eres feliz con él yo lo soy, porque lo único que quiero es tu felicidad.
¿Por qué me confundes John? Debería alejarme de él porque siento que todo está comenzando de nuevo, otra vez las palabras que me dice me hacen armar castillos con él en mis sueños, pero no puedo permitirlo porque voy a volver a salir lastimada.