16. VERDADES OCULTAS

1080 Words
ANTONIO Camino de un lado a otro, pensando si debería ir o no a la dichosa fiesta de celebración. ¿Estará ella? ¿explicarán lo que pasó? A final decido ir, tengo que verla, tengo que saber. Todo el pueblo murmura lo sucedido en la hacienda con curiosidad, no me extraña el chisme se haya regado. Hay un bando que la defiende, diciendo que quizás una familia rica quiso aprovecharse de ella, hay otro que la tacha de cazafortunas. Pasa el tiempo cuando los invitados de honor hacen su arribo, se nota son ellos por el show de guardias que llegan. Caminando a paso firme y elegante desfilan los cuatro, los señores Domínguez al frente, de la mano, Carla o Catalina del brazo de Pablo, la gente habla, no se escucha, pero se nota. Mi ira crece, es verdad, está con él. Son recibidos por el alcalde y uno a uno pasan a saludarlos, incluidos nosotros, ella agacha la cabeza con vergüenza, ante la sonrisa de burla de mis acompañantes y mi mirada de enojo que ya no me importa disimular. Está hermosa, con un vestido palo rosa que le da una apariencia inocente, algo que claramente no es. Maquillaje y peinado sencillo, no parece la mujer que conocí hace a penas unas horas. - Ven, les dije que era una pobretona arribista y sin clase – habla Constanza. - Pobrecito Pablo, condenado con esa víbora – los celos de mi hermana también hacen su presencia. Para mi mala suerte tengo primera fila en este espectáculo, con ellos siendo halagados por el alcalde en el micrófono de un improvisado escenario. Le ceden la palabra a Pedro. - Buenas noches, es un honor compartir con ustedes esta velada donde mi esposa Lola y yo tenemos mucho que celebrar, un gran trato con un caballero como pocos quedan – me señala – y el reencuentro con nuestra hija. ¿hija? ¿Acaso dijo hija? Mi mirada, junto a la de los demás, es de asombro. Las mujeres a mi lado abren la boca ante semejante sorpresa, igual que el grupo que regó el chisme de que era la amante de Pablo. Se escuchan murmullos, la veo y luce sonrojada, no alza la mirada mas que para intentar verme de reojo. Su padre continúa hablando. - Sí, Catalina, o Carla, como sé que muchos la conocen, quien después de una gran travesura – la mira sonriente, pero con una mirada desafiante – al fin regresa a tomar su lugar. Gracias a quienes la cuidaron, ella es el tesoro más valioso que tenemos con su madre y hermano, así que les devolveremos la amabilidad. Salud. - Salud – responden los presenten aún con el shock del momento. CARLA/CATALINA Hay algo que cambia en la mirada de las personas cuando se enteran de quién soy, al igual que su trato. Una sonrisa falsa con una condescendía que les lleva a decir a todo sí, o no, dependiendo de la respuesta que crean deseo. Puedo decirles el cielo es verde y me darán la razón, me felicitarán por decirlo y encontrarán 10 formas de confirmarlo. Esa es la mirada en el grupo de mujeres que se me acercan ahora. - Hola Car… perdón, Catalina. Ya decía yo que tenías cierto aire de clase – habla una de ellas, seguida del apoyo de la demás, incluidas Gina y Valeria. - ¿No vas a presentarnos a tu hermano? – habla otra. - Claro, él es Pablo, mi hermano mayor. Hermano, ellas son el cuartel de las brujas de las que te hablé hoy – ríen nerviosas, ya no me importa si soy grosera, ya no me importa nada. - Siempre tan chistosa – el limoncito parece un tomate de lo roja que está – soy Valeria Castillo, nos conocimos esta tarde – estira la mano, admito tiene valor – tu hermana vivió en mi casa. - Sí, gracias por cuidarla – mi hermano sonríe amable, se nota él es el diplomático. - Fue un enorme gusto – habla Gina, por favor, si trataba de echarme. - Eso me recuerda - interrumpo – hermano, le debo un vestido de 2000 dólares de la colección ante pasada de RoseSD. - Olvídalo – responde nerviosa con un tono pálido. - No, me dijiste que ni con todo un sueldo podría pagarlo y yo te prometí algún día lo haría, ¿recuerdas? - ¿Te costó eso? – está intrigado, saca su tarjetero – esa es una de nuestras tiendas, esa colección estaba por los 900 creo, tendré que ir a hablar con el gerente, gracias por informarme. - Sí... – habla tartamudeando – eso me costó. - En todo caso, ten – le da una tarjeta – cuando vayas a la tienda entrégala, dejaré la orden de que puedas llevarte el vestido a tu elección. ¿Le prestaste ese vestido a mi hermana para alguna fiesta? - No, se lo quemé planchando – la pongo más nerviosa. - ¿Tú planchas? – está intrigado, yo estaría igual si me dijeran lo mismo. - Te dije que lo quemé, ¿qué crees? - Han sido muchas aventuras entonces – ríe. - Sí – las miro desafiante – y te las contaré todas – lo único bueno de mi apellido, poner a la gente en su lugar – vamos, quiero aire fresco. Caminamos un poco, alejándonos lo más posible de la gente, con los guardias siguiéndonos muy de cerca, como siempre. - ¿Por qué no me advertiste venían con papá? - hablo cuando creo no me escuchan. - ¿Por qué no me llamaste? Intenté comunicarme contigo, pero fue imposible – debí llamar. - Lo siento, estuve ocupada precisamente con esta visita, la vida y sus juegos retorcidos. - Papá se encargo de esta negociación, en los documentos que revisé no había mucho detalle del dueño y ubicación. Cuando lo descubrí intenté advertirte, me alegre al no verte, pero siempre debes meter tus narices donde no te llaman – me empuja. - Ya sé. Solo quería asegurarme que se fueran y lo arruiné. No quiero volver – lo abrazo. - Entiendo, pero no te queda de otra. Tranquila, te protegeré, lo prometo. - Lamento interrumpir – regresamos a ver al nuevo invitado, es Antonio - ¿puedo hablar un momento con tu hermana? - Papá no deja nos alejemos mucho, tú sabes, es una escapista – lo miro enojada – pero les daré algo de privacidad, tienen 3 minutos. Es enserio.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD