Nos vestimos entre risas y juro que no pensé estar tan feliz a las 3 de la mañana. -Debemos tener cuidado al salir- recordé de pronto la llamada y Alex se rió. -¿Crees que te esten siguiendo a esta hora?- se burló pero al verme serio sólo resopló- De acuerdo, de acuerdo. Yo saldré primero. Tomé su mano y la halé hacia mi cuando la vi caminar. -Aún no, ven aquí- y entre risas nos dimos un delicioso beso que hizo despertar a mi tan relajado amigo con ganas de jugar de nuevo-¿Mañana vas a la última tutoría?- le pregunté y suspiró sonriendo pero la tristeza la delataba. -Sí, señor- besé su frente y solté su mano. Ella me dio la espalda y dio dos pasos. -¡Alex!- la llamé y se giró-¿Vas a mi fiesta?- esa sí fue una sonrisa real. -Estoy castigada, ¿Lo recuerdas?- me encogí de hombros. -S