-Nico- Alex me dejó probarla y aunque me preocupaba su estado etílico, siendo honesto, no podía pensar en otra cosa más que en hacerla mía. Su clítoris fue como un caramelo en mi boca y los espasmos que recorrían su cuerpo eran la respuesta que necesitaba: Ella me deseaba. Alexandra hundió las manos en mi cabello y mordisqueé su coño repetidamente escuchandola gemir, la había convertido en una pequeña salvaje y estaba muy orgulloso de mi creación. Me empujó con fuerza, y desorientado pude no caer al suelo gracias a la estabilidad en mis piernas, ella se dio la vuelta y su culo en pompa mientras lucía mi gatita en celo me esperaban. Sonreí mientras me ponía de pie y ella me miraba con ojos desesperados. De su v****a goteaban fluidos, estaba lubricada para mi gozo. Entré en ella con sua