-Alex- -Ese hijo de perra- gruñí furiosa poniendome de pie. Nico restregaba su rostro. -Te dije que esto pasaría. ¿Ahora me crees?- miró hacia la ventana tras él- No sé qué carajo se cree tu padre, Alex, pero él jura ser el dueño de tu vida. -Como si no tuviese derecho a tener una- me quejé. Estaba furiosa y mi cuerpo temblaba-¡Estoy harta de todo!¡Debo irme lejos de aquí! -¿Y qué pasaría entonces, Alex?- dijo él con ojos cansados pero podía darme cuenta de que estaba realmente afectado-¿Realmente piensas que tu padre no iría a buscarte a cualquier lado?- tenía un punto. Gruñí frustrada- Ven aquí, hermosa- pidió- No podemos hacer nada más, al menos por ahora, cariño- me senté en sus piernas como una niña pequeña y sus manos acariciaban mi cabello y mis piernas a la vez- Aunque yo no es