El sábado llegó en un abrir y cerrar de ojos, luego de nuestra cena con mis padres hablé muy poco con Kane, y salvo por algunos mensajes, organizando todo lo referente a nuestro viaje, no había hablado con él, e incluso en ese sentido... Me las arreglé con Lucy la mayor parte del tiempo. Tenía la sensación de que estaba enfadado conmigo, pero no lograba descubrir exactamente por qué me sentía así. Esa noche cuando llegó la hora de separarnos, compartimos un breve beso, apenas un roce de nuestros labios, pero él tenía una expresión extraña al marcharse. Eso, y su silencio posterior, contribuyó a que me encontrara con los nervios a flor de piel cuando llegó el momento de ir al aeropuerto. —¿Sabes si Kane ya está aquí? —le pregunté a Rich cuando se detuvo frente a la entrada del LAX y se d