Al llegar al club Discotech, mis nervios se dispararon a la estratósfera. Aquel era un sitio muy popular y lleno de paparazzis, pues muchas estrellas solían pasar ahí sus noches de fiesta, lo cual lo convertía también en un lugar caro y exclusivo... Eran afortunados los no-famosos que lograban entrar, y por supuesto, jamás fui uno de esos, así que empecé a sentir que aquello era una locura. Me alejé del taxi y tomé nota de la interminable fila que había hacia un costado; todos querían entrar, era la mejor oportunidad que tenían para ver, si acaso con suerte bailar un rato, con alguien famoso. Yo, siendo tan desconocida y de limitados recursos como era, jamás había pisado su interior, aunque en realidad nunca lo había ni siquiera intentado... Salir de fiesta no era lo mío. Había visto el