Había oído infinidad de veces sobre Discotech, era de los sitios más famosos de toda Los Ángeles, pero el interior de ese lugar parecía el Moulin Rouge, con la salvedad de la espantosa música electrónica aturdiendo los sentidos; no llegaba a decidir qué pesaba más en ese sitio… Lo extravagante o lo pecaminoso.
El lugar consistía en un gigantesco y amplio salón de mullidos sillones rojos y una hilera casi interminable de espejos en los techos, haciendo todo más psicodélico, luces rojas de neón iluminaban el lugar, haciéndome sentir como si, literal, estuviese entrando a un mundo de pecado, justo como mi madre tanto temía, con cada paso que daba... me sentía más y más desheredada.
Abrumada y con el corazón latiéndome feroz, empecé a bajar los escalones que me terminaban de adentrar a la p
