Me levanté a tomar un poco de agua y desde la cocina le di un vistazo a aquel lugar. Yo vivía en un pequeño y deprimente apartamento en Pasadena. No tenía nada de fascinante, pero era lo mejor que podía costearme con mis ingresos de momento, pero me pregunté si toda aquella condena a la que me estaría sometiendo ese año, toda esa tortura de tener que soportar a Kane serviría para mejorar eso… Yo esperaba que sí. Aunque debía terminar el artículo, decidí dejarlo para luego, porque ir a revisar mi armario se me hizo una mejor idea, no podía sacarme las burlonas palabras de Kane de mi cabeza… Ropa de santurrona había dicho, quería que se tragase sus burlas, y para eso necesitaba encontrar algo que le hiciera callar, así que abrí el armario y le dispuse a buscar algo apropiado para el fin. —