Brandon sacó sus auriculares y se alejó todo lo qie puedo de la casa principal. En el establo los caballos estaban inquietos y los perros de los patrones anunciaban mal augurio.
Recordaba a su madre decir que in perro aullando anunciaba una muerte repentina. El siendo consciente del verdadero estado de tito deseaba que su madre no tuviera razón.
El corazón se le había partido al sentir tanto rechazo de parte de Alessandra. Se prometió a sí mismo, bajo la luz de la luna, que iba a hacer todo lo posible por olvidarla. Nada le haría más daño que eso, pero estaba decidido a asumir las consecuencias.
Arriba, Alessandra caminaba de un lado a otro de su habitación. Todo lo que había descubierto en el mes que llevaba en su país natal le daba vueltas en la mente.
No estaba segura de nada. El sobre que llevaba esperando por diez días no llegaba. Los secretos entorno a la muerte de sus padres. Lo que había pasado la noche que vino de visita al país con su novio David. El como perdió la virginidad con él entre alcohol y conocidos. Conocidos que la habían invitado a un bar para reencontrarse después de dos años por fuera. La repentina enfermedad y la inevitablemente muerte que rodeaba a su tío Javier. La venganza que estaba decidida a llevar a cabo. Nada era seguro. Sólo ese hermoso ser que dormía tranquilamente en su cama.
En el dormitorio de Javier, estaba Mauricio legitimizando el último testamento de su gran amigo. Anotando las indicaciones que le daba para el después de su deceso.
-Tienes, mijo. Tu tienes que ayudarlos a que estén juntos. - se notaba que le costaba respirar con normalidad, pero necesitaba irse tranquilo. - muéstrale a mi sobrina las grabaciones de las cámaras que te encomende.
Una toz rasposa interrumpió su pedido y el abogado comenzó a hablar.
-Ya no se esfuerce. En manos de Brandon está la primera copia y pronto estará la segunda en las de Aless. Tengo anotado todo lo que quieres y nosotros vamos a hacer todo lo que pediste.
Javier asintió y pidió descansar un rato. Ya todo estaba encaminado a buen puerto. En su interior contaba los minutos para unirse con su amada en el paraíso. Las máquinas marcaban el lento latido de su corazón.
De pronto, Brandon entró a hacer su revisión normal.
-¿Cómo está? -enseguida preguntó su amigo.
-Sus latidos son muy lentos, amigo. En un rato le toca su dosis.-miro sus manos un momento- Hay que avisarle a la sobrina. Es cuestión de tiempo- agregó con experticia el doctor.
- Cruza y le dices, amigo. - Le sugirió.
- No puedo, Mau. Tuvimos un encuentro en la cocina y aunque haya chispa ella no me ama. Nunca va a creer en mi- el abogado no creía lo que escuchaba. - mejor me mantengo apartado y evito seguir profundizando lo que la distancia no pudo borrar.
- Que pena, amigo. Soy muy consciente de todo lo que has luchado por descubrir el pasado para reconciliarte con ella.
-Todo fue en vano. Ella no cree en mi y nunca lo hará. - gruesas lágrimas corrían por sus mejillas. No sabía cual emoción lo agobiaba más, si el perder a tito o tener que reconocer que su amada nunca estaría junto a él.
-Voy por ella entonces, Bran. ¿Tu le dices a Darien?-
- Yo voy si. Esto va a ser difícil para todos.
Al cabo de un rato, los dos hermanos, el abogado, el doctor y su compañía Sirley estaban junto a tito.
Brandon procedió a colocar la inyección en la intravenosa y volvió a sentarse junto a la ventana.
El ambiente era sombrío.
- Mija- susurraba Javier- usted merece lo mejor de lo mejor. Luche para ser feliz.
Alessandra no podía hablar de la angustia.
-Oh! mi tito. Siempre te recordaremos y gracias por ser parte de mi vida. - fue lo único que pudo decir antes de hundir su rostro en el estómago de tu tío.
-Ustedes saben que han sido mis compinches y los amo mucho- se dirigió al doctor y al abogado. - Tu ya sabes lo que tienes que hacer Mauricio y tu Bran, nunca dejes de luchar por ese amor.
-Ya me has dado las indicaciones como quince veces solo en este día, Javier. - Las palabras espontáneas de Mauricio robaron una risa. Todos allí sabían cuando insistente era Javier.
-Por supuesto que si- atinó a contestar Brandon, inseguro a qué de todo había afirmado.
-Mi niño Darien. Usted debe salir y buscar a su amor. También merece ser feliz
-Ya tengo a mi amor, tito. Cuando todo termine volveré por ella. -Le contestó
Todos en la habitación lo miraron.