9. Primer cena en "familia".
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Alessandra compartía su habitación con su hija, ya que no estaban acostumbradas a dormir lejos una de la otra. Cuando ingresó se dió cuenta que todas sus pertenencias estaban acomodadas.
Brandon depositó a Noemí suavemente en la cama, se disculpó y se retiró.
La joven no atinó a decir ni un gracias, pero con tanta cosa en su mente pensó que bien podría hacerlo en la cena. Abrazó a su hija que le respondió abrazandola e intentó descansar.
-Mami. ¿Tu sabes porqué ya no puedo soñar con papi?- Le preguntó realmente curiosa de qué su sueño en brazos de su papi David cantándole "Te prometo" Se había desvanecido.
-No lo se mi vida. Tal vez porque tú papi esta tranquilo de que somos felices y por eso se fue a ayudar a alguien más. -besó la coronilla de su hija y agregó- o tal vez estas tan cansada que no lo recuerdas.
Luego de ese intercambio, ambas durmieron profundo hasta que tocaron la puerta avisando que faltaban 10 minutos para la cena. Se tomaron unos minutos para refrescarse y bajaron hambrientas.
-Ya sabes que puedes comer lo que quieras, Javier. No exceda en azúcar ni en sal. -Le hablaba Bran. -y tu Dar, trata de comer más que no todo es gimnasio y joda.
-¡Hola a todos!- entró sonriente y repartiendo besos Noemí. Aless en cambio, solo hizo la seña con la mano y se sentó algo incómoda frente a Brandon.
La señorita Sirley sirvió una ensalada con pollo a la plancha, que todos menos Darien, condimentaron con limón.
Con el pasar del tiempo se desarrollaban charlas amenas entre los comensales.
Darien trataba de sonsacar a su sobrina para jugar en el parque en la mañana o de bajar un par de kilómetros hasta la playa. Noemí Lucía entusiasmada.
-Mami, quiero ver ese faro que dice el tío, pofiiiii ¿si? -insistía con su sonrisa compradora.
-Si comes toda la cena y sigues comportandote así de hermoso, princesa. -alegaba su madre con una sonrisa, ya que si su bebé le pedía conocer la luna, era capaz de buscar un cohete para llevarla.
-Deberían visitar la antigua balsa, fue extraída y pusieron un puente redondo en su lugar- sumó a la agenda turística Brandon, sin notar que para algunas personas no fue agradable.
-Quiero ver eso mami, también eso! Nunca jamás vi un puente redondo.
-Anoche pasamos por el de la Barra y tiene la forma de las olas- le comento nuevamente a la pequeña.
Alessandra se había sumido en el mutismo. Al notar demasiado silencio, el joven levantó la vista y miró alrededor. Aless lo veía con ojos duros y severos, Dar y su tío, aguantaban la risa
La pequeña había quedado perdida en la cara seria de su mamá.
-Ya te dije que no te metas en esto, sr Mautone- le dijo al fin.
El muchacho abrió la boca, perdido del momento en que todo había retrocedido.
-Ya veo que ni siquiera puedo hablar, mujer. Le voy a recetar quetiapina 50 para que le baje los nervios.
Aless buscaba palabras para contestar, sin embargo no encontraba ninguna. La pelea de miradas seguía y el resto de los espectadores no soroportó la presión. Explotaron en carcajadas y pronto ellos también reían y Noemí los acompañaba sin saber en qué.
La cena llegó a su fin y todos se retiraron a descansar, a excepción de Brandon que salió afuera con sus auriculares y su habitual taza de café.
Aless no podía dormir y lo observaba desde su ventana mirar las estrellas y pasar las manos repetidamente sobre su rostro. Ese hombre de verdad estaba frustrado, aunque no entendía porqué. Recordó que nunca le agradeció por cargar a su hija. Luego pensó que era un entrometido y pensó que no lo merecía.
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