Luego de una larga ducha, estaba pronto para volver a bajar.
-Si necesitan algo más de la ciudad me mandas un w******p, Dar. -hablaba ella con su familia. - Noemí esta en la pileta, no lo olvides.
-Ya te dije que si.- se quejó su hermano- Desde aca la veo y enseguida vamos a salir con tito.
-Ok- en ese momento se percató de la presencia del doctor y quizo tener una señal de paz con él- si necesitas algo de Maldonado, puedo traerlo.
-Gracias, pero no. -Le contestó viéndola a los ojos- aquí tengo todo lo que necesito
Sus palabras habían echo estragos en ella, pero ni muerta lo reconocería.
-Si. Como sea. No te quiero cerca de mi hija -agregó antes de tomar su bolso y salir de la casa.
Javier y su sobrino se miraron entre ellos, lo miraron a él y rompieron en carcajadas. Bran ya no reconocía señas de paz y negaba con la cabeza. En el mismo momento en que se divisaba que el auto había abandonado el portón de ingreso a la propiedad, se sacó la remera, sonrió a los habitantes dentro de la casa y corrió a darse un clavado junto a Noemí.
-Sabes nadar! Enserio sabes nadar! -fueron las palabras de la niña cuando emergió a la superficie.
-Si, pequeña. ¿Tu no?- Noemí negó con su cabeza y sus cabellos acompañaban la acción, secos, expresando que no se sumergía debajo del agua. -Yo voy a enseñarte porque tu mamá tampoco sabe.
-¿Cómo sabes eso?- su voz demostraba curiosidad.
-Porque desde que tenía tu edad le tomó miedo al agua después de que la aventé al tajamar- aclaró Darien antes de sumergirse en el agua y salpicar todo.
La risa de la pequeña contagiada de buen humor a todos, exceptuando a Aless, pensó Bran.
-Es verdad, pero yo no te voy a aventar. Si no le dices a mamá, con este te enseñamos- le dijo Bran mientras empujaba el hombro de su amigo.
-¡No le dijo! pero si quiero saber.
Así pasaron un rato, jugando y enseñando a Noemí a nadar, hasta que se dieron cuenta que pronto volvería Aless de la ciudad y debían camuflar todo el lugar. Subieron a la niña, su tío le preparó una bañera con agua calentita y esperaron a que se vistiera para peinarla.
-¿Puede peinarme doctor?- quizá saber la nena, guiada por la curiosidad.
- Por supuesto que puedo- No creía lo que escuchaba. Su voz era tan melodiosa que solo te inspiraba escucharla.
Darien abandonó la habitación, al darse cuenta de que tito había echo de las suyas al decirle a la niña que Brandon era un buen hombre, suposición que confirmó al preguntárselo en la sala mientras lo encontró sonriendo solo.
-Si esa niña no los une después de tantos años, nada lo hará - le dijo como argumento.
-Ya sabes como es Aless y no le va a gustar para nada que estén tan cerca - trató de razonar Darien.
-Si no se juntan ninguno de nosotros será feliz. Tu hermana regresará a México, yo me moriré sabiendo que son infelices y tu te quedarás solo, hijo.
-No se de donde sacas que estoy solo.-Su tío lo miró incredulo- solo no quiero que se involucre hasta que se aclare el pasado, tío. No se si mi hermana logrará encontrar el amor con la misma persona que juro amar, solo se que si llega a venir ahora y ve lo que pasa arriba se va a enfadar- sumó con una sonrisa.
-No se preocupe, mijo. Ojos que no ven, corazón que no siente- y luego le guiñó el ojo.
Arriba, Brandon se tomaba su tiempo con la dulce Noemí. A su vez ella disfrutaba ser tratada como una princesa por alguien que no fuera su mamá.
-Yo se que tu no le caes bien a mi mamá, pero a mi me caes súper-inocentemente mencionó.
-Tu también me caes súper, Noemí y tu mamá también.
-¿También los tíos? -se interesó.
-Tambien. jajaja -Brandon la miraba con los ojos brillosos, incrédulo de que se pareciera tanto a su amada- siempre fuimos amigos.
-Pero ahora mi mamá dijo que no son amigos- interrumpió- y yo quiero ser tu amiga aunque mamá no quiera.
-Podemos ser amigos pero mamá no se debe enterar.
-Siiii! ojos que no ven, corazón que no siente dice titooo- repitió lo que escuchaba decir a diario a su mamá y a su tío Javier.