—¿No sabes nadar?—Le preguntó Matías a Dafne, ya dentro del agua. Luego de su pesadilla, fui yo la que no pude dormir. Pero luego decidí no preocuparme con antelación, porque no podía resolver nada, solo iba a disfrutar hasta que Michelle entrara por esa puerta y yo tuviera que salirme por ella en ese preciso momento, ¿qué otra cosa podía hacer? Me iban a salir canas de tanta preocupación. Y justo por eso, porque iba a dejar a un lado todo lo que me agobiaba y no podía resolver, era que este hermoso día estábamos pasándolo muy genial en la piscina. Dafne tenía un hermoso traje de baño de Pocahontas, Matías un bañador azul y yo un viejo bikini verde que no recordaba ya desde cuando lo tenía, la tela algo descolorida y un poco desgastada, pero al menos me seguía quedando bien. Miré las