Sé que…Adriana se sentía desubicada con todo esto, me ponía en su lugar y era un cambio de la noche a la mañana. Ella pensando que sería la madre de Dafne, acostumbrándose a esta vida, a todo esto y ahora…solo ya no encajaba, ya no había un espacio para ella y aunque acepto que actué mal con lo de la casa, hacerla mi amante, aún con el regreso de Michelle, también me vi desesperado ante el hecho de perderla, de la anulación de nuestro matrimonio y el no tenerla cerca. Y cuando escapó, luego de las duras y frías palabras que le dije antes de irme, entendí su desesperación, haciendo a un lado la mía. Y lo supe, me di cuenta o más que darme cuenta, lo acepté, porque era algo que sabía desde la primera noche de nuestra boda. Necesitaba a Adriana Martínez cerca de mí, era una necesidad que