Busqué a Dalton para llamarlo a cenar, supuse que estaría en su oficina, cuando estuve cerca escuché otra voz masculina. —¿Estás seguro? El futuro está en el juego —escuché decir a Liam, pude reconocer su pelicular voz. —Siempre lo he estado y no me voy a volver a echar atrás ahora. No quiero saber nada de ese tema —habló mi esposo. —Pero las cosas cambian y la vida también. Acepta tu legado, es lo más sencillo, de lo contrario te arriesgas a que las cosas no salgan como habías pensado —dijo pareció amenazarle su amigo. —Yo nunca lo quise. Además, para eso estás tú aquí, para que las cosas salgan como planeé y quede todo bien atado. —Sin embargo, sorprendentemente, una parte la has aceptado de buen grado—respondió Liam. Creí notar cierto reproche en su voz. —Eso es diferente. Nunca