—Me siento horrible—comenta.
—Para mí estás fabulosa—comenta alguien a su alrededor. Una voz que ya empezaba a extrañar.
— ¡Astaroth!—habla con alegría la joven diosa abrazándolo.
—Sí, sé que me amas—dijo muy engreído correspondiéndole el abrazo.
—Sabes que si—comentó ella.
Se separan y Astaroth pone cara seria—Me enteré que cierto lobo está aquí en el castillo—comenta cruzándose de brazos.
—Pues... —dice mirando hacia otro lugar—resulta que el rechazo se anuló—habla mientras sonríe de forma hipócrita.
—Umju...
—SIP—dice como niña pequeña y mira sus manos.
—Por lo visto no lo volviste a rechazar—habla y ésta niega. Astaroth suspira.
—Él cree que tú y yo tenemos un amorío—comenta.
—Creo que alguien me debe 30 rifucas (nombre del dinero en ese universo paralelo), sabía que me culparía—dice satisfecho recostándose en la cama de la chica.
— ¿Qué? Claro que no—dice defendiéndose.
—Claro que sí, te dije que si seguías besuqueándote con ese guardia él vendrá tarde o temprano harto y a reclamarte y me culpará a mí, ya que me encanta darle celos—dice riendo.
—Eres un hijo de puta—comenta señalándolo.
—Aun así me amas suegrita—dice.
— ¿Suegra? Creo que te confundiste de palabra—dice restándole importancia a eso.
—Lo que digas—dice y mira a Daniela a los ojos— ¿Cuándo le darás el culo a Alistark?—pregunta.
Daniela abre los ojos con mucha sorpresa—Eres imposible Ast—dice parándose.
—Uy, tengo apodo nuevo—señala.
—Sí, tienes apodo nuevo, es más fácil que andar mencionando tu nombre completo todo el tiempo—dice y se sienta en su escritorio.
—Pero en serio, me gustaría verte andando coja porque Alistark te haya puesto en una esquinita de la pared y te haya dado como aplauso de evangélico—dice él desde la cama.
—Gracias por tus... Excelentes deseos hacia mi persona—comenta—pero, no es como que haya aceptado a Alistark del todo. Aún no se me olvida lo que pasó—dice.
—Cierto eso te afectó mucho, pero... —pausa—Daniela, no puedes vivir siempre en el pasado, te dolió eso que pasó, entiendo, pero ¿te prohibirás ser feliz por un error descabellado?—pregunta.
Daniela deja de escribir y mira hacia un punto fijo de la pared, tenía razón.
—Sí, pero... es un tanto difícil—habla bajo.
Astaroth suspira—Es difícil, pero no imposible—habla—Daniela—le llama—mírame—demanda. Ella le obedece—Reprimes tus emociones, por eso sigues igual a como eras de humana—habla.
—Casi no recuerdo mi vida como humana, ni que hacía, es confuso ¿tuve familia?—pregunta.
—Si—dice—tuviste familia y más amigos que dieron su vida para proteger a los suyos cuando el rey tártaro salió de las entrañas del averno—comentó.
— ¿Por qué no los recuerdo?—pregunta.
—No lo sé, quizá tú transición a diosa—dice subiendo los hombros—pero eso no va al caso—comenta—no va al caso cosas que ya no recuerdas—dice.
—Está bien, el tema familiar irá después—dice y lo mira.
— ¿Te gustaría rechazar a Alistark al punto que el entienda que ya no puede hacer nada para recuperarte?—pregunta y le hace una seña para que ella no hable—Si eso pasa ¿Estás preparada para ver a Alistark formar una familia con otra mujer?—pregunta. Los ojos de Daniela dejaron de lado el color marrón para ser azul eléctrico claro, con unas pupilas semejante a las de un gato—Estarías viendo al dios sol, con una mujer a su diestra y quizá unos niños hermosos que pudieron ser tuyos, serias una diosa a la altura de Alistark, pero vivieras amargada por no aclarar tus sentimientos, por no dejar tu orgullo, por no dejar ir el maldito pasado—comenta sentándose en la cama—Daniela ¿Quieres eso?—pregunta.
Ella niega lento, sus cejas están fruncidas y su rostro está serio.
—A veces para ser feliz, hay que dejar ir un pasado doloroso y concentrarse en tu felicidad del presente—comenta.
Daniela asiente, pestaña un par de veces, pero sus ojos siguen de ese azul.
—Tienes razón—dice y se para—es hora de dejar de ser una hija de perra con él—habla poniéndose unas zapatillas—si se consigue otra mujerzuela pensando que no lo quiero, le voy a abrir la cabeza a ambos—comenta dirigiéndose a la puerta.
Astaroth sonríe y ve como su pelo castaño oscuro, cambia a color plata en una parte más. Está saliendo su esencia, está dejando que todo fluya.
*
Camina por los pasillos con un short, zapatillas de andar en casa y una franela.
— ¿Dónde está?—pregunta para sí misma entre dientes.
— ¿Estás buscando algo mi luna?—preguntan a sus espaldas.
Daniela voltea rápido— ¡Sí! ¡Te buscaba a ti!—dice rápido.
Alistark asiente lento, analizando el cambio de sus ojos y notando los mechones plateados en su pelo.
— ¿Para qué soy bueno?—pregunta ido mirando como su aspecto cambia.
—Y-yo e-ste, te qu-ueria decir algo—habla nerviosa, mordiéndose el labio y apretando sus puños.
—Claro, claro, tranquila, respira—dice anonado. Sus hebras de pelo castaño se fueron tornando plateadas.
—Lo que quiero decir es... Lo que quiero decir es... —dice mirando a otro sitio— ¡Agh, no puedo decírtelo!—dice pataleando.
—Mi amor, tranquilízate—dice y Daniela hace carita de bebé.
—Okey, ya, ya creo que te diré—dice y toma una bocanada grande de aire—megustariapasarelrestodemividacontigoporqueenseriotequieromuchisimoynosoportariaverteformarunafamiliaconmasnadiecuandosoyyolaquequieroqueformesesafamiliaconmigo—dice sumamente rápido.
— ¿Qué?
—ME GUSTARÍA PASAR EL RESTO DE MI VIDA CONTIGO PORQUE EN SERIO TE QUIERO MUCHÍSIMO Y NO SOPORTARÍA VERTE FORMAR UNA FAMILIA CON MÁS NADIE POR YO ESTAR DE ESTÚPIDA NEGANDO LO QUE SIENTO POR TI Y LO QUE QUIERO CONTIGO Y QUE CON LA QUE QUIERO QUE FORMES UNA FAMILIA ES CONMIGO—dice gritando a todo pulmón.—ya eso era, ahora adiós—dice dando vuelta y caminando rapidísimo hacia otro lugar que no sea cerca de Alistark.
Minutos después fue levantada en los aires y girada.
La besó, la besó como si no hubiera un mañana, gruñó y gimió en su boca.
—Eres mi luna celosa—dice riendo y volviendo a besarla—claro que es contigo que quiero todo—añade y se volvieron a besar. La toma de la cintura y la pega hacia él.
Cada uno disfrutó del otro, como hace mucho no se había hecho.
—Espero que el beso que te dio el Astaroth ese, se haya borrado—dice entre dientes. Ella ríe y lo besa.
— ¿Entonces es un sí?—pregunta ella.
—Para ti siempre sería un sí mi reina—dice entre sus labios.
—Otra cosa, no era con Astaroth que me besaba—dijo mordiéndose los labios.
Alistark gruñó, sus ojos cambiaron a rojo vino, con pupilas doradas—Mía, mía, mía y de nadie más, tendré que enseñarte modales—dice el lobo de Alistark.
La toma de la nuca la besa, pegándola a la pared. Mete una de sus piernas entre el medio de las de ellas. Daniela suelta un jadeo al sentir su m*****o erecto entre su vientre.
—Déjame marcarte—comenta Alistark—por favor, prometo hacer las cosas bien—habla en súplica sobre sus labios.
Daniela asiente y lo besa—Como me llegue a doler esa marca nos vamos a fajar tu y yo—amenaza y Alistark da una sonrisa ladeada.
Ella lo besa y él gustoso se deja. Va depositando besos en toda la cara de ella y haciendo un camino hasta el cuello. Lame y chupa el lugar donde será la marca. Baja un poco la manguita de la franela y sin previo aviso sus colmillos se clavan en ella, mientras la sostiene por la cadera.
Daniela gruñe y se queja, para gemir y perder un poco la fuerza en sus piernas. Alistark la sostiene y saca sus colmillos, lamiendo el área que gotea algo de sangre.
—Prepara los guantes de boxeo si dolió y ahora me siento doblemente mierda—dice con la cabeza recostada en el pecho de él.
Él la carga en brazos y la lleva a su pieza—Mi sangre se mezclará con la tuya, puede que te dé fiebre, tendrás cambios hormonales por la sangre de hombre lobo dentro de ti—habla mirándola a sus ojos azul eléctrico claro.
Daniela chasquea la lengua—Aún no controlo el que sea una diosa y ahora tendré que lidiar con hormonas de hombres lobo—dice y recuesta su cabeza en su hombro— ¿Qué falta? ¿Ser sirena?—pregunta. Alistark ríe.
—Recuerda que en el inicio de los tiempos, la primera diosa luna, fue pareja de un lobo—dijo.
— ¿Entonces folló con un lobo?—pregunta con cara de susto.
—Esa historia la narraré luego—dice y ella asiente.
—Ya que tendré tu marca, ¿qué marca mía tendrás tú?—pregunta confusa.
—Cuando completemos la unión, tu marca me saldrá—dice.
—Hablas de, ¿tú y yo tener sexo? —pregunta.
—Si—
—No sé cuál de los dos está más feliz por esto—dice.
—Créeme que yo—dice él riendo.
—No te doy un golpe porque me siento rara—dice.
Abre la puerta de su habitación y Alistark gruñe al sentir el aroma de Astaroth— ¿Por qué huele a Astaroth?—pregunta entre dientes.
—Estaba aquí, haciéndome recapacitar si quiero perderte o tenerte para siempre y ya ves que decidí—dice moviendo sus piernas aun estando él cargándola.
La deposita en la cama.
— ¿Y si tenemos Sexito ahora?—pregunta tocando el cuello del poloche de Alistark.
El ríe duro—Mi amor, no sería sexo, sería hacer el amor—habla tocándole la frente.
—Oh—habla y pone la boca como una 'o'—Pues hagamos el amor ahora—comenta.
Alistark niega—Si lo hacemos ahora, solo aguantaría un round y yo te quiero por 4 pisados—dice.
Daniela lo mira de manera acusadora—Usarás condón—dice y él niega.
—Al pelo—habla y Daniela se cruza de brazos.
—Condón o nada—dice y el chasquea la lengua. Se acuesta boca abajo, quedando su cabeza entre las piernas de Daniela. —No quiero salir embarazada—habla.
— ¿No quieres tener cachorros conmigo?—pregunta mirando hacia la pared, con su cabeza aún recostada.
—Sí, si quiero te daría hasta 9, pero no ahora—comenta y él asiente.
—Está bien, lo sacaré antes de anudarte—dice y ella ríe.
—Condón o nada—repite.
—Agh, está bien—dice y cierra los ojos al ella acariciar su pelo.