Su puerta se agitada estrepitosamente, un terremoto hubiera hecho menos turbulencia. –¡Maldición, ábreme! ¡Vincent! –chillaba el hombre del otro lado. El rubio se levantó con pesadez. Tenía el cabello caótico y el rostro ojeroso. –¿Qué quieres Michael? Es sábado –le abrió la puerta de mala gana. –¡Tienes que ver esto! –exclamó mientras entraba al departamento, Vincent ni lo había invitado y él ya había ingresado al lugar. –¿Qué es? –cuestionó mientras rodaba los ojos ¿qué podía ser tan importante como para perturbar su sueño? Estaba fantaseando con el dulce beso que la exótica “Cleo” le había depositado en sus labios. Solo de pensarlo, se le activaban sus sentidos. –Es sobre Kloe Woods –expresó el chico. Vincent se puso en guardia. –Te dejó impresionado Kloe, Michael –expresó Vin