–¿Me buscabas, ratoncita? –cuestionó el castaño mientras daba un paso hacia ella. Kloe estuvo a punto de perder el equilibrio, en realidad no caviló bien la situación, es decir, ¿cuál era el plan? ¿Qué diría?, no tenía un discurso preparado con antelación, solo había actuado por impulso, entonces, pensó en saltar por la ventana, pero definitivamente, eso la mataría. Era tan mala para confrontar sus emociones. Negó con la cabeza. ¿Tenía el cinismo de mentir? ¿No se daba cuenta de que él podía leerle el alma si se lo proponía? –Pensé que sí, porque digo, me seguiste un buen tramo hasta aquí –afirmó James cínicamente. Ella dio un respingo, la atrapó en su mentira. –Buscaba donde estudiar tranquilamente –blasfemó. ¡Por dios! Solo amaba quedar en vergüenza, ni siquiera tenía su mochil